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30 octubre 2020

El valor de nuestras ciudades y comunidades

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El Día Mundial de las Ciudades se estableció con el objetivo de promover el interés en la urbanización y fomentar la cooperación entre los países para aprovechar las oportunidades y afrontar los desafíos propios de la vida en entornos urbanos, así como para contribuir al desarrollo sostenible de las ciudades en todo el mundo.

La mitad de la humanidad, 3.500 millones de personas, vive hoy en día en las ciudades y se prevé que esta cifra aumentará a 5.000 millones para el año 2030

Naciones Unidas

La pandemia de COVID-19 nos ha obligado a replantear muchas de las dinámicas propias de la ciudad, ya que ha puesto de manifiesto lo fundamental que es la organización y distribución del tejido social en la ciudad para minimizar el impacto de situaciones límite de este nivel. El virus SARS-Cov-2 ha cambiado los hábitos de compra, la movilidad y la interacción social de millones de personas, un hecho que, sin duda, nos obliga a replantearnos cómo de sostenibles son las ciudades actualmente y a qué deben aspirar.

Innovación: la clave para una ciudad más sostenible

En 2050 la población mundial alcanzará los 10.000 millones. Un desafío sin precedentes que traslada la responsabilidad a las ciudades, pues la ONU estima que el 67% de los habitantes del planeta vivirán en las urbes. Los retos económicos, demográficos, sociales y ambientales tratan de ser resueltos con un mismo y nuevo concepto: las Smart Cities. Gobiernos de todos puntos del globo están, en colaboración en algunos casos y en paralelo en su mayoría, jugando la misma carta: convertirlo todo en inteligente con el objetivo de optimizar los recursos y lograr un crecimiento sostenible.

La obligación de no salir, el miedo al contagio y el impulso de los comercios locales ha impulsado la venta online. Esta modalidad tenía ya una tendencia creciente, pero el impacto de la COVID-19 le dio una fuerza que pocos habían previsto.  Comprar desde el ordenador o desde un dispositivo móvil es ahora una práctica habitual para muchas más personas, a pesar incluso de la brecha digital.

La búsqueda de un lugar seguro para refugiarse de la pandemia ha puesto el concepto actual de nuestras ciudades en el punto de mira, ya que las personas buscan ahora formas de reducir contacto social sin recortar las oportunidades que dan las grandes urbes. La única opción para no tener que enfrentarnos a esa dicotomía es apoyarnos en la innovación para rediseñar las ciudades, los barrios y los espacios públicos y hacerlos más habitables y sostenibles. Los espacios urbanos pueden proporcionar lugares para trabajar sin dejar de ser espacios sociales, ni de contribuir a la creación de un ecosistema próspero y que fomente la conservación de la biodiversidad. Ayudar a absorber carbono, producir energía verde o contribuir a nuestra seguridad alimentaria serán cualidades de las ciudades del futuro dirigidas a garantizar la sostenibilidad y la habitabilidad de los predominantes espacios urbanos del futuro.

Las ciudades del mundo ocupan solo el 3% de la tierra, pero representan entre el 60% y el 80% del consumo de energía y el 75% de las emisiones de carbono.

Naciones Unidas

En la búsqueda de ese crecimiento sostenible en Europa, el Pacto Verde Europeo se ha centrado, entre otros, en un camino hacia la economía circular. Este concepto se opone al de economía lineal porque su propósito es que los materiales y recursos se puedan reutilizar y vuelvan a entrar a la economía, también en las ciudades. El objetivo no es nada sencillo, ya que, como reconocía en marzo el vicepresidente ejecutivo de la Comisión Europea responsable del Pacto Verde Europeo, Frans Timmermans, en la actualidad solo el 12% de los materiales y recursos se recuperan.

Sostenibilidad: la clave para una ciudad mas sana

El reto para convertir las ciudades en espacios sanos, habitables y sostenibles es mayúsculo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que cada año mueren más de cuatro millones de personas de forma prematura debido a la contaminación atmosférica. Algunas de las medidas propuestas por Naciones Unidas (ONU) para mejorar la calidad del aire en las ciudades son la adopción de tecnologías limpias en todos aquellos sectores que sea posible (industria, transporte, energía, generación de electricidad), una mejor planificación urbana para optimizar la eficiencia energética y una gestión de desechos más eficiente, que disminuya lo máximo posible la necesidad de incinerar desechos sólidos que origina gases contaminantes.

La rápida urbanización está ejerciendo presión sobre los suministros de agua dulce, las aguas residuales, el entorno de vida y la salud pública.

Naciones Unidas

Y sin dejar de lado la optimización de los servicios dentro de un barrio, que impulsa a los ciudadanos a querer vivir en él, lo que también se traduce en una reactivación económica de la zona. Y es que no podemos olvidar el componente social que vincula a las personas con su entorno. Cuando los vecinos sienten que en su barrio se cubren todas sus necesidades, no solo se evitan desplazamientos innecesarios sino que también mejora la seguridad vecinal y se previene el deterioro del mobiliario y las infraestructuras urbanas, ya que los residentes cuidan de su entorno porque comprenden su valor.

 

Paz Palacios

Para OpenMind

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