Elaborado por Materia para OpenMind Recomendado por Materia
5
Inicio Guía para sumarnos a la batalla contra el cambio climático
30 diciembre 2022

Guía para sumarnos a la batalla contra el cambio climático

Tiempo estimado de lectura Tiempo 5 de lectura

Las posibilidades de combatir el cambio climático pasan obligatoriamente, como primera exigencia, por el abandono urgente de los combustibles fósiles. El consenso científico basado en las evidencias reitera que este es un camino ineludible sin alternativas ni atajos. Pero si es lo más imprescindible que se debe hacer, no es lo único que se puede hacer. Ni tampoco los gobiernos y las industrias son los únicos implicados en las transformaciones necesarias. La batalla contra el cambio climático se libra en muchos frentes, y uno de ellos es el del consumidor en sus hábitos cotidianos. En los últimos 12 meses nos hemos ocupado aquí de analizar cuáles son aquellos aspectos en los que cada ciudadano desde su órbita concreta puede contribuir con sus opciones, desterrando algunos mitos que responden a intereses o a visiones incompletas o sesgadas. Como final, repasamos ahora todo lo visto en esta serie.

1. ¿Qué puedo hacer yo por el cambio climático?

Aunque la primera responsabilidad de la transición hacia un mundo más sostenible recae en gobiernos e industrias, los primeros están al servicio de los ciudadanos, y las segundas venden lo que el consumidor compra. En resumen, todo pasa por nuestras manos. Los hogares emiten directamente un 20% del total de los gases de efecto invernadero (GEI), pero si sumamos las emisiones indirectas a través de los productos y servicios que consumimos, la cifra sube al 60%. Por tanto, somos parte del problema, y podemos serlo de la solución.

 

2. La energía de los hogares, el nuevo campo de batalla contra el cambio climático

En las emisiones de GEI debidas al consumo de energía, los hogares aportan tanto como las industrias. Tanto en emisiones directas —por la quema de combustibles fósiles para cocina y calefacción— como en indirectas —sumando la electricidad—, la energía supone la cuarta parte de los GEI de los hogares. La descarbonización de la energía está en manos de los gobiernos, pero los ciudadanos podemos contribuir con medidas de ahorro y otras como instalar paneles solares.

3. El coche eléctrico, ¿un vehículo verdaderamente sostenible?

El transporte es el mayor responsable de las emisiones directas de GEI debidas a los hogares, con un 73%, y de un 30% si se consideran también las indirectas. Gran parte de la solución pasa por la transición al vehículo eléctrico, pero no debe olvidarse que estos automóviles también tienen una considerable huella de carbono que solo se compensa a lo largo de un uso prolongado. La medida ideal, según los expertos, es otra diferente: vivir sin coche.

4. Comer vegetales, ecológicos y locales: ¿de verdad es lo más saludable y sostenible?

La producción de alimentos es uno de los grandes emisores de GEI, y representa un 17% de la huella de carbono de cada ciudadano. Se ha popularizado la idea de que una alimentación más sostenible incluye menos carne y más productos ecológicos y locales. Pero hay matices: ni lo orgánico es siempre más ecológico, ni el transporte de largo recorrido suele ser lo más gravoso. Los expertos insisten en que la clave está en la eficiencia de todo el proceso, y en que hay una medida esencial sobre todas las demás: reducir el desperdicio de alimentos.

BBVA-OpenMind-Yanes- Guia para la batalla contra el cambio climatico_1
Se ha popularizado la idea de que una alimentación más sostenible incluye menos carne y más productos ecológicos y locales. Pero hay matices. Crédito: Wikimedia Commons.

5. Así contribuye nuestra ropa al cambio climático

El sector de la moda es el gran ignorado del cambio climático: produce entre el 4 y el 10% de las emisiones globales de GEI, además de ser uno de los mayores consumidores de agua y plásticos. Su crecimiento es meteórico debido al auge de la fast fashion, con colecciones nuevas que se lanzan cada mes. Es uno de los estandartes del consumismo verde incluso entre los jóvenes, usualmente más preocupados por el cambio climático. Los expertos piden una transformación de la industria, pero también un consumo responsable.

6. Tecnologías digitales, el impacto climático del que casi nadie habla

Otro de los sectores de cuyo impacto climático y ecológico casi nunca se habla es el de las tecnologías digitales. La fabricación, el uso y el desechado de los dispositivos tienen una cuantiosa huella de carbono que aumenta a un ritmo desaforado con la mayor penetración de las tecnologías y con un mercado cuya rentabilidad se basa en una carrera constante por la novedad. Los expertos alertan de que esta industria es insostenible, y de que en la mano del consumidor está alargar la vida de los dispositivos y usarlos de forma responsable.

BBVA-OpenMind-Yanes- Guia para la batalla contra el cambio climatico_2
La fabricación, el uso y el desechado de los dispositivos tienen una cuantiosa huella de carbono que aumenta a un ritmo desaforado. Crédito: Wikimedia Commons.

7. Zonas verdes: Ciudades más sostenibles, espacios más saludables

Aunque están en la mente de todos los beneficios que los bosques aportan a la salud del planeta, en cambio las zonas verdes de las ciudades suelen verse más como un lujo estético y de confort. Y sin embargo, cumplen importantes funciones ecológicas: rebajan la temperatura —lo que a su vez ahorra energía en el uso del aire acondicionado—, capturan carbono, aminoran la contaminación —mejorando la salud de los ciudadanos— y promueven la biodiversidad urbana. Todo ello hace de las ciudades verdes las más sostenibles.

BBVA-OpenMind-Yanes- Guia para la batalla contra el cambio climatico_3
Las zonas verdes de las ciudades suelen verse más como un lujo estético y de confort, pero cumplen importantes funciones ecológicas. Crédito: Wikimedia Commons.

8. ¿Podemos quedarnos sin agua en el Planeta Azul?

El agua es el recurso más esencial de nuestro planeta y la piedra angular de la sostenibilidad. En los últimos tiempos nos hemos acostumbrado a oír hablar de la huella de carbono de nuestras actividades, pero no tanto de la huella hídrica. Y aunque el agua de la Tierra no se crea ni destruye, sí es sorprendentemente escasa, sobre todo la dulce: cada año el ser humano utiliza la décima parte de toda la disponible en los ríos y lagos del planeta, sobre todo en la producción de alimentos, energía y ropa.

9. Cómo recorrer el mundo sin matar el planeta

Hoy es frecuente oír hablar de turismo sostenible y ecoturismo, conceptos distintos pero relacionados. El problema es que estas etiquetas se utilizan sin medida y no siempre el ecoturismo es tan eco como se pretende; el llamado greenwashing, falsas proclamas ambientales que camuflan otros intereses, se acuñó en el sector turístico. Del 8% de las emisiones globales de GEI debidas al turismo global, la gran mayoría se debe al transporte, pero una tercera parte corresponde a alimentación, alojamiento y compras.

10. El lado oscuro del reciclaje

Por supuesto, hay que reciclar. En términos comparativos, es una postura ambientalmente más responsable que no hacerlo. Pero no todo lo que echamos a reciclar realmente llega a reciclarse, y además tampoco la industria del reciclaje está exenta de una huella ambiental y de carbono. Los expertos concluyen que reciclar es importante, pero lo es aún más no tener necesidad de reciclar; es decir, generar menos residuos, lo que se consigue comprando con responsabilidad, evitando los productos de usar y tirar, y reutilizando.

Reciclar es importante, pero lo es aún más no tener necesidad de reciclar; es decir, generar menos residuos. Crédito: Wikimedia Commons.

11. ¿Es la energía nuclear una solución al cambio climático?

Aunque la energía nuclear lleva décadas en tela de juicio por los graves accidentes y el problema de los residuos, lo cierto es que nunca ha dejado de expandirse. Hoy genera el 10% de la electricidad global. En tiempos recientes ha cosechado nuevos defensores entre científicos y ecologistas por su baja huella de carbono en comparación con los combustibles fósiles. Su futuro podría depender de nuevas soluciones al problema de los residuos y nuevas tecnologías que ofrezcan centrales más seguras y sostenibles.

12. Por qué los productos verdes ya no existen

Los productos verdes no existen, dicen algunos expertos. Las bolsas reutilizables son más verdes que las desechables, las luces LED más que las tradicionales y los coches eléctricos más que los de combustible. Pero la clave es la palabra “más”; todo lo que consumimos tiene una huella ambiental y de carbono, y a menudo ocurre que la sustitución lleva a un mayor consumo que anula el beneficio ambiental. Para que esta ganancia se materialice es necesario consumir menos, agotar la vida útil de los productos y reutilizar siempre que sea posible.

Javier Yanes

Comentarios sobre esta publicación

El nombre no debe estar vacío
Escribe un comentario aquí…* (Máximo de 500 palabras)
El comentario no puede estar vacío
*Tu comentario será revisado antes de ser publicado
La comprobación captcha debe estar aprobada