No parece necesario hacer un repaso intensivo por los diferentes retos que afrontan en el momento actual casi todas las industrias y zonas geográficas. La escala global y la interconexión del mundo económico y empresarial son hoy un hecho. Incluso en aquellos mercados e industrias que parecen alejados del epicentro de los actuales problemas macro (¿periféricos europeos solamente?) se presentan retos formidables de estabilidad, crecimiento o desigualdad social.
Como estudioso (y practicante) durante muchos años del fenómeno del emprendimiento, siempre me llamó la atención la correlación entre ecosistemas emprendedores y economías desarrolladas. Sociedades como las nórdicas en Europa, el Norte de América o los pujantes tigres en Asia —economías todas ellas caracterizadas por tasas sostenidas de crecimiento muy elevadas— compartían otra característica: la de ser sociedades donde el espíritu emprendedor estaba muy arraigado, aceptado y fomentado.
A finales de la década de los 90, un grupo de Escuelas de Negocio y Universidades de primera fila a nivel mundial diseñaron una metodología de investigación para correlacionar actividad emprendedora y desarrollo económico en las sociedades. Había nacido el Global Entrepreneurship Monitor, GEM, que casi quince años después es una referencia en casi 75 países y que nos ha permitido conocer en más profundidad la aportación de los emprendedores al crecimiento de sus sociedades.
El Informe GEM, al cual tuve el honor de servir como chairman algunos años, da claves muy precisas de la evolución de la actividad emprendedora en sus diferentes mercados y relaciona de manera inequívoca los dos factores antes mencionados. En sus últimos informes, y por hacer una referencia a una geografía situada en el epicentro de la tormenta financiera: España; GEM dibuja un escenario de caída de la actividad emprendedora alarmante. Alarmante en un contexto en el que una tasa de paro insostenible debería servir por si sola como cantera de emprendedores.
¿Qué falla en España (otros países son fácilmente asimilables, que el lector haga el ejercicio) para que no se esté produciendo esa eclosión de proyectos emprendedores?
¿Por qué los gestores de lo público no han sido capaces de encauzar el talento y las voluntades en proyectos concretos?
¿Por qué se han desaprovechado y ahora reducido los fondos públicos y privados destinados a impulsar la Innovación? (I+D o Gestión)
¿Por qué muchas grandes empresas han desechado las capacidades emprendedoras de sus organizaciones y de sus profesionales para buscar fórmulas alternativas de crecimiento y prosperidad?
Otro día intentaremos dar respuesta a estas preguntas. ¿Usted qué opina?
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