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22 septiembre 2020

Cómo combatir la pandemia sin empeorar la salud del planeta

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Durante los primeros meses de la pandemia del coronavirus SARS-CoV-2, el colapso de la actividad industrial y del transporte provocó un acusado descenso de las emisiones de gases de efecto invernadero. Sin embargo, por entonces los expertos ya alertaban de no caer en la ilusión de que la lacra de la COVID-19 tendría al menos algún consuelo; era solo un espejismo temporal. Es más, las consecuencias de la pandemia están agravando un problema medioambiental ya clásico de la civilización humana, el de la basura. El uso generalizado de mascarillas y guantes, el aumento del consumo de productos desechables por miedo al contagio, e incluso el impacto de la pandemia en los sistemas de tratamiento de residuos, amenazan con dejar también un legado sombrío en la salud de nuestro planeta.

A medida que el coronavirus se extendía por el mundo, y con él las medidas de protección contra la infección, los grupos ecologistas ya comenzaban a informar de que los desechos de la pandemia estaban invadiendo los océanos, y de que pronto habría “más mascarillas que medusas en las aguas del Mediterráneo”, en palabras de Laurent Lombard, de la organización francesa Opération Mer Propre. Según la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo, en este año las ventas globales de mascarillas desechables se multiplicarán por más de 200, de 800 millones de dólares en 2019 a 166.000 millones en 2020, y el 75% acabarán en vertederos o en los mares. 

Los desechos hospitalarios

“La basura del coronavirus se ha convertido en una nueva forma de contaminación”, advertía el Foro Económico Mundial. En un momento en que la concienciación sobre el problema de los residuos plásticos y sus efectos en los océanos está más presente que nunca, la ONU subrayaba: “La lucha contra la contaminación plástica está sufriendo un golpe por la pandemia de COVID-19”. Algunos expertos predicen que la basura generada por las mascarillas es “un desastre medioambiental que podría durar generaciones”, aún más teniendo en cuenta que la degradación de estos residuos con el tiempo acrecentará el problema de la contaminación microplástica. Pero los geólogos van mucho más allá, pronosticando que esta crisis dejará una huella permanente en la memoria del planeta a través de la fosilización de mascarillas y guantes, que acabarán en los lechos de ríos y lagos para después cubrirse de sedimento y quedar integrados en la historia geológica de la Tierra. 

BBVA-OpenMind-combatir la pandemia sin empeorar la salud del planeta-Pandemia y medioambiente 2-La pandemia ha impuesto la urgente necesidad de reforzar la protección del personal sanitario. Crédito: The National Guard
La pandemia ha impuesto la urgente necesidad de reforzar la protección del personal sanitario. Crédito: The National Guard

No obstante, una parte de esta nueva basura generada es casi inevitable: la pandemia ha impuesto la urgente necesidad de reforzar la protección del personal sanitario que está en contacto con los enfermos. Los Equipos de Protección Individual (EPI) emplean elementos desechables, como mascarillas, guantes y monos, a lo que se suman los envases de geles desinfectantes y otros numerosos productos de uso médico. En el pico de la pandemia en Wuhan, los hospitales de aquella urbe china multiplicaron por seis la cantidad de basura que producían; cada día se acumulaban 247 toneladas de residuos hospitalarios. Esto obligó a las autoridades a disponer nuevas instalaciones de tratamiento de residuos.

En los países menos preparados, estos desechos hospitalarios acaban en vertederos, a veces sin el menor control sanitario, como se ha denunciado en India. En el mejor de los casos, se queman en plantas de incineración, un tratamiento que no solo elimina el riesgo biológico y evita la acumulación de basura, sino que además presta una fuente de energía aprovechable y sostenible gracias al calor generado. En las plantas modernas, los gases tóxicos y de efecto invernadero generados durante la quema se depuran para limitar la contaminación ambiental. Pero pese a todo y según la especialista en sostenibilidad Carly Fletcher, de la Universidad Metropolitana de Manchester, “al destruir estos materiales, la incineración no se alinea con la economía circular, cuyo objetivo es mantener el valor material”; la quema de los EPI obliga a producir más materiales para fabricar nuevos equipos. Fletcher considera que, una vez que la urgencia de la pandemia vaya remitiendo, deberá reflexionarse sobre una conversión hacia el uso de EPI reutilizables, esterilizables, reciclables o biodegradables.

