Patricia Fernández de Lis, periodista científica, conversa con Ana Justel, Catedrática de Estadística en la Universidad Autónoma de Madrid y una de las mayores conocedoras de la Antártida, sobre cómo los datos que se recogen en ese entorno tan remoto nos ayudan a conocer mejor los efectos del cambio climático.
Tras 8 campañas en la Antártida, ¿Por qué engancha tanto ese continente?
La oportunidad de trabajar en la Antártida es algo que pocas personas tienen a su alcance. Engancha el trabajo, engancha la forma de vida allí. La Antártida es el lugar donde el hombre ha tenido menos presencia y es la naturaleza en estado absolutamente puro. Combina mis intereses por la investigación y la naturaleza, y este trabajo me brinda la oportunidad de desafiarme a mí misma y mejorar mis habilidades en un entorno único y cautivador.
Cuéntanos un poco qué tipos de trabajos haces ahí.
Soy parte de un equipo multidisciplinario en el proyecto “Microairpolar“. Nos enfocamos en estudiar los microorganismos que se transportan en las zonas polares a través del aire. Nuestro objetivo es comprender los procesos de colonización de las formas de vida más básicas y el impacto de los microorganismos en el medioambiente.
El proyecto requiere la colaboración de expertos en diversas disciplinas, incluyendo biología, meteorología, física de la atmósfera y modelización matemática. Yo dirijo el aspecto matemático del proyecto, que incluye la aplicación de métodos estadísticos y la modelización para analizar los datos obtenidos.
¿Y qué hace una estadística en la Antártida?
Antes de partir hacia la Antártida, planificamos la campaña y decidimos qué muestras recoger, y una vez en el campo, trabajamos juntos para recopilar los datos. Ir a la Antártida y recoger esas muestras es crucial para comprender el valor y el costo de un dato, tanto en términos de esfuerzo como económicos. Los datos recogidos en la Antártida son valiosos pero a menudo difíciles de obtener y analizar debido a la breve duración de la campaña y a la complejidad de las muestras. Por lo tanto, es necesario desarrollar nuevos métodos para analizar estos datos y sacar el mayor provecho de ellos. La estadística es como el “microscopio de los datos”, y me he dado cuenta de la importancia de desarrollar nuevas técnicas y métodos para analizar estos datos valiosos y costosos.
Así que estáis sacando “oro” de esos datos
Efectivamente, el objetivo final es obtener la información más valiosa y útil de los datos. Y a veces eso requiere desarrollar nuevas técnicas y herramientas para poder analizarlos. La estadística es una herramienta muy poderosa en este sentido, pero a veces puede ser necesario utilizar técnicas más avanzadas o sofisticadas para poder obtener resultados precisos y confiables. En definitiva, es importante tener en cuenta el valor que tienen los datos y trabajar duro para extraer toda la información que puedan aportar.
¿Y qué os han dicho esos datos por ahora en esas campañas en la Antártida?
Es interesante cómo los datos y la tecnología están permitiendo descubrir nuevas conexiones y patrones en la naturaleza que antes eran desconocidos. La conexión entre los microorganismos de los polos opuestos es sorprendente, ya que se consideraba que estos eran ecosistemas aislados. Además, el hecho de que el aire sea un medio de transporte tan potente también es una revelación importante, ya que permite la dispersión de microorganismos a distancias considerables.
Sin embargo, este descubrimiento también plantea nuevos desafíos, ya que los ecosistemas microbianos en la Antártida están expuestos a la llegada de especies invasoras debido al cambio climático, lo que puede tener un impacto significativo en la complejidad y la diversidad de los ecosistemas antárticos. Es importante seguir investigando y monitoreando estos ecosistemas para comprender mejor los impactos del cambio climático y tomar medidas efectivas para proteger la biodiversidad en todo el planeta.
¿Y cómo está afectando el cambio climático a esos microorganismos? ¿A qué tipo de cambios se están viendo sometidos?
La Antártida es un ecosistema muy frágil y único, y cualquier cambio en el clima o en la biodiversidad puede tener un impacto significativo en todo el planeta. La biodiversidad de la Antártida es clave para muchos aspectos de la investigación científica, desde la biología marina hasta la salud humana. Además, la Antártida es un importante regulador del clima global y cualquier cambio en la temperatura o en la cantidad de hielo marino puede tener un impacto en el clima y los patrones climáticos a nivel mundial. Es importante continuar investigando y monitoreando la Antártida y sus ecosistemas para poder comprender y prevenir los impactos negativos del cambio climático y proteger su biodiversidad y sus ecosistemas únicos.
¿Qué opinas acerca de las movilizaciones de los jóvenes en la lucha contra el cambio climático? ¿Crees que eso es una esperanza para el futuro?
La conciencia y la participación de los jóvenes en la lucha contra el cambio climático es algo muy positivo y alentador. Es importante que la educación juegue un papel crucial en el desarrollo de la conciencia y el conocimiento sobre este tema, para que las futuras generaciones estén mejor preparadas y puedan tomar decisiones informadas. La educación ambiental es esencial para ayudar a los jóvenes a comprender la magnitud del problema y cómo pueden hacer una diferencia positiva. Al mismo tiempo, es importante que los jóvenes se involucren activamente y hagan su parte, ya sea a través de iniciativas individuales o de grupo, para trabajar juntos hacia un futuro sostenible.
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