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11 marzo 2019

Leonardo Da Vinci y sus aportaciones a la zoología

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De Leonardo da Vinci se ha dicho que fue casi de todo: pintor, dibujante, escultor, ingeniero, arquitecto, inventor, poeta, matemático, físico, anatomista… hasta músico y cocinero. Pero no se ha analizado tanto que fue un gran estudioso de los animales, lo que en la actualidad diríamos un gran zoólogo. Y lo fue no sólo de los animales actualmente existentes, sino también de los imaginarios y/o monstruosos e incluso de los extintos (a través de sus fósiles).  Cuando el 2 de Mayo de 2019 se cumplen 500 años de su muerte en Amboise-Francia, es interesante analizar la vigencia de sus obras y estudios sobre los animales.

Los animales vivos

Leonardo nos ha legado una inmensa obra que va desde sus conocidas pinturas y dibujos a sus manuscritos recogidos en diversos Códices1.

En primer lugar, en sus pinturas y dibujos utilizó los animales en plan simbólico. Así en la “Venus del Armiño” el animal —que seguramente no era tal sino un hurón blanco más fácil de domesticar y observar— estaría ahí en referencia a Ludovico il Moro, duque de Milán, que le encargó la pintura, por el nombre de su amante representada en la pintura, Cecilia Gallerine, e incluso como símbolo de la pureza y/o moderación. El duque acababa de entrar en la Orden de San Miguel, también conocida como la Orden del Armiño, y Galé era el nombre en griego de dicho animal. Asimismo en sus manuscritos muchos animales se utilizan como símbolos y alegorías de virtudes y defectos humanos. Así dibuja y habla de las lagartijas como símbolo de la fidelidad, las palomas de ingratitud, el águila de la generosidad…

Leonardo utilizó el armiño como símbolo tanto de Cecilia Gallerani como del Duque de Milán

Pero además, Da Vinci estudió y representó los animales con objetivos más profundos. Así, sus dibujos sobre las aves tenían como objetivo poner en marcha máquinas voladoras. Los de caballos  pretendían estudiar la base del movimiento, algo importante para un pintor. Y los dibujos de perros y gatos le sirvieron para estudiar la expresión de las emociones —lo que él llamó “los movimientos de la mente”— que luego también trataba de plasmar en su obra pictórica.

Por lo tanto, se puede decir que Leonardo, a diferencia de otros grandes artistas de su época como Miguel Ángel que se centraron más en la figura humana, estuvo muy interesado en los animales y los estudió profundamente. Y eso posiblemente fue debido a que tenía una visión profética —avant Darwin— de la unidad y homología de todos los animales entre sí, e incluso con la propia especie humana. En este sentido, son muy significativos sus dibujos en los que compara la anatomía de las patas de los caballos con las extremidades humanas. O lo que dice explícitamente en sus manuscritos sobre la estrecha relación de la humanidad con los primates.

Los fantásticos y/o monstruosos

Leonardo fue un gran observador de la naturaleza y un gran racionalista. Sin embargo, también en sus pinturas, dibujos y sobre todo manuscritos dio rienda suelta a la fantasía incluyendo y mencionando diversos animales fantásticos y/o monstruosos.

En primer lugar, incorporó en alguna de sus obras algunos animales fantásticos que ya existían en la imaginación popular y en diversas tradiciones culturales. Tal es el caso de los dragones que aparecen en sus dibujos junto a gatos y perros o a las patas de los caballos de figuras ecuestres. Y además, en su Bestiario recogió numerosos animales fantásticos más o menos aceptados con anterioridad: unicornios, basiliscos, sirenas…

Además, en otras obras introdujo algunos animales fantásticos de su propia “cosecha”. Tal es el caso del caso de la pintura de “Neptuno y los Caballos” —hoy perdida pero de la que se conserva un dibujo— en la que el dios de las olas cabalga sobre un carro de caballos marinos con cabeza de tales y colas de peces. En estos casos, los animales que inventa tienen una mezcla de las características físicas de varios animales realmente existentes. Serían como animales quiméricos propios.

Boceto de Neptuno domando a caballos marinos con cola de pez.

Nuestro ilustre polímata también realizó numerosos dibujos de algunos seres “monstruosos” y/o más o menos distorsionados o grotescos basándose en algunos que pudo observar en la naturaleza o de los que le llegaron noticias, incluyendo algunos casos humanos, o simplemente resultado de su fantasía.

Con sus seres quiméricos, Da Vinci tenía la idea de que en la naturaleza no hay formas posibles más allá de las que se ya observan, en todo caso combinaciones de ellas. Y con los estudios sobre los “monstruos” infiere las reglas de formación de los seres vivos “normales”. Tales ideas se han recogido posteriormente cuando se han desarrollado disciplinas científicas como la Biología y la Genética del Desarrollo.

Y dentro de este apartado, quedaría por mencionar la construcción de los animales más “fantásticos” de todos: sus leones mecánicos, que desde entonces tuvieron continuidad en diversos autómatas y en la actualidad en robots.

Los fósiles

Leonardo fue uno de los primeros autores renacentistas que contribuyó a aclarar la naturