El electrón, una de las partículas fundamentales constituyentes de la materia y portadora de la carga negativa, se comporta como un diminuto imán y, en consecuencia, tiene un campo magnético asociado. Este campo magnético puede ser visto como la magnitud que representa la fuerza magnética ejercida por el imán a su alrededor o, también, cuánto sienten esta atracción/repulsión otras partículas situadas en su entorno.
Pues bien, un grupo de investigadores de la Northwestern University de Illinois acaba de realizar la medición más precisa efectuada hasta la fecha del momento magnético del electrón, que también es la medida más precisa de una propiedad de cualquier partícula elemental. Un éxito que, además, va bastante más allá del mero alcance de su significación metrológica, ya que el valor del campo magnético del electrón es la predicción teórica más ajustada—y posiblemente también la más importante— efectuada por el conocido como modelo estándar de la física de partículas, la teoría vigente en este ámbito de la física en el momento actual.

Para entender la verdadera trascendencia de esta última afirmación es necesario poner en contexto la situación del modelo estándar de partículas en el escenario de la física actual. Surgido en la década de los 70 del siglo pasado, en respuesta al aluvión de nuevas partículas descubiertas en la primera mitad de dicho siglo, el modelo ha estado cuestionado y bajo sospecha desde prácticamente el mismo momento en que fue formulado.
Juego 1: La ateria está llena de diminutos imanes
El tablero está dividido en celdas de 2×1 casillas. El objetivo es rellenar las celdas con imanes con dos polos, uno negativo (-) y otro positivo (+) o con fichas neutras (sin ningún polo). Obviamente, no puede haber imanes con dos polos iguales. Además, casillas adyacentes no pueden presentar el mismo símbolo. A modo de guía, los números situados en los bordes de la cuadrícula indican el número exacto de símbolos de cada tipo que debe colocarse en esa fila o columna.
Ejemplo:
El tablero
El modelo estándar a pequeña escala
Toda la materia está formada por un puñado de partículas indivisibles denominadas partículas elementales.
El modelo estándar proporciona una explicación satisfactoria de las características de las partículas elementales y de las interacciones entre ellas.
Las partículas elementales constituyentes de la materia se clasifican en dos tipos o grupos: quarks y leptones (el electrón es un leptón), que en las proporciones adecuadas pueden constituir cualquier átomo.
Las interacciones entre las distintas partículas elementales están gobernadas por tres de las cuatro fuerzas fundamentales de la naturaleza: la fuerza fuerte, la débil y la fuerza electromagnética que mantienen unidos a los constituyentes de la materia.

Existen también otro tipo de partículas denominadas bosones que actúan como portadores de las interacciones fundamentales. Así, la fuerza ejercida por una partícula sobre otra se entiende como una transferencia o intercambio de bosones.
Existe otro bosón, el bosón de Higgs, que es el portador de la masa de las partículas elementales
La cuarta fuerza fundamental de la naturaleza, la gravitatoria, se encuentra fuera de los postulados del modelo al ser su efecto insignificante en comparación con las otras tres en la escala subatómica.
Juego 2: Este tablero ejerce una inevitable atracción
En esta propuesta, aplicamos las mismas reglas que se han establecido anteriormente, pero sobre un tablero más complicado:
Que el modelo estándar de la física de partículas esté cuestionado tiene su razón de ser, pues a pesar de que explica muchas de las observaciones y medidas experimentales efectuadas —y también predecía con precisión una gran variedad de fenómenos observados a posteriori— de igual modo presenta lagunas obvias, al no ser capaz de justificar otros fenómenos detectados: como la existencia de la materia oscura y la energía oscura, o el desequilibrio materia/antimateria existente en el universo.
Pero, por encima de todo, está el hecho de que esta teoría no incluye a la fuerza gravitatoria, una de las cuatro fuerzas fundamentales de la naturaleza. No obstante, el verdadero quid de la cuestión es que, para encajar a la fuerza gravitatoria en el marco del modelo estándar, se requiere la existencia de un bosón adicional, bautizado como gravitón, que sería el portador del tirón gravitatorio; y que, por el momento, no ha sido identificado.

Así las cosas, la cuestión a debate entre la comunidad física hoy día es si el modelo estándar es una teoría válida pero aún incompleta o si, por el contrario, se trata de un marco teórico erróneo que es necesario reemplazar por otro totalmente nuevo—lo que supondría poco menos que una refundación de la física de partículas—. Y en este contexto la concordancia alcanzada entre la medición experimental efectuada y el valor teórico predicho por el modelo respalda el primero de los dos argumentos y, con ello, la vigencia del modelo estándar.
Juego 3: Resolver este tablero tiene un Gran Premio
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