Patricia Fernández de Lis, periodista científica, entrevista a Ignacio Mártil de la Plaza, Catedrático de Electrónica en la Universidad Complutense de Madrid, sobre los retos a los que se enfrenta la sociedad en la búsqueda de un modelo energético que sea más sostenible.
¿Cuál crees que es el mayor reto que tenemos como sociedad para conseguir un nuevo modelo energético más sostenible?
Creo que reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en general y las de CO2 en particular y esto se tiene que concretar en dos aspectos esenciales: modificar nuestros hábitos de consumo energético y nuestros hábitos de movilidad.
¿Cómo modificamos esos hábitos?
Tomando conciencia de que este es un problema cuya solución depende en parte de nosotros. No del todo de nosotros, pero sí en parte.
¿Y qué cosas podríamos hacer nosotros como individuos?
Podríamos hacer algunas que resultan bastante incómodas, por ejemplo, en lo que tiene que ver con la movilidad, que es el principal reto que tiene nuestra sociedad. Para aquellos que vivimos en grandes ciudades, deberíamos utilizar el coche sólo para los asuntos que fueran absolutamente imprescindibles, y prescindir del coche siempre que podamos. Y en cuestiones de ocio, por ejemplo, creo que cualquier viaje en avión a puntos que disten menos de 400 km de nuestro destino deberían estar prohibidos.
A diario se mueven por todo el planeta entre 120.000 y 130.000 aviones, que en determinadas épocas del año llegan a 200.000, cada uno de ellos consumiendo toneladas de queroseno por segundo.
¿Y además de los hábitos de consumo energético, qué otro reto tenemos como sociedad para cambiar?
Existen aspectos que no están completamente bajo nuestro control, como son las políticas públicas que fomenten el uso de energías no contaminantes y la implementación de soluciones sostenibles, como la movilidad eléctrica o con vehículos de hidrógeno. Aunque estas soluciones son necesarias, también es cierto que su costo puede ser elevado
¿Por qué caras?
El parque automovilístico europeo alcanzó un total de 270 millones de vehículos a finales de 2019, de los cuales 30 millones corresponden a España. Si se considera la idea de reemplazar estos vehículos por vehículos eléctricos, el costo total sería significativo. Incluso considerando un precio moderadamente bajo de 25,000 euros por vehículo eléctrico, la cifra total para Europa sería de 7 billones de euros, mientras que en España alcanzaría los 750.000 millones de euros. Esto demuestra que la transición a la movilidad eléctrica aún tiene un camino por recorrer antes de ser considerada una solución asequible a nivel económico.
¿Y crees que el problema fundamental es ese? ¿El hecho de que es muy caro? ¿O hay otros obstáculos?
Además del precio de los vehículos eléctricos, que debería ser más accesible para incentivar su uso, quizás aún más importante, es la necesidad de una amplia red de estaciones de recarga de baterías, similar a las gasolineras actuales. Pero estos son solo algunos de los desafíos a superar para impulsar la transición a la movilidad sostenible.
El Plan de Recuperación para Europa plantea, entre algunos de sus objetivos, lograr la descarbonización de la economía del continente. ¿Crees que eso es posible? ¿Y cómo se puede hacer?
En mi opinión, la transición a la movilidad sostenible es un objetivo alcanzable, en particular debido al creciente compromiso político que se está manifestando a nivel europeo. Actualmente, las fuentes renovables generan alrededor del 25% de la energía eléctrica consumida a nivel mundial. Si sumamos la producción de energía nuclear, este porcentaje se sitúa entre el 30% y el 35%. En algunos países, incluso supera el 50%. Estos son datos que nos muestran que la producción de energía sostenible es un reto factible y alcanzable.”
La sustitución de ese porcentaje por fuentes renovables es un objetivo alcanzable a corto plazo, en un periodo de 10 a 15 años. Hay una clara voluntad política en Europa en este momento, y también se están dando pasos en otros lugares como China y Estados Unidos. Sin embargo, el impacto de estas iniciativas a nivel global todavía está por verse.
¿Qué innovaciones técnicas crees que puede aportar la ciencia a esta transición energética?
Hoy en día, disponemos de tres tecnologías renovables avanzadas, con las cuales España se destaca como líder mundial: la energía solar fotovoltaica, la energía termoeléctrica y la energía eólica. Estas tecnologías son eficientes y activas en la producción de energía eléctrica, y actualmente lo hacen a precios competitivos. De hecho, la Agencia Internacional de la Energía, una institución no partidaria de los intereses renovables, ha declarado que la energía solar fotovoltaica es actualmente la forma más barata de producir energía eléctrica en todo el mundo.
¿Alguna otra innovación? ¿Algo de lo que no sepamos o de lo que no hayamos oído hablar que a ti te llame la atención o que sea especialmente llamativo?
Las perovskitas son un material prometedor en el desarrollo de paneles fotovoltaicos más eficientes. Actualmente, la eficiencia promedio de los paneles solares fotovoltaicos es del 20% aproximadamente, por lo que una eficiencia del 30% sería un gran avance. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la producción a gran escala y la eficiencia en condiciones reales aún son desafíos a superar antes de poder comercializar estos paneles a nivel masivo
O sea que podríamos llegar a tener ese momento soñado en el que este tipo de energías compitieran de verdad, de igual a igual, con las energías más contaminantes que estamos usando.
Las energías renovables son una fuente de energía importante para el futuro, pero presentan desafíos, como la intermitencia y la impredicibilidad. Sin embargo, los modelos climáticos permiten predecir la producción de energía de manera aproximada y el avance en el campo del almacenamiento está permitiendo solucionar el problema de la falta de capacidad de almacenamiento. Además, en el campo de la energía solar fotovoltaica, hay materiales innovadores como las perovskitas que prometen una eficiencia sorprendente y sin emisiones. Todavía hay un camino por recorrer, pero el avance en la tecnología de energías renovables es prometedor.
¿Cuál crees que es el problema más urgente al que se enfrenta el planeta ahora mismo en cuanto a sostenibilidad? ¿Cuál sería para ti el más urgente, el más importante?
Para mi, en resumen, la movilidad es un aspecto crucial en la transición hacia un futuro más sostenible y la búsqueda de soluciones en el campo de la batería es fundamental para avanzar en ella. Sería importante fomentar el desarrollo de baterías más duraderas, económicas y sostenibles, y explorar la posibilidad de utilizar materiales distintos al litio.
Si yo tuviera alguna capacidad de tomar decisiones en nuestro país, perdería todas las horas de sueño de mi vida para que en este país se montaran todas las fábricas posibles de baterías, de vehículos de hidrógeno y demás. Centrándome en España, tenemos un problema que no podemos olvidar: nosotros hoy por hoy producimos casi exclusivamente coches. O sea, tenemos turismo y tenemos coches. No tenemos otra cosa. Entonces no podemos perder ni una sola de las fábricas que tenemos, y para no perderlas creo que eso sería vital.
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