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16 marzo 2023

Los neandertales: más hermanos que primos

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Enrique Baquedano (Soria, 1958), director del Museo Arqueológico Regional de la Comunidad de Madrid, supo que la hipótesis de que los neandertales tenían habilidades y comportamiento simbólico se confirmaba cuando el equipo que co-dirigía encontró, en 2015, en Cueva Des-Cubierta, un cráneo de rinoceronte de la estepa en perfecta posición, apoyado sobre unos pequeños ‘clastos’ o fragmentos de roca, tal y como lo habían dejado los pobladores de Pinilla del Valle (Comunidad de Madrid) de hace más de 40.000 años. Le pusieron Rosendo, por el cantante Rosendo Mercado, y forma parte de un conjunto de cráneos (han recuperado 35) de grandes ungulados, sin dientes, mandíbulas ni maxilares, con evidencias de haber sido manipulados (presentaban marcas de corte y percusión). Las conclusiones del hallazgo se publican ahora en la revista internacional Nature Human Behaviour bajo el título A symbolic Neanderthal accumulation of large herbivore crania (Una acumulación simbólica neandertal de grandes cráneos de herbívoros). “Es un santuario maravillosos, con los cráneos dispuestos a modo de trofeos de caza, no sabemos con qué rito”, explica Baquedano por videollamada, hilando su discurso con respuestas concisas, exposiciones claras, un cuidado extremo por el rigor de sus palabras, y un saludable punto de retranca.

Enrique Baquedano, acaba de publicar en la revista internacional Nature Human Behaviour las conclusiones del hallazgo de la Cueva Des-Cubierta. Crédito: Gustavo Valiente/Europa Press via Getty Images

Estos cráneos demuestran que los neandertales tenían pensamiento simbólico.

Se trata de una conducta deliberada, antrópica y colectiva, repetida en el tiempo, quizás durante generaciones. Un comportamiento no utilitario ni alimenticio que, sin duda, responde a una creencia, sentimiento o idea, compartida por el grupo, y que supone capacidad para pensar no solo en lo básico y elemental, en lo que tiene que ver con la subsistencia del clan o la vida comunitaria del día a día, sino ir más allá. Implica atribuciones intelectuales, cognitivas, que les permitían dotar de conceptos a los objetos, algo que se considera humano. Todo eso nos sitúa en la esfera o terreno del comportamiento simbólico, que ya sí podemos atribuir plenamente a los neandertales. Podríamos considerar el artículo de Nature Human Behaviour como la muestra más rotunda de cuantas existen de sus capacidades simbólicas.

¿Cómo encaja este descubrimiento en ese relato simplista de neandertales tontos y cromañones listos?

Una aclaración: llamamos cromañones a los sapiens europeos arcaicos, a los individuos de nuestra especie una vez que llegan a Europa. Respondiendo a su pregunta, supone la confirmación de una línea de investigación y conocimiento en la que la comunidad científica más puntera lleva embarcada del orden de veinte años. En términos competitivos, implica que quienes nos consideramos los únicos sapiens del mundo mundial debemos compartir ese podio, ese pedestal, con una especie de primos hermanos nuestros que son más hermanos que primos. 

De hecho, los europeos portamos un 3% de ADN neandertal.

Los paleogenetistas han determinado que los neandertales aportan a la genética de nuestra especie entre un 2% y 4,5% en pobladores euroasiáticos y americanos; los subsaharianos tienen un 0,093% de ADN neandertal. Lo que significa que los sapiens que salieron de África incorporaron genética neandertal, y una pequeña población de ellos regresó a su continente, mezclándose con los que se habían quedado.

El descubrimiento de trofeos asociados a pequeños hogares, que podían tener relación con algún tipo de ritual, lo confirmaron Baquedano y su equipo en 2015. Crédito: Samuel Sánchez /El Pais

Lo de neandertales y cromañones, ¿ha sido, durante décadas, la historia contada por los vencedores?

Sí. Con este estudio marcamos el final de una historia de autocomplacencia y autobombo. 

Decía Juan Luis Arsuaga (co-director de la investigación en Cueva Des-Cubierta) en el periódico El País que los neandertales representan otra manera de ser humanos, y eso es algo que a los humanos actuales nos cuesta trabajo imaginar.

Ese comentario es fruto de muchas horas juntos de conversaciones por el mundo, de Alaska a Indonesia. Lo que quiere decir es que tan humanos eran los neandertales como nuestra especie por aquellas fechas.

Dos especies humanas con manifestaciones culturales diferentes, según defiende.

