El 27 de abril de 2021 los periodistas españoles David Beriain y Roberto Fraile, junto con el conservacionista irlandés Rory Young, fueron asesinados en Burkina Faso mientras trabajaban en un documental sobre la caza furtiva. El ataque que sufrió el convoy en el que viajaban fue perpetrado por un grupo de la órbita de Al Qaeda. Frente a la imagen romántica de los antiguos tramperos a lo Daniel Boone o Kit Carson, lo cierto es que hoy el furtivismo es un negocio clandestino organizado que se demanda y se dirige desde los despachos, pero que sobre el terreno a menudo se ejecuta a través de bandas vinculadas al terrorismo o al bandidaje criminal, con un coste de miles de vidas humanas.
El comercio ilegal de fauna es hoy el cuarto negocio clandestino más lucrativo del mundo, cuyo valor asciende a entre 70.000 y 213.000 millones de dólares al año, según el Programa Medioambiental de Naciones Unidas. De hecho, algunas de las piezas de este mercado negro valen más que su peso en oro. Repasamos aquí, según datos de un estudio del Colby College de EEUU y la Universidad Simon Fraser de Canadá, el top 10 del funesto catálogo de precios de la caza furtiva; las especies más cotizadas de esta lacra que tanto perjudica la conservación de la naturaleza como la estabilidad y la seguridad de las regiones que la sufren.
Rinoceronte blanco: 368.000 $
El rinoceronte blanco ostenta el triste honor de ser el animal más cotizado por ejemplar en el mercado negro. Según el citado estudio, es también una de las especies cuyo material vale más que el oro, ya que el kilo de cuerno se paga a 100.000 dólares, frente a los 39.000 del metal precioso. La medicina tradicional asiática alimenta la demanda de este producto con supuestos usos —sin fundamento científico— como tónico, contra diversas enfermedades y como cura de la resaca, pero también como símbolo de estatus. La caza furtiva es hoy la principal amenaza para la supervivencia del rinoceronte blanco, que sin embargo representa un éxito relativo en la historia de la conservación, ya que a comienzos del siglo XX se estima que quedaban entre 50 y 100 individuos. Hoy es la especie de rinoceronte más abundante, con unos 18.000 ejemplares, aunque una de sus dos subespecies, la del norte, está prácticamente extinguida.
Tigre: 350.193 $
Un tigre se cotiza algo menos que un rinoceronte blanco en el comercio ilegal de especies. Y sin embargo, el producto estrella de la esquilmación ilegal de estos bellos animales, el pene, es el más valioso en los circuitos del tráfico clandestino: 473.506 dólares por kilo, 12 veces más caro que el oro. Como en el caso del cuerno de rinoceronte, también la medicina tradicional asiática ha sido el mercado clásico para el pene de tigre por su ficticia capacidad de aumentar la potencia sexual, pero en la práctica suele consumirse como delicia culinaria en forma de sopa, a razón de hasta 400 dólares el plato. También se emplean con distintos usos otras partes de estos animales —los huesos se cotizan a 27.102 dólares el kilo—, de los que se calcula que sobreviven unos 3900 en la naturaleza.
Tiburón ballena: 341.139 $
A propósito de la caza furtiva solemos pensar en las especies terrestres. Y sin embargo, el tercer lugar en las piezas más cotizadas del comercio ilegal lo ocupa el mayor de los peces vivos, el tiburón ballena. Este majestuoso animal de hasta 20 metros de longitud se caza ilegalmente por sus aletas, su piel y su aceite; en 2014 una investigación de la ONG de Hong Kong WildLifeRisk descubrió en el sureste de China una factoría ilegal que procesaba más de 600 ejemplares al año para producir aletas para sopa y aceite para cosméticos y suplementos de salud. El tiburón ballena es una especie amenazada, aunque se ignora su población actual.
Rinoceronte negro: 288.000 $
Más inquieto y agresivo que su pariente blanco, el rinoceronte negro es hoy también menos abundante, con algo más de 5000 ejemplares vivos estimados en la naturaleza. Los rinocerontes fueron diezmados por la caza en tiempos coloniales, pero en 1970 aún quedaban unos 70.000 de esta especie, que el furtivismo redujo drásticamente a 2410 en 1995. El rinoceronte negro es de menor tamaño que el blanco y también lo son sus cuernos, motivo por el cual esta especie alcanza un precio algo inferior en el mercado negro.
Tiburón peregrino: 131.348 $
Con sus 12 metros de longitud, el segundo mayor de los tiburones existentes es también una presa cotizada en el tráfico ilegal de especies. A pesar de que hoy está protegido en todo el mundo por considerarse una especie en peligro, cuya población actual se ignora, el tiburón peregrino es una presa fácil por su conducta mansa y su costumbre de frecuentar aguas superficiales. Aunque tanto esta especie como el tiburón ballena son relativamente raros en el comercio de carne y aletas, las técnicas de ADN han permitido a los investigadores y a las autoridades identificar su presencia encubierta entre los productos alimenticios que se venden al público a través de canales legales en los países asiáticos.
Tiburón blanco: 91.729 $
El escualo que el cine ha encumbrado como el terror de los bañistas es, de hecho, el principal responsable de los ataques mortales a humanos. Pero estos sucesos son tan raros que nosotros somos una amenaza mucho mayor para ellos; censos recientes han detectado un alarmante declive del número de tiburones blancos por debajo del límite de una población genéticamente viable, en aguas como las sudafricanas que son cruciales para su conservación.
Rinoceronte indio: 72.200 $
Como en el caso de otras especies de rinoceronte, también los esfuerzos de conservación han logrado rescatar al rinoceronte indio desde los 200 ejemplares que quedaban en 1900 hasta los casi 3600 actuales. Sin embargo, la caza furtiva es una amenaza constante en el Parque Nacional de Kaziranga, en India, que alberga las dos terceras partes de la población de estos animales acorazados de un solo cuerno. Aunque la lucha contra el furtivismo es intensa, los investigadores denuncian que las multas solo ascienden al 2% del valor potencial de los ejemplares en el mercado ilegal.
Rinoceronte de Java: 67.600 $
Solo 74 ejemplares sobreviven ya de la que en su día era la especie más extendida de rinoceronte asiático, y que la caza humana condujo a su estado actual en peligro crítico de extinción. El último animal en el continente asiático fue abatido por cazadores furtivos en 2010 en Vietnam. La población actual está confinada en el Parque Nacional de Ujung Kulon, en la isla de Java (Indonesia). Intensos esfuerzos de conservación se dirigen a reflotar la supervivencia de esta especie, la más rara de los grandes mamíferos del mundo.
Elefante africano: 53.768 $
En 1989 se prohibió el comercio internacional de marfil, pero este denominado “oro blanco”, cuya principal fuente son los colmillos de elefante y que se vende como artículo decorativo de lujo, continúa siendo uno de los grandes impulsores de la caza furtiva, con un precio en el mercado negro de unos 2840 dólares el kilo. Solo en África, cada año llegan a matarse más de 30.000 elefantes. Pero aunque el marfil represente la cara más conocida del tráfico ilegal de especies para el público en general, este no es el único producto del elefante al que se le saca provecho: una investigación de la red contra el tráfico de fauna Traffic descubrió que en los mercados asiáticos es también común la venta de pelo, huesos, colas, trompas e incluso piel, la cual se vende como remedio tradicional y se sirve en restaurantes.
Oso polar: 31.340 $
Tampoco las latitudes más extremas y frías del planeta se libran del tráfico de fauna: el oso polar cierra la lista de las 10 especies más cotizadas. Estos animales son codiciados por su piel, aunque también se consume su carne. De hecho, su caza es legal, y suele considerarse que el cambio climático representa una amenaza mayor para esta especie. Sin embargo, voces como la del conservacionista noruego Ole Liodden alertan de que esta caza no es sostenible: según Liodden, entre 1963 y 2016 se abatió una media anual de 991 osos, lo que suma un total de 53.000. Actualmente sobreviven unos 25.000 ejemplares.
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