Elaborado por Materia para OpenMind Recomendado por Materia
6
Inicio ¿Por qué la NASA estudia ahora los ovnis?
24 noviembre 2022

¿Por qué la NASA estudia ahora los ovnis?

Tiempo estimado de lectura Tiempo 6 de lectura

“Quiero creer”; bajo la imagen de un platillo volante, así rezaba el póster que colgaba en el despacho del agente del FBI Fox Mulder en la mítica serie Expediente X. Mulder no estaba ni mucho menos solo: buena parte de la humanidad comparte su anhelo. De hecho, la creencia popular en los ovnis ha florecido de nuevo en los últimos años tras su época de mayor declive, mientras se desclasificaban informes y se emprendían nuevos análisis oficiales. El último de ellos, a cargo de la NASA: después de evitar durante décadas el resbaladizo terreno de los ovnis, la agencia ha encargado un estudio independiente cuyas conclusiones conoceremos en la primavera de 2023. Pero ¿por qué ahora, y qué se espera de este estudio?

Desde el nacimiento del fenómeno ovni a finales de los años 40, el número de avistamientos acumulados es incontable. Por el contrario, el de las pruebas convincentes de un origen alienígena es perfectamente descriptible: cero. En su libro Other Worlds, el astrónomo y divulgador Carl Sagan escribió que “los casos fiables no son interesantes, y los casos interesantes no son fiables”. A lo largo de décadas, la larga espera infructuosa de esta confirmación fue enfriando los ánimos, y ya a comienzos del siglo XXI el interés declinó, hasta tal punto que alguna organización ufológica echaba el cierre mientras los investigadores admitían el fracaso, hablando de un sentimiento general de letargo o de autonegacionismo.

Letargo, sí, pero no muerte. En años recientes los avistamientos han vuelto a crecer, y las encuestas reflejan que la proporción de los ciudadanos convencidos de su origen alienígena ha aumentado de un 20% en 1996 a un 34% en 2022 (datos de EEUU); este porcentaje supera al de quienes creen en explicaciones más mundanas, un 32%. Otros estudios arrojan cifras mucho mayores, del 51 o incluso del 65%, y alguno apunta que el número de creyentes se ha disparado de un 33 a un 41% en solo dos años. Cifras desiguales, misma conclusión: la creencia en los ovnis ha renacido de sus cenizas.

Una cuestión de fe y de ciclos

Pero ¿a qué se debe este renacimiento, si no hay más pruebas hoy de las que ha habido en los últimos tres cuartos de siglo? En su libro The Demon-Haunted World, Sagan ya sugería que para mucha gente esta no es una cuestión de evidencias, sino de fe. Como escribía el experto en estudios religiosos de la Universidad Estatal de Texas Joseph Laycock, “la necesidad de creer está arraigada en la mente humana”. Incluso cuando la filiación a las religiones tradicionales pasa por su momento histórico de mayor flaqueza, surgen en su lugar nuevos cultos espiritualistas —e incluso iglesias ateas— para atender esa necesidad. Y según Laycock, aquí entran también los ovnis; no se trata de pruebas científicas, sino de ciclos culturales, en los cuales a una fase de desencanto le sucede otra de reencanto. Y hoy estamos en esta.

Sin entrar en cuál es la causa y cuál el efecto, esta resurrección del fenómeno ovni —o Unidentified Aerial Phenomenon (UAP), según la denominación preferida ahora por el gobierno de EEUU que pretende sustituir a la clásica de Unidentified Flying Object (UFO) pero que no parece haber calado entre el público, y menos aún en castellano bajo las siglas FANI— ha venido acompañada por una reentrada de los ovnis en la atmósfera del oficialismo. 

BBVA-OpenMind-Yanes-Por que la NASA estudiBBVA-OpenMind-Yanes-Por que la NASA estudia ahora ovnis_1a ahora ovnis_1
El programa secreto del Pentágono dedicado a la investigación ovni se reconvirtió en 2020 en la UAP Task Force (UAPTF), dependiente de la Oficina Naval de Inteligencia. Crédito: NASA

En su fallida candidatura a la presidencia de EEUU, Hillary Clinton prometió publicar toda la información existente en los archivos. En 2017 se reveló que un programa secreto del Pentágono dedicado a la investigación ovni, llamado Advanced Aerospace Threat Identification Program (programa de identificación de amenazas aeroespaciales avanzadas), y que presuntamente se había cerrado en 2012, aún proseguía. En 2020 se anunció su reconversión en la UAP Task Force (UAPTF), dependiente de la Oficina Naval de Inteligencia. Según el diario The New York Times, el astrofísico Eric Davis, asesor del antiguo programa, habló en un informe de la recuperación de “vehículos de fuera de este mundo no fabricados en la Tierra”. 

En 2021 la creación de una oficina para la investigación de los UAP se convirtió en ley, lo que ha resultado en la transformación de la UAPTF en la All-domain Anomaly Resolution Office (AARO), algo así como oficina de resolución de anomalías en todos los dominios; una denominación críptica que sin embargo oficializa por primera vez en décadas una implicación del gobierno de EEUU en estas investigaciones. Al mismo tiempo, el Pentágono desclasificaba grabaciones de avistamientos, como los vídeos GOFAST, GIMBAL y FLIR1. En junio de 2021 se publicó un informe de 144 avistamientos por parte de personal militar desde 2004, de los cuales solo uno pudo explicarse. En 2022, representantes del Pentágono declararon ante el Congreso que el número de avistamientos investigados asciende ahora a 400.