Siempre cuento, y llama mucho la atención, que los neandertales comenzaron a enterrar a sus muertos antes que nuestra especie. Interpreto que tiene una explicación relacionada con su medio ambiente: los africanos no necesitaban enterrar porque en horas los cuerpos desaparecían, por los depredadores y por el ambiente cálido, mientras que el clima glacial en Europa hacía que los cadáveres de los seres queridos se descompusieran lentamente, y eso debía de ser muy triste.

En la Cuevaa Des-Cubierta (Pinilla del Valle, Madrid) se ha recuperado un conjunto de 35 cráneos de grandes ungulados con evidencias de haber sido manipulados. Crédito: Ayuntamiento de Pinilla del Valle

¿Estamos viviendo una especie de reivindicación de los neandertales?

En historia, reivindicación no es un término conveniente; en arqueología, menos. Nuestro objetivo no es reivindicativo; pretendemos conocer las cosas tal y como fueron, y colocar a cada cual en el sitio que le corresponde. En ciencia, me fastidia ese ánimo reivindicativo, cromañones frente a neandertales, como Madrid o Barça. 

¿Algún día llegaremos a saber por qué se extinguieron?

Si pretendemos establecer una sola causa, no lo sabremos nunca. Porque no desaparecieron del todo. Algunos pensamos que se produjo una extinción parcial debido a un cúmulo de circunstancias: infecciones importadas del sur, los propios sapiens, que eran clanes más numerosos, tenían más avances tecnológicos y controlaban los cazaderos, los mejores valles y el acceso al agua potable, lo que pudo facilitar la superación de las condiciones glaciales. No hay un solo motivo o razón, como en la mayor parte de las extinciones.

¿Cómo se siente un arqueólogo cuando está a punto de hacer un descubrimiento de la importancia del de Cueva Des-Cubierta?

Yo, ahora estoy escribiendo para Penguin Random House un libro titulado Historias de un arqueólogo con mucha suerte. Louis Leakey, descubridor de los primeros restos de homínidos del género Homo, decía que el azar es importante en la investigación paleontológica. Mi compañero Alfredo (Pérez-González, geólogo y tercer director de la investigación) dice que no, que es pura sabiduría [ríe]. En este caso, creo que es fruto de ambas cuestiones.

Y de la constancia. 

Llevamos en estos yacimientos desde 2002. En 2006 descubrimos la Cueva de la Buena Pinta, con fósiles del Pleistoceno medio. En 2007 y 2008 hicimos prospecciones geofísicas que no dieron con una cueva en una zona donde yo pensaba que sí la habría. En primavera de 2009 localizamos Cueva Des-Cubierta. En los años sucesivos descubrimos trofeos asociados a pequeños hogares, que podían tener relación con algún tipo de ritual. Lo confirmamos en 2015, lo presentamos en un congreso en 2016, y lo acabamos de publicar en 2023.

¿Es normal que pase tanto tiempo entre el descubrimiento y la publicación?

Si el descubrimiento lo hace gente joven va más rápido, por razones curriculares, pero los tres directores estamos en el cénit de nuestras carreras, así que pudimos permitirnos el lujo de no publicar hasta tenerlo todo perfectamente amarrado.

BBVA- OpenMind-S-Garcia-Neandertales son mas nuestros hermanos que nuestros primos hermanos_4 Estos cráneos son indicio de atribuciones intelectuales, cognitivas, que permitían a los Neandertales dotar de conceptos a los objetos, algo que se considera humano. Crédito: Gustavo Valiente/Europa Press via Getty Images
Estos cráneos son indicio de atribuciones intelectuales, cognitivas, que permitían a los Neandertales dotar de conceptos a los objetos, algo que se considera humano. Crédito: Gustavo Valiente/Europa Press via Getty Images

¿Cómo ha sido el recibimiento a la publicación?

Estoy un poco molesto porque ha sido demasiado bien recibido; esperaba polémica [ríe]. Ha habido poco debate. 

Y ahora, ¿qué?

Este primer artículo va a ser la llave de muchos otros, publicaciones parciales que ya estamos preparando, sobre los fósiles, la industria lítica, el estudio de los herbívoros, la evolución de la espeleogénesis—creación y destrucción de la cueva, según aclara—. Queda muchísimo trabajo por delante.

¿Siempre le han interesado los neandertales?

Terminé mi licenciatura en 1980, en la Universidad Complutense de Madrid, y, en aquellos años, me parecían aburridos. No era un gran defensor de que los neandertales tuvieran unas enormes capacidades intelectuales hasta que vi su primera acumulación singular, en la campaña de verano de 2009. 

Elena S. García

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