Elaborado por Materia para OpenMind Recomendado por Materia
4
Inicio La calefacción que se esconde en el subsuelo de las ciudades
19 octubre 2022

La calefacción que se esconde en el subsuelo de las ciudades

Tiempo estimado de lectura Tiempo 4 de lectura

“Si no puedes con tu enemigo, únete a él”. Aplicado a la emergencia climática el refrán podría cobrar el provocador sentido de si no se puede revertir el cambio climático —al menos no a corto plazo—, intentemos sacar provecho de él. Una alternativa pasa por reciclar el calor acumulado en el subsuelo de las ciudades, efecto de la actividad humana y el aumento de la temperatura, para reducir el consumo de combustibles fósiles. 

El ambicioso objetivo de alcanzar el balance neto de cero emisiones de carbono en el año 2050, se ha vuelto más urgente debido a la actual crisis energética, que ya impone, para empezar, el recorte de las horas de calefacción para este próximo invierno.

En este escenario se explica el creciente auge de las viviendas sostenibles —aquellas que intentan minimizar su impacto sobre el medioambiente a través de soluciones arquitectónicas— y el empleo de energías renovables.

BBVA-OpenMind-Barral- calefaccion subsuelo_1 Como icebergs de calor, las urbes no solo calientan el aire que las rodea, también provocan el calentamiento del subsuelo y la acumulación de calor bajo su superficie. Crédito: Eva Simons
Como icebergs de calor, las urbes no solo calientan el aire que las rodea, también provocan el calentamiento del subsuelo y la acumulación de calor bajo su superficie. Crédito: Eva Simons

Pero, ¿y si llevásemos esa idea de las casas pasivas y las energías limpias a ciudades enteras? En este sentido apunta un reciente estudio, que plantea reciclar el calor acumulado bajo la superficie de las grandes urbes, tras analizar las condiciones de más de 8.000 localidades de Europa, Norteamérica y Australia, y verificar que más de la mitad almacena bajo sus cimientos importantes reservas de energía calorífica. 

Icebergs urbanos de calor

Hasta ahora las ciudades eran consideradas islas de calor debido a que la intensa actividad humana y sus edificaciones provocan el calentamiento del aire que las rodea. Pero a la vista de los resultados del estudio, sería más apropiado hablar de icebergs de calor, puesto que las áreas urbanizadas también provocan el calentamiento del subsuelo y la acumulación de calor bajo su superficie. 

¿De dónde procede este calor subterráneo? A diferencia de la poco explotada energía geotérmica —cuyo origen se hunde en el interior del planeta — el calor almacenado en el subsuelo de las ciudades es consecuencia directa de la actividad humana. Se concentran el liberado por estructuras subterráneas como parkings, garajes, túneles o líneas de metro; así como el de los materiales empleados en las superficies urbanizadas, como el cemento y el asfalto. Una parte es remitida a la atmósfera contribuyendo al efecto isla de calor; pero otra parte es transferida al subsuelo, donde queda acumulada.

BBVA-OpenMind-Barral- calefaccion subsuelo_2 El calor almacenado en el subsuelo es consecuencia de la actividad humana, derivado de estructuras subterráneas como parkings, garajes, túneles o líneas de metro. Crédito: Jonathan Herman
El calor almacenado en el subsuelo es consecuencia de la actividad humana, derivado de estructuras subterráneas como parkings, garajes, túneles o líneas de metro. Crédito: Jonathan Herman

De hecho, y según refleja el estudio, de las más de 8.000 localizaciones estudiadas, casi la mitad acumulan calor suficiente en la estrecha franja de 20 metros bajo su superficie como para satisfacer la demanda de energía calorífica local por un año. Un dato especialmente relevante, teniendo en cuenta que la energía destinada a la calefacción y el agua de las casas representa en la actualidad entre el 60 y el 70% de la demanda energética de las viviendas y edificios residenciales.

Y no solo eso, sino que esta fuente de calor presenta otras ventajas a considerar: 

  1. Es una energía limpia: su gestión y consumo no genera emisiones extra. 
  2. Al contrario que la energía solar o la eólica, es independiente de la meteorología. 
  3. Implica un impacto mínimo sobre los ecosistemas y el medio ambiente —además, parte de ese impacto es positivo porque al retirar el calor acumulado acerca al subsuelo a sus condiciones originales.
  4. No necesita ser transportada, ya que la fuente de calor se encuentra justo bajo la urbe que la demanda.
  5. La infraestructura necesaria para su reciclaje ya existe, pues sería análoga a la empleada en las centrales geotérmicas y de más fácil implantación, debido a está a ras de superficie.

Una energía limpia… ¿y renovable?

Así pues, la principal duda que plantea esta nueva fuente de energía limpia por explotar es si se trata realmente de una alternativa viable a largo plazo, que merezca la pena la inversión, o si, por el contrario, dejaría de serlo una vez agotadas las reservas de calor acumulado hasta ahora consecuencia de muchos años de actividad humana intensiva. 

Incluso en el caso de que las ciudades minimizasen tanto su actividad subterránea como las superficies y estructuras artificiales, seguiría habiendo un flujo de calor hacia el subsuelo, señala en su investigación, publicada en Nature Communications, el equipo de investigación internacional dirigido por la Universidad de Dalhousie en Canadá. Pero, además, dado que el calentamiento global persistirá incluso cuando se alcancen las cero emisiones netas —y solo comenzará a remitir tiempo después— la demanda energética para calefacción también será cada vez menor, por lo que el calor extraído del subsuelo seguiría cubriendo un porcentaje significativo, como concluyen en el análisis los autores. 

BBVA-OpenMind-Barral- calefaccion subsuelo_3 Casi la mitad de las grandes ciudades estudiadas almacena bajo sus cimientos reservas como para satisfacer la demanda de energía calorífica local por un año. Crédito: K. Atlas.
Casi la mitad de las grandes ciudades estudiadas almacena bajo sus cimientos reservas como para satisfacer la demanda de energía calorífica local por un año. Crédito: K. Atlas

Esta afirmación, basada en la evaluación de las condiciones futuras mediante modelos de proyección climática, ha permitido a los investigadores concluir que, hasta en el escenario más favorable, el calentamiento global seguirá provocando el aumento de la temperatura media de la superficie del planeta de tal modo que, para final de siglo, más del 70% “de las localizaciones analizadas podrían cubrir en gran medida la demanda de energía calorífica de las ciudades simplemente reciclando la energía del subsuelo”. Incluso aún más si se considera que, para entonces, las infraestructuras para su recuperación y aprovechamiento estarían optimizadas para maximizar su rendimiento.

De hecho, además de que pueda ser una alternativa viable a largo plazo, prescindir de este método de calentamiento bajo en carbono puede tener también una contrapartida, como señala la doctora Susanne Benz, líder del estudio, ya que “el calor seguirá atrapado en el suelo y afectará la calidad de las aguas subterráneas y los ecosistemas”.

Miguel Barral

@migbarral 

Comentarios sobre esta publicación

El nombre no debe estar vacío
Escribe un comentario aquí…* (Máximo de 500 palabras)
El comentario no puede estar vacío
*Tu comentario será revisado antes de ser publicado
La comprobación captcha debe estar aprobada