¿Truco o trato? Es probable que esta pregunta se escuche mucho menos la próxima noche de Halloween, porque las medidas para frenar la propagación de la COVID-19 van a provocar que la celebración sea un poco diferente a la de los anteriores. A pesar de todo, sigue siendo una ocasión excelente para contar historias de miedo, también relacionadas con la ciencia. Sin ir más lejos, el verdadero origen de Halloween hace más de dos mil años tenía una estrecha relación con la astronomía, ya que se basaba en la celebración del año nuevo celta, que medía el tiempo sin calendarios, contando las lunas llenas del año.
OpenMind recopila algunas de sus historias más terroríficas relacionadas con ciencia y tecnología para ambientar la velada. Podría parecer que son ciencia ficción, pero nada más lejos: todo lo narrado a continuación son hechos reales.
¿Dé dónde vienen los monstruos?
Las criaturas fantásticas de las que hablaban los cuentos y leyendas desde la Antigüedad han sido descartadas en gran parte con el avance de la zoología. Sin embargo, muchos de esos monstruos estaban basados en hechos reales, y la leyenda se creaba cuando los humanos intentaban suplir con imaginación la falta de datos científicos que existía en esa época.
El monstruo del lago Ness, dragones, el yeti… Nos adentramos en los orígenes reales de los animales fantásticos que han poblado las pesadillas de los humanos durante décadas.
Las joyas más raras del mundo animal
Sin embargo, a veces no es necesario imaginar criaturas monstruosas, porque el mundo animal es tan diverso que nos ofrece ejemplos reales que parecen salidos de una película de terror. Tiburón duende, hormiga panda, pez borrón… Sus nombres ya dan una pista de su extravagante apariencia.
¿Qué ocurre cuando morimos?
Muchas personas que han vivido Experiencias Cercanas a la Muerte (ECM) relatan las mismas sensaciones y coinciden en describir imágenes de lo que parecen un túnel y una luz brillante. Los neuropsicólogos advierten que las razones por la que esto sucede son complejas y probablemente dependen de varias causas.
Las ECM son solo una parte de una de las grandes preguntas a las que ha intentado dar respuesta la ciencia desde hace décadas. Realmente, ¿qué ocurre cuando morimos? ¿Cuándo se produce exactamente la muerte? ¿Qué implicaciones tienen los descubrimientos científicos relacionados que se van logrando con el tiempo?
¿Puede conservarse el cerebro más allá de la muerte?
Hoy en día, el progreso científico ha hecho posible hacer trasplantes de casi todos los órganos, pero se resiste el más complejo y precioso de todos: el cerebro. El proceso no solo sería sumamente complicado técnicamente, sino que abriría grandes debates éticos y muchos interrogantes.
La comedia de ciencia ficción “Upload” refleja un futuro cercano en el que las personas cercanas a la muerte pueden elegir que su cerebro sea “subido” a entornos de realidad virtual.
Sin embargo, sí existen algunos avances en este campo, ya que se ha logrado mantener con vida un cerebro humano hasta 36 horas. En este siglo, ¿llegaremos a ser capaces de recrear el cerebro y conservarlo más allá de la muerte?
El sueño de la criogenización
¿Merece la pena ahorrar 45.000 euros para que congelen tu cuerpo a 196 grados bajo cero hasta que la ciencia avance lo suficiente como para revivirte? Muchas personas parecen pensar que sí, y en la actualidad, hay tres compañías en el mundo que se dedican a almacenar cuerpos criogenizados.
El proceso, que implica, entre otros pasos, sustituir la sangre por un compuesto anticongelante, suscita muchos cuestionamientos entre la comunidad científica. ¿Es realmente posible que en un futuro se puedan revivir esos cuerpos?
Tecnologías para los enterramientos del siglo XXI
En una época en la que la necesidad de abogar por hábitos más sostenibles está más presente que nunca, es preciso mencionar que los enterramientos tradicionales no son muy amigables con el medioambiente. Los fluidos de embalsamado, el combustible y las emisiones de la cremación son contaminantes, y a esto se une la necesidad de grandes extensiones de tierra para los cementerios.
Ante esto, la tecnología ha abierto nuevas posibilidades para todos los gustos. Enterramientos espaciales, crear un jardín marino o convertirse en toda clase de objetos o de compostaje, son algunas de las nuevas opciones de enterramientos que han llegado con el siglo XXI.
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