El año 2023 impactará los cuatro componentes del Internet de las cosas:
- Sensores,
- Redes (Comunicaciones),
- Analítica (Nube)
- Aplicaciones
-
Con diferentes grados de impacto.
1. Aumento de datos y dispositivos con más interactividad con usuarios
A finales de 2019 ya había alrededor de 3.600 millones de dispositivos conectados activamente a Internet y utilizados para tareas cotidianas y, con la introducción de la 5G, se abrirán las compuertas para que se conecten aún más dispositivos y se dispare el tráfico de datos.
A esta tendencia se añade la creciente adopción de la computación «en la frontera» o ‘Edge Computing’, que facilitará a las empresas un procesamiento de datos más rápido y cercano a los puntos de acción.
2. IA como factor clave en el Internet de las cosas (de nuevo)
Sacar el máximo partido de los datos y comprender cómo funcionan las infraestructuras modernas requiere asistencia informática a través de la inteligencia artificial.
De ahí que los principales proveedores de servicios en la nube, como Amazon, Microsoft y Google, busquen cada vez más competir con base en sus capacidades de IA.
Además, varias ‘startups’ esperan aumentar su cuota de mercado mediante algoritmos de IA que aprovechen el aprendizaje automático y el ‘deep learning’, permitiendo así a las empresas extraer más valor de sus ingentes volúmenes de datos.
La inteligencia artificial es el ingrediente fundamental para dar sentido a la enorme cantidad de datos recopilados en la actualidad, y así aumentar su valor para las empresas. La IA ayudará al análisis de datos del Internet de las cosas en las siguientes áreas:
- preparación de datos,
- descubrimiento de datos,
- visualización de datos en ‘streaming’,
- precisión de las series históricas de datos,
- analítica predictiva y avanzada,
- datos geoespaciales y de localización en tiempo real (datos logísticos)
3. Se hará realidad la interfaz por voz (VUI)
Hay una lucha encarnizada entre las grandes tecnológicas, que buscan dominar el mercado del Internet de las cosas desde sus inicios.
Los dispositivos con asistentes digitales, como Alexa, Siri y Google Assistant, son los futuros centros neurálgicos para la próxima fase de dispositivos inteligentes, y cada empresa trata de consolidar su asistente ante los consumidores para que en un futuro les resulte más fácil añadir dispositivos de la marca.
La voz representa el 80% de nuestras comunicaciones diarias. Y en las películas de ciencia ficción, es habitual hablar con robots como R2D2, C-3PO o JARVIS.
El uso de la voz para configurar dispositivos, dar órdenes y recibir resultados será lo habitual en las casas y fábricas inteligentes, y también en otros ámbitos, como los coches o los dispositivos portátiles, por ejemplo.
4. Mayor inversión en el Internet de las cosas
El indiscutible impacto del Internet de las cosas atraerá a más inversores de capital riesgo hacia proyectos innovadores en hardware, software y servicios. Se calcula que la inversión en Internet de las cosas alcanzará los 1,4 billones de dólares en 2023.
El Internet de las cosas es uno de los pocos mercados que despiertan el interés tanto de los capitalistas de riesgo emergentes como de los tradicionales.
La difusión de los dispositivos inteligentes y la creciente dependencia así creada entre los usuarios para sus tareas cotidianas fomentará la inversión en ‘startups’ de Internet de las cosas.
Los consumidores esperan la próxima gran innovación en Internet de las cosas, como
- Espejo inteligente que analiza el rostro y llama al médico si pareces estar enfermo,
- Cajero automático con cámaras de seguridad inteligentes,
- Tenedores inteligentes que te explican cómo comer y qué comer,
- Camas inteligentes que apagan las luces cuando el usuario se queda dormido
5. Por fin una expansión real del Internet de las cosas
El Internet de las cosas se basa en la conectividad y el procesamiento de datos. Nada será mejor ejemplo de ello que las ciudades inteligentes, pero estas han estado algo paradas últimamente.
Sensores inteligentes repartidos por cada barrio registrarán todo tipo de datos, desde rutas a pie, uso compartido del coche y ocupación de edificios, a flujo de aguas residuales y temperatura elegida, las 24 horas del día, los 7 días de la semana, con el objetivo de crear un lugar cómodo, práctico, seguro y limpio.
Una vez perfeccionado un modelo piloto, podría ampliarse para crear otros barrios inteligentes y, con el tiempo, ciudades inteligentes. Los beneficios potenciales para las ciudades hacen que la tecnología del Internet de las cosas sea especialmente atractiva.
Las ciudades ya están estudiando cómo el Internet de las cosas puede mejorar la eficiencia y la seguridad, y esta infraestructura se extiende cada vez más por todo el mundo.
Otro ámbito en el que el Internet de las cosas se está extendiendo es la industria automovilística. Los coches autónomos que se conducen solos serán algo habitual en los próximos años, y muchos vehículos ya tienen una ‘app’ conectada que muestra información de diagnóstico en tiempo real.
Esto se logra al integrar tecnología del Internet de las cosas en el corazón del vehículo conectado. Pero obtener datos de diagnóstico no será el único avance del Internet de las cosas que veremos en el próximo año: además, cambiará nuestra forma de conducir con ‘apps’ conectadas, búsquedas por voz e información actualizada sobre el tráfico.
6. Auge del IoT industrial y la tecnología de gemelos digitales
Una amalgama de tecnologías está impulsando una nueva revolución industrial. El Internet de las cosas desempeñará un papel importante para que la fabricación sea más eficiente, segura y rentable.
El Internet de las cosas en el ámbito industrial mejora la productividad mediante la integración y análisis de los datos que solo puede ofrecer un proceso de fabricación interconectado.
También está en auge la tecnología de “gemelos digitales”, mediante la cual una empresa puede crear una imagen clara de cómo sus dispositivos de Internet de las cosas interactúan con el proceso de fabricación.
Esto permite a las empresas conocer el funcionamiento del ciclo de vida de sus máquinas y prever los cambios que puedan ser necesarios.
Según una encuesta de Gartner, el 48% de empresas que adoptan la fabricación inteligente tienen previsto utilizar el concepto de gemelo digital.
7. Auge de la «Edge Computing»
La ‘Edge Computing’ o computación «en la frontera» es una tecnología que distribuye la labor de procesamiento acercándola a la frontera de la red (en el caso del Internet de las cosas, a los sensores).
Para los proveedores de soluciones de Internet de las cosas, las ventajas de utilizar la ‘edge computing’ son muy atractivas.
Dichas ventajas incluyen:
- Minimizar la latencia,
- Conservar ancho de banda,
- Responder de forma fiable a decisiones rápidas,
- Obtener un amplio abanico de datos de forma segura,
Trasladar los datos al lugar más idóneo para su procesamiento, y mejorar la analítica mediante el uso de datos locales.
La computación “en la frontera” ha ido en aumento en los últimos años, pero el creciente alcance del Internet de las cosas le dará un impulso aún más fuerte. Dos factores están provocando este cambio:
- Cada vez son más asequibles los dispositivos de última generación, en distintos formatos.
- La infraestructura centralizada soporta una carga cada vez mayor.
La ‘edge computing’ implica incorporar la IA a los propios dispositivos, lo que a su vez permite a las empresas aprovechar datos en tiempo real, en lugar de tener que localizar los datos correctos entre el ingente volumen que alberga una nube centralizada. En los próximos años, e incluso décadas, es probable que la tecnología encuentre un equilibrio entre la nube y los dispositivos distribuidos en la periferia.
Los fabricantes de hardware están construyendo infraestructuras específicas para la ‘edge computing’, físicamente más resistentes y seguras, mientras los proveedores de seguridad prestarán soluciones de seguridad «en la frontera» para evitar la pérdida de datos, ofrecer información sobre el estado de la red y protección frente a amenazas, y permitir el control de usuarios privilegiados y «listas blancas» de aplicaciones. Todo ello favorecerá la rápida adopción y difusión de la ‘edge computing’ entre las empresas.
8. Más cuestiones sociales, jurídicas y éticas
El Internet de las cosas es una nueva tecnología en gran medida no regulada que inevitablemente se enfrentará a cuestiones sociales y jurídicas en un futuro próximo. Esto es especialmente relevante para los datos recogidos por estos dispositivos, que pronto podrían quedar sujetos al Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) de la UE, que extiende su alcance más allá de la Unión Europea, ya que cualquier empresa que quiera operar en Europa tendrá que cumplir las normas establecidas en sus 88 páginas.
Las cuestiones de seguridad son de importancia crucial en la normativa sobre datos personales. Los equipos de desarrollo buscan garantizar el nivel requerido de seguridad y cumplimiento a distintos niveles, mediante cifrado de datos, consentimiento activo, diversos medios de verificación y otros mecanismos. Su objetivo es recopilar datos de forma legítima y mantener su accesibilidad, tratamiento y almacenamiento al mínimo que requiera el producto informático.
9. Seguirá siendo un problema la estandarización
La consolidación de un protocolo de comunicación estándar y universal es uno de los mayores retos a que se enfrenta el Internet de las cosas. Hay una lucha encarnizada entre las grandes tecnológicas, que buscan dominar el mercado del Internet de las cosas desde sus inicios. Pero lo que vemos de momento es fragmentación. Una posible salida es que se imponga un número reducido de proveedores que dominen el mercado, lo que permitiría a los clientes elegir a uno de ellos y quedarse con él para cualquier dispositivo conectado adicional. Esto sería similar al caso de los sistemas operativos, con Windows, Mac y Linux, entre los cuales no existen estándares multiplataforma.
Para comprender la dificultad de la estandarización, debemos abordar sus tres componentes:
- Plataforma,
- Conectividad,
- Aplicaciones.
La plataforma consta de la interfaz de usuario y herramientas analíticas, mientras la conectividad se refiere a los puntos de contacto de los usuarios con los dispositivos. Por su parte, las aplicaciones controlan, recopilan y analizan los datos.
Los tres componentes están interrelacionados y los necesitamos todos: el fallo de uno de ellos rompería el modelo y paralizaría el proceso de estandarización. La solución al problema de la fragmentación requiere un fuerte impulso por parte de organizaciones como el IEEE o la normativa legal para disponer de estándares comunes para los dispositivos del Internet de las cosas.
Ahmed Banafa, autor de los libros:
Secure and Smart Internet of Things (IoT) Using Blockchain and AI
Blockchain Technology and Applications
Referencias
- “Secure and Smart IoT Using Blockchain and AI “, Prof. Ahmed Banafa
- “Blockchain Technology and Applications “ , Prof. Ahmed Banafa
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