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30 noviembre 2020

VIH y sida: la otra pandemia que no debemos olvidar

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Desde el año 1988, cada 1 de diciembre se celebra el Día Mundial de la Lucha contra el Sida para dar a conocer a la sociedad los últimos avances contra esta enfermedad, así como para aumentar la conciencia pública en materia de prevención.

Se calcula que, hasta hoy, 33 millones de personas han perdido la vida por complicaciones derivadas del sida. Sin embargo, la que hasta ahora era conocida como la gran pandemia de finales del siglo XX y principios del siglo XXI, se ha visto inevitablemente desplazada por la gran crisis sanitaria de 2020: el coronavirus y su rápida propagación por todo el mundo. Como también sucede con otras enfermedades, la lucha contra el sida se enfrenta a nuevos retos en este año de crisis sanitaria.

Las consecuencias de la COVID-19 para los pacientes de VIH y sida

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas se establecieron en el año 2015 para lograr un planeta más justo y sostenible. Cinco años después, empiezan a ser muy tangibles las consecuencias que este fatídico 2020 ha provocado en su consecución

ONUSIDA, El Programa Conjunto de Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA, recopila en su web los 10 ODS más relevantes para la respuesta al sida, y entre los más afectados por la pandemia se encuentra el ODS 3, que promueve mejorar la salud y el bienestar a nivel mundial. Como consecuencia del colapso que han sufrido los servicios sanitarios de todo el mundo debido a la lucha contra la COVID-19, otros aspectos de la salud de las personas se han visto afectados. La cobertura sanitaria universal, que incluye los servicios de salud sexual y reproductiva, es esencial para la prevención y el tratamiento del VIH, pero la atención primaria está siendo afectada a nivel global por el coronavirus.

El ODS 3, que promueve mejorar la salud y el bienestar a nivel mundial, es el primer frente lógico al que la pandemia ha herido de gravedad. Imagen: SJ Objio (Unsplash)
El ODS 3, que promueve mejorar la salud y el bienestar a nivel mundial, es el primer frente lógico al que la pandemia ha herido de gravedad. Imagen: SJ Objio (Unsplash)

Según datos de la Organización Mundial de la Salud, la prevención, la detección y el tratamiento del VIH están sufriendo daños, particularmente en los países con sistemas de salud más frágiles. Y cualquier retraso en estos servicios podría dejar a muchas poblaciones vulnerables en mucho mayor riesgo de infección de VIH y muertes relacionadas con sida. Más de dos tercios de la población que convive con el VIH vive en la región africana de la OMS (una de las seis regiones en las que la OMS divide el mundo en sus análisis), y aunque los esfuerzos internacionales de los últimos años han permitido que el porcentaje de afectados por el VIH que reciben terapia antirretroviral de por vida ascienda a un 68% de adultos y un 53% de los niños afectados, todavía queda mucho camino por recorrer.

La inferencia de la pandemia también se da en otros ODS importantes para la lucha contra el VIH, como el fin de la pobreza (ODS 1), ya que un bajo nivel socioeconómico de las personas se traduce en una menor capacidad de prevención del VIH o de mitigar los efectos del sida. Una educación de calidad (ODS 4) es otro de los pilares para la prevención del VIH, y los cierres de escuelas en todo el mundo durante algunos meses para frenar la pandemia, así como la imposibilidad de muchas personas para acceder al aprendizaje en remoto son problemas muy reales en lugares como África, donde menos de la tercera parte de la población tiene acceso a la banda ancha.

2030: ¿Fin de la epidemia del sida?

Lamentablemente, el año 2020 ha supuesto un desvío en el camino para poner fin a la epidemia del sida como amenaza para la salud pública para 2030, compromiso asumido por la comunidad internacional como parte de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Una de las metas de alcance mundial fijadas para este año y necesarias para ese ambicioso objetivo era la reducción de muertes relacionadas con el VIH en todo el mundo a menos de 500.000. Sin embargo, en el año 2019, fueron 690.000 las personas fallecidas por esta causa, y aunque todavía no están disponibles las cifras de cierre del año 2020, no parece que vayan a ser positivas.

Protesta en Minnesota en defensa de los afectados por VIH. Fuente: Wikimedia Commons

Debido a esto, la Organización Mundial de la Salud quiere llamar la atención en este 1 de diciembre sobre algunas claves para volver a encaminarse hacia el objetivo de 2030. Entre ellas, la prescripción de medicamentos de VIH a los pacientes que los necesiten para varios meses, en lugar de periodos más cortos de tiempo, para protegerlos y reducir la presión en los servicios de salud, o la priorización de los grupos más vulnerables a la enfermedad durante la pandemia de coronavirus, como pueden ser los más jóvenes. 

Además, el año 2020 es también el Año del Personal de Enfermería y Partería, y la Organización Mundial de la Salud incide en la importancia del compromiso de las instancias normativas en apoyar y proteger a estos profesionales, en la primera línea de la lucha tanto contra el VIH como la COVID-19.

 

Sara González para OpenMind

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