Más alimentos desperdiciados y envases desechables

El aumento de la basura en tiempos de pandemia no se limita a los materiales de protección. Los cierres de restaurantes y el corte de las cadenas de suministro han acumulado montañas de alimentos desperdiciados, cuya descomposición genera gases de efecto invernadero que agravan el cambio climático. Por otra parte, se ha disparado la venta online, lo que ha aumentado el consumo de envases desechables, y el miedo al contagio por objetos ha revitalizado los plásticos de un solo uso. En los innumerables cafés de paso repartidos por todo el mundo existe desde hace años una tendencia a incentivar los recipientes reutilizables. Sin embargo, la pandemia ha frenado este impulso; tanto grandes cadenas como establecimientos locales han regresado a los vasos desechables, e incluso ciertas prohibiciones sobre otros plásticos y envases de un solo uso se han dejado en cuarentena, a pesar de que hasta ahora y según el Centro Europeo para el Control de Enfermedades, no se ha documentado la transmisión del virus por superficies contaminadas, y de que algunos expertos han minimizado este riesgo. E incluso si el contacto con objetos pudiera representar una amenaza real, los plásticos de un solo uso tampoco estarían exentos. 

BBVA-OpenMind-combatir la pandemia sin empeorar la salud del planeta-Pandemia y medioambiente 3-Las grandes cadenas y los establecimientos locales han regresado a los vasos desechables. Fuente: Pikist
Las grandes cadenas y los establecimientos locales han regresado a los vasos desechables. Fuente: Pikist

A lo anterior se une que los confinamientos extendidos por todo el mundo afectaron también al sector de la recogida y el reciclaje de residuos. En Reino Unido, un estudio en abril reveló que el 46% de las instalaciones de reciclaje habían suspendido su actividad. En otros países se dio una situación similar, y en Italia incluso se prohibió a las personas contagiadas que separaran la basura. Y aunque la reactivación progresiva de la vida económica y social ha aminorado este problema, los expertos insisten en la necesidad de fortalecer y mejorar los sistemas de gestión de residuos de cara al tiempo que reste de pandemia y contra futuras amenazas similares, ya que la transición hacia una economía circular depende de la recogida y el reciclaje de la basura como materia prima; sobre todo cuando el desplome de los precios del petróleo debido a la pandemia abarató enormemente la producción de nuevos plásticos según el esquema clásico de la economía lineal.

Recomendaciones para mejorar la gestión de residuos

En definitiva, los expertos subrayan que es tarea de todos, desde gobiernos a particulares, procurar que esta crisis de salud pública global no enferme aún más los ecosistemas terrestres. El Foro Económico Mundial hacía un llamamiento a la comunidad internacional: “Los gobiernos deben actuar ahora para asegurar una recuperación verde que incentive la sostenibilidad”. El Programa de Medio Ambiente de las Naciones Unidas ha publicado una serie de recomendaciones para mejorar la gestión de los residuos durante la pandemia.

BBVA-OpenMind-combatir la pandemia sin empeorar la salud del planeta-Pandemia y medioambiente 4-Un estudio del University College London estimó que las mascarillas de tela lavadas a máquina y sin filtros desechables minimizan el impacto ambiental. Fuente: Pikist
Un estudio del University College London estimó que las mascarillas de tela lavadas a máquina y sin filtros desechables minimizan el impacto ambiental. Fuente: Pikist

En muchos países, las autoridades reguladoras ya se han decantado por recomendar a los ciudadanos el uso de mascarillas reutilizables de tela, reservando las quirúrgicas y las de alta retención de partículas a quienes realmente dependen de estos recursos, los miembros del colectivo sanitario. Un estudio del University College London estimó que las mascarillas de tela lavadas a máquina y sin filtros desechables minimizan el impacto ambiental, mientras que el lavado a mano de mascarillas reutilizables con filtros plásticos de un solo uso es la opción más agresiva para el medio ambiente, más incluso que los cubrebocas totalmente desechables. Está en nuestra mano obedecer estas recomendaciones y tratar de preservar la salud de nuestro hogar común también en estos tiempos oscuros; como escribía un grupo de expertos de la Universidad de Monash (Australia), “evitar el plástico también puede ser parte de la nueva normalidad”. 

Javier Yanes

@yanes68

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