Controversia entre la comunidad científica

Es en este caldo de cultivo donde en junio de 2022 la NASA hizo un anuncio sorprendente: la puesta en marcha de un grupo de estudio independiente dedicado a la investigación de los UAP. Sorprendente, porque hasta ahora la postura de la NASA en este campo ha replicado la de la comunidad científica en general: ignorarlo. Pocos científicos se atreverían a negar categóricamente la existencia de artefactos alienígenas en la Tierra, pero menos han osado defenderla abiertamente; si bien al astrofísico de la Universidad de Harvard Avi Loeb esto le recuerda a “la historia de un congresista que hacía declaraciones en contra de los gays hasta que confesó que era gay”, cuenta a OpenMind.

Loeb es uno de los pocos que se han posicionado claramente a favor de la hipótesis alienígena, sosteniendo incluso que ʻOumuamua, el primer objeto interestelar detectado en nuestro Sistema Solar en 2017, podría ser uno de ellos. En 2021 y en respuesta a unas declaraciones del administrador de la NASA, Bill Nelson, postulando la implicación de los científicos en la investigación de los UAP, Loeb remitió una propuesta a la agencia, que esta ignoró. Dos meses después Loeb ponía en marcha su propio proyecto, Galileo, que hoy ya cuenta con más de cien colaboradores y cuyo objetivo es pasar de los típicos avistamientos casuales y anecdóticos a una observación sistemática y rigurosa mediante telescopios dedicados y datos de satélite, analizando los resultados con sistemas de Inteligencia Artificial.

Avi Loeb, astrofísico de la Universidad de Harvard, sostiene que Oumuamua, el primer objeto interestelar detectado en nuestro Sistema Solar, podría ser alienígena. Crédito: Wikimedia Commons

Finalmente, al año siguiente la NASA anunciaba su proyecto, para el cual ha seleccionado un panel de 15 miembros bajo la dirección del astrofísico David Spergel y la coordinación de Daniel Evans, de la dirección científica de la agencia. El equipo reúne expertos en ciencia planetaria, ingeniería, física, biología, ciencia computacional, políticas científicas, comunicación y seguridad aérea, incluyendo al astronauta y divulgador Scott Kelly. Los trabajos comenzaron en octubre de 2022 con el objetivo de “sentar las bases para futuros estudios sobre la naturaleza de los UAP para la NASA y otras organizaciones”, según la agencia. Para ello el equipo “identificará cómo los datos reunidos por entidades civiles del gobierno, datos comerciales y datos de otras fuentes pueden ser analizados para arrojar luz sobre los UAP. Luego recomendará una hoja de ruta para el análisis potencial de datos de UAP en la agencia de cara al futuro”.

Un nuevo análisis desde un enfoque más científico

Sin embargo, la iniciativa ha sido recibida con reservas: el estudio solo durará nueve meses y únicamente analizará información no clasificada, es decir, datos que ya han sido publicados y estudiados antes. Evans no ha respondido a las preguntas de OpenMind, y Spergel prefiere no comentar sobre el proyecto hasta que se publiquen sus conclusiones. Algunos expertos se muestran cautos: el astrofísico Chris Impey, de la Universidad de Arizona y que no participa en el estudio, señala a OpenMind que “el comité formado por la NASA es excelente y lleno de pesos pesados con gran experiencia”, pero añade: “Los datos que estudiarán son fragmentarios e incompletos, y será difícil sacar conclusiones firmes de ellos; así que dudo de que logren algo muy significativo”. 

El estudio de la NASA durará nueve meses y solo analizará información no clasificada (datos que ya han sido publicados y estudiados antes). Crédito: Wikimedia Commons

Algo parecido expresa a OpenMind el astrofísico Steven Tingay, de la Universidad Curtin de Australia y que tampoco forma parte del proyecto: “Pienso que la iniciativa de la NASA es buena”, dado que el abordaje será rigurosamente científico. Sin embargo, agrega: “No creo que vaya a contarnos mucho más de lo que ya sabemos, aunque será interesante ver el análisis de algunos informes de UAP”. Tingay predice que cualquier respuesta a la que llegue el estudio “será más mundana que las explicaciones que requieren la visita de alienígenas”. El astrofísico espera que al menos el estudio de la NASA ayude a presentar al público la discusión sobre los ovnis desde un enfoque más científico de lo acostumbrado hasta ahora.

Por su parte, Loeb da la bienvenida a la iniciativa: “A grandes rasgos, este resultado es gratificante y representa un desarrollo win-win”, señala; “comparte el ADN intelectual del proyecto Galileo”. Para Loeb, gobiernos y científicos deben colaborar en este empeño, y “no importa quién cuente la verdad, siempre que se cuente”, sentencia. Como decían también en Expediente X, la verdad está ahí fuera. Y necesitamos saberla, sea cual sea.

Javier Yanes

Comentarios sobre esta publicación

El nombre no debe estar vacío
Escribe un comentario aquí…* (Máximo de 500 palabras)
El comentario no puede estar vacío
*Tu comentario será revisado antes de ser publicado
La comprobación captcha debe estar aprobada