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29 abril 2020

Rafael Pinilla: “En 3 días ya teníamos lista la primera planta del hotel para recibir pacientes COVID-19”

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Rafael Pinilla es médico y economista y cuenta con una amplia experiencia en el INSS (Instituto Nacional de la Seguridad Social). Además, fue uno de los fundadores de la plataforma de telemedicina Qoolife, por lo que conoce el mundo de las tecnologías de la información aplicadas a la asistencia sanitaria. Con este currículum, no es difícil entender por qué Rafael Pinilla ha sido elegido como Coordinador Médico en Hotel Medicalizado Dr. Perez Mateos en Alicante.

El Complejo San Juan, primer establecimiento hotelero de Alicante puesto a disposición de Sanidad para acoger pacientes y profesionales sanitarios. Foto: GRUPO PSN

En medio de la emergencia sanitaria para frenar la expansión de la enfermedad COVID-19, algunos países han utilizado instalaciones privadas como los hoteles para poder ampliar su capacidad de servicios médicos. Desde OpenMind hemos hablado con Rafael para que nos transmita su experiencia como gestor en este contexto de crisis sin precedentes. ¿Qué puede aprender la medicina de un experimento masivo como este?

¿Recuerda alguna otra ocasión en la historia en la que los hoteles se hayan utilizado con propósito médico para reforzar la atención sanitaria en España? ¿O estamos ante una situación sin precedentes?

No sé si se ha utilizado este recurso antes en España, pero en las circunstancias actuales era una solución evidente. Nuestro país tiene una excelente infraestructura hotelera que se ha vaciado de turistas y la forma más rápida de ampliar la capacidad de atención del sistema sanitario a pacientes infecciosos era aprovechar esta infraestructura. 

¿Cómo se decide si un hotel es apto para convertirse en hotel medicalizado? ¿Debe cumplir algún criterio especial o cualquier hotel se puede reconvertir?

Lo esencial es que reúna condiciones para el aislamiento de pacientes y se pueda reorganizar para separar zona limpia de zona contaminada. Muchos hoteles cumplen con estas condiciones. 

¿Qué características básicas tiene un un hotel medicalizado y en qué se diferencia de un hospital?

En el contexto de esta epidemia un hotel medicalizado está especializado en atención a pacientes COVID-19. Los pacientes están alojados en habitaciones individuales en régimen de aislamiento. Es decir que no pueden salir de su habitación ni recibir visitas. En todos los casos se trata de pacientes con síntomas leves o asintomáticos. Si pudieran estar aislados en su casa no haría falta que estuvieran en el hotel. Pero hay personas que no pueden aislarse adecuadamente en su casa porque su casa no reúne condiciones, o conviven con familiares frágiles, o podrían ser un riesgo para la comunidad. Estos pacientes están mejor en el hotel y es más seguro para todos. 

La diferencia más importante con un hospital es que el equipamiento y la dotación de personal sanitario del hotel es la mínima necesaria. De este modo podemos aumentar la capacidad de atención a pacientes en un alojamiento de calidad a un coste reducido. 

¿Durante el proceso de reconversión, cuáles son los aspectos técnicos y de higiene que hay que cuidar de manera especial?

Reconversión es una palabra que da idea de gran transformación. En realidad solo se trata de una reorganización que sabemos que va a ser temporal. Cuando pase el pico de la epidemia el hotel debe ser devuelto a su actividad normal como alojamiento turístico. Así que hay que retirar de las habitaciones todo aquello que pudiera ser dañado y se sustituye por equipamiento proporcionado por el hospital de referencia. Por ejemplo, se retiraron los colchones y ropa de cama del hotel y se sustituyeron por material del Hospital General de Alicante del que depende la gestión del hotel medicalizado. Es importante definir una separación clara de espacios: zona limpia, zona contaminada y zona potencialmente contaminada. La zona limpia no requiere precauciones especiales, es donde se encuentra el personal administrativo, las cocinas, el almacén de material. La zona contaminada son las habitaciones de los pacientes. La zona potencialmente contaminada o intermedia es por donde nos movemos el personal sanitario durante el trabajo. El personal tiene que tomar una serie de precauciones con equipos de protección personal al entrar y salir de las habitaciones. Además establecemos un protocolo de descontaminación al salir del hotel desde la zona semi-contaminada al exterior. 

La reconversión es más una reorganización temporal hasta que pase el pico de la enfermedad. Crédito: Unsplash

Usted es coordinador médico en el hotel medicalizado Dr. Pérez Mateos. ¿Cuál fue su papel durante la reorganización? ¿Cuáles fueron los principales retos a los que se tuvo que enfrentar? ¿El hecho se ser economista además de médico le ha resultado útil en alguna tarea específica?

En realidad mi papel fue bastante modesto. La empresa propietaria (Previsión Sanitaria Nacional) y el gerente del hotel fueron extraordinariamente diligentes en el desalojo de los espacios que nos podían ceder. De la dotación de material y equipos se encargó la Gerencia del Hospital General de Alicante. El coordinador y los supervisores de enfermería organizaron los turnos de personal y su formación en tiempo record. Mi papel consistió en organizar los espacios y las rutinas de descontaminación para prevenir contagios entre el personal, también de reclutar un equipo médico (todos voluntarios). También soy el referente para resolver cualquier problema, pero en la práctica todo el personal se ha autoorganizado muy bien, han puesto lo mejor de su parte y no ha surgido ningùn problema relevante. Es increíble lo bien que trabaja la gente cuando sabe lo que tiene que hacer y simplemente les dejas hacerlo.  

Ser economista te da una mayor perspectiva del papel del hotel como elemento de eficiencia en la gestión y no solo como estructura de medicina preventiva. Pero cualquier médico con formación de salud pública podría haber coordinado el hotel. No es difícil. En mi caso ha sido más útil mi formación y experiencia como médico preventivista que mi formación como economista. 

¿Cuánto tiempo se tardó en reorganizar el hotel? ¿Cuántas habitaciones tiene el hotel y qué tipo de pacientes se tratan allí?

A mi me llamaron el domingo 29 de marzo para preguntarme si me podía hacer cargo. La Consellería de Sanitat firmó el convenio de cesión del hotel con la empresa propietaria el 30 de marzo y el 2 de abril estábamos recibiendo los primeros pacientes. Así que nos llevó 3-4 días abrir la primera planta, durante los días siguientes continuamos equipando otras plantas a la vez que se atendía a los primeros pacientes. El hotel cuenta con 6 plantas y 23 habitaciones en cada planta pero no hemos pasado de ocupar las 2 primeras plantas. Habíamos habilitado una tercera planta, pero no se ha llegado a ocupar con pacientes porque el número de ingresos comenzó a disminuir antes de que fuera necesario abrirla. 

Como ya dije antes todos los pacientes del hotel son COVID-19 con síntomas leves o asintomáticos. 

¿Cree que esta experiencia de medicalización de hoteles podría repetirse o volverse recurrente en el futuro? Si es así, ¿son suficientes los protocolos actuales o habría que hacer un esfuerzo para actualizarlos y adecuarlos a los riesgos de potenciales pandemias?

No hemos tenido tiempo de hacer una evaluación objetiva de este tipo de estructura. Todo ha sido muy rápido. Cuando pase la urgencia pienso que sería conveniente hacer una evaluación reuniendo la experiencia de los otros hoteles que se han abierto en distintas ciudades para extraer lecciones aprendidas. Es importante aprender para el futuro y hacerlo de forma sistemática. Los países que tienen la desgracia de afrontar situaciones de emergencia frecuentes lo hacen. Por ejemplo, Japón tiene muchos terremotos y por ello tiene planes de acción diseñados a partir de experiencias previas para minimizar daños y víctimas. La gente recibe educación, sabe qué tiene que hacer en caso de terremoto. Seguramente esta preparación les ha venido muy bien para gestionar esta pandemia. Sería muy bueno que fuéramos capaces de aprender de esta epidemia porque antes o después vendrá otra pandemia y siempre es mejor tener un plan preparado y ensayado para esos casos. En el caso de los hoteles, por ejemplo, hemos improvisado. Está bien, pero sería mejor que hubiese ya una serie de hoteles estudiados y designados para poder ser utilizados por el sistema sanitario de la forma más rápida y eficiente si es necesario en caso de catástrofe. Entonces podríamos tener en cuenta factores como proximidad al hospital que lo va a gestionar, almacenes estratégicos de material de protección para lo profesionales, qué personal va a ser movilizado para hacerse cargo. 

¿Cómo cree que debería la atención sanitaria evolucionar después de esta pandemia para ser más eficaz y poner menos en riesgo a los doctores y sanitarios?

En una enfermedad contagiosa el foco no está en proteger a los profesionales sanitarios sino en detener la transmisión en la comunidad. Pero precisamente porque hay que romper la cadena de transmisión es esencial que los profesionales no se contagien. No es por nosotros, es porque los hospitales y residencias se pueden convertir en lugares muy peligrosos para personas frágiles. Quizá el mayor problema que hemos tenido en España e Italia haya sido que la incapacidad para prevenir el contagio de profesionales sanitarios (y de trabajadores de residencias de mayores), ha convertido a hospitales y residencias en focos de infección. Los profesionales debíamos haber sido un dique de contención y da la impresión de que nos hemos convertido en cadena de transmisión. Todavía no tenemos datos suficientes para afirmarlo, pero me parece la hipótesis más plausible para explicar por qué Italia y España hemos tenido cifras tan elevadas de contagios y muertos. 

En una enfermedad contagiosa el foco está en en detener la transmisión en la comunida, no tanto en proteger a los profesionales sanitarios. Crédito: Unsplash

¿Cree que esta crisis potenciará definitivamente la telemedicina?

Parece evidente que esta pandemia va a promover todo tipo de teletrabajo. También la telemedicina. Ya sabíamos que para buena parte de la actividad del sistema de salud no es necesario el contacto físico entre médico y paciente. Ahora hemos adquirido además una mayor conciencia de que los centros sanitarios pueden ser lugares peligrosos para pacientes y profesionales. Siempre lo han sido, pero en España tenemos una elevadísima frecuentación de los servicios sanitarios. Muchas personas mayores van al médico 10 veces al año o más. Muchas de estas visitas son innecesarias porque tienen carácter burocrático (recetas, pedir citas para consultas o pruebas…) o de seguimiento de patologías crónicas que la tecnología podría hacer mejor y con menos riesgo a distancia. Las organizaciones sanitarias han sido muy lentas adoptando las tecnologías escudándose en las leyes de protección de datos y exigiendo unos elevados estándares de “seguridad”. El problema de los estándares de seguridad es que en la práctica pueden convertirse en un obstáculo para la innovación y ni siquiera logran lo que pretenden porque si resultan incómodos la gente se salta las instrucciones. Te pongo un ejemplo. Las autoridades nos piden que utilicemos los medios de comunicación corporativos (e-mail, plataformas “seguras” oficiales), pero en el contexto de la epidemia las limitaciones han sido evidentes. Así que los profesionales hemos improvisado sistemas de comunicación y gestión informal a través de herramientas gratuitas como whatsapp o los correos personales a los que podemos acceder sin problemas desde nuestro teléfono móvil. Seguramente no es lo ideal, pero ha funcionado. Yo he tenido acceso a información y contacto directo, de primera mano, a través de estos grupos, de médicos chinos e italianos que me ha resultado muy útil para organizar rápidamente la atención en el hotel. Habrá que encontrar un equilibrio entre la gestión jerarquizada de los recursos sanitarios, que es evidentemente necesaria, y la libre difusión del intercambio de experiencias e información científica entre profesionales. 

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