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26 octubre 2021

El peligro tras los fármacos y pesticidas que modifican el comportamiento animal

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Hace 50 años se demostró por primera vez la relación entre contaminación química y extraños cambios en el comportamiento de los animales; una epidemia causada por los humanos capaz de modificar la forma en la que distintas especies se comunican, se desplazan o se reproducen. Desde entonces se han descubierto múltiples casos de los diferentes efectos que tienen en la fauna los químicos presentes en pesticidas, fármacos y otros compuestos y que invitan a no bajar la guardia en la vigilancia de los elementos que se vierten al medioambiente.

Langosta americana (Homarus americanus)

BBVA-OpenMind-farmacos y pesticidas que modifican el comportamiento animal - contaminacion quimica 1-Crédito: Patrick Randall/Flickr
Crédito: Patrick Randall/Flickr

En 1971 investigadores del Woods Hole Oceanographic Institution demostraban por primera vez cómo la presencia de contaminantes químicos en el medio afectaba al comportamiento de una especie animal y comprometía su supervivencia. En concreto, el pionero estudio comprobó experimentalmente que la presencia de restos de queroseno en el agua, incluso a muy bajas concentraciones, aumentaba la agresividad de las langostas y en consecuencia los ataques y disputas entre individuos. 

Los hidrocarburos aromáticos solubles del combustible interferían en la detección de los compuestos que actúan de mediadores en la comunicación química entre las langostas. Esta capacidad para detectar compuestos químicos presentes en el agua –equivalente al sentido del olfato en los animales terrestres– permite a las langostas y a otros muchos seres marinos, además de reconocer las marcas territoriales de sus congéneres, localizar posibles fuentes de alimento, detectar a congéneres y potenciales depredadores, seguir sus rutas migratorias o encontrar pareja para reproducirse. 

Pez killi (Fundulus diaphanus)

BBVA-OpenMind-farmacos y pesticidas que modifican el comportamiento animal - contaminacion quimica 2 - Crédito: NCFishes
Crédito: NCFishes

Para los peces killi de la especie Fundulus diaphanus se ha comprobado que incluso una breve exposición a bajas concentraciones del compuesto 4-nonilfenol, un agente surfactante habitual en la producción de jabones, detergentes y otros productos de limpieza, interfiere en la capacidad de los peces para formar cardúmenes al modificar las señales químicas que sirven de canal de comunicación entre los individuos. Esta interferencia compromete seriamente su supervivencia ya que se trata del principal mecanismo de defensa frente a sus depredadores a los que tal acumulación de potenciales presas confunde. Además, la formación de grandes bancos optimiza la localización de fuentes de alimento y la detección de potenciales amenazas. 

Carpita cabezona (Pimephales promelas)

BBVA-OpenMind-farmacos y pesticidas que modifican el comportamiento animal - contaminacion quimica 3 - Crédito: Wikimedia
Crédito: Wikimedia

En la actualidad, los antidepresivos y ansiolíticos son los fármacos más consumidos en todo el mundo y, en consecuencia, muchos de ellos –o sus principios activos o derivados de estos– acaban en las aguas residuales que se vierten al mar. Unos compuestos que incluso muy diluidos pueden acceder al cerebro de los peces cuando estos se ven expuestos en fases tempranas de su desarrollo. Por ejemplo, se ha comprobado que los embriones y alevines de carpita cabezona expuestos a antidepresivos reaccionan más lentamente a las señales de peligro y  tardan más en huir ante la presencia de un predador. Asimismo, se ha observado que los antidepresivos provocan inapetencia en los peces e interfieren en su capacidad para encontrar alimento y pareja. En el caso concreto de la fluoxetina, uno de los antidepresivos más prescritos, esta se comporta como un estrógeno en los machos de carpita y puede llegar a provocar una inhibición de los rasgos distintivos de su sexo, que les valen para establecer su posición social y cortejar a las hembras. Además, estos machos manifiestan conductas “maternales” como una mayor agresividad  la hora de proteger los nidos. 

Tortuga marina boba (Caretta caretta)

BBVA-OpenMind-farmacos y pesticidas que modifican el comportamiento animal - contaminacion quimica 4 Crédito: pxfuel
Crédito: pxfuel

Cada vez son más los casos de animales marinos capturados o recuperados con sus estómagos llenos de plásticos. Una ingesta a la que no son ajenas las tortugas bobas marinas y de la que ahora se sabe, no es accidental. Tal y como se ha comprobado experimentalmente, las tortugas confunden el olor de muchos plásticos con el de su alimento habitual. Estos plásticos liberan dimetilsulfuro, un gas que también es producido por el fitoplacton, principal fuente de alimento oceánico, lo que confunde a muchas especies de peces y aves marinas. Y por lo visto también a las tortugas, previsiblemente porque sus presas favoritas también huelen así al alimentarse de fitoplacton.

Salmón (Salmo salar)

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Crédito: Wikimedia

Una de las etapas clave del ciclo vital del salmón es la migración de los ejemplares juveniles río abajo hasta el mar. Un momento que, por tener que enfrentarse a un entorno desconocido, produce en los jóvenes salmones un gran estrés y ansiedad; que desde el punto de vista de la supervivencia son imprescindibles para mantenerlos en permanente alerta. Sin embargo, se ha demostrado que la presencia de ansiolíticos como el oxazepam en el agua, afecta a los salmones y modifica su comportamiento migratorio: al reducir la ansiedad, favorece las conductas “de riesgo”, lo que se traduce en que los salmones inician su migración más rápidamente –antes de estar totalmente listos– y realizan una exploración errática del nuevo entorno, en todas las direcciones, en lugar de emprender el descenso de inmediato; descuidando además la vigilancia ante posibles depredadores. Lo llamativo es que en un determinado momento se llegó a plantear el empleo de ansiolíticos en salmones de criadero –a los que les cuesta más iniciar el viaje– a fin de estimular su migración y equiparla a la de los salmones salvajes.

Estornino europeo (Sturnus vulgaris)

BBVA-OpenMind-farmacos y pesticidas que modifican el comportamiento animal - contaminacion quimica 6 Crédito: Wikimedia
Crédito: Wikimedia

Aunque los animales marinos son los que se encuentran en una mayor situación de riesgo debido a los masivos vertidos a las aguas –y por tanto son también los más estudiados–, las alteraciones del comportamiento y merma de facultades no son exclusivos al medio acuático, ya que los contaminantes químicos son actualmente omnipresentes en el medioambiente. Un ejemplo son los PCBs –bifenilos policlorados, compuestos que durante años fueron ampliamente usados en la industria y que aunque en la actualidad han sido casi totalmente prohibidos continúan presentes debido a su elevada persistencia. Se ha comprobado que cuando estos PCBs alcanzan a los polluelos de estornino, afectan y merman su capacidad de aprendizaje y su memoria espacial, facultades fundamentales para efectuar sus migraciones y también para recordar la localización de fuentes de alimento y anidamiento. Además, también se cree que la temprana exposición a PCBs afecta a otros comportamientos que igualmente dependen del aprendizaje y la memoria, como la duración  y complejidad de los cantos de cortejo, de los que depende su éxito reproductivo.

Buitre indio (Gyps indicus)

BBVA-OpenMind-farmacos y pesticidas que modifican el comportamiento animal - contaminacion quimica 7 Crédito: Wikimedia
Crédito: Wikimedia

La introducción de contaminantes químicos en el medio puede afectar de múltiples formas a un ecosistema. De hecho, rara vez su impacto se restringe a una sola especie sino que la consecuencias se extienden por todo el sistema. Uno de los ejemplos más evidentes y que alcanzó mayor repercusión fue la bautizada como “Crisis de los buitres indios”, cuando entre 1991 y 2007 la población de estas aves carroñeras de la India se redujo en un 99% antes de que se identificara la causa: el diclofenac, un antiinflamatorio muy usado en la ganadería. Cuando los buitres se alimentaban de los cadáveres de reses tratadas e ingerían el fármaco, morían por fallo renal en menos de un mes. La drástica disminución de la población de buitres desencadenó una cascada de efectos: su ausencia provocó una abundancia de carroña que se tradujo en la proliferación de perros silvestres en las proximidades de las poblaciones, lo que a su vez multiplicó el número de ataques a personas y con ello una epidemia de rabia en humanos. Se estimó que en ese periodo los ataques de canes aumentaron en 40 millones, que supusieron 47.300 muertes por rabia adicionales y un coste de 34.000 millones de dólares a la economía india. 

Miguel Barral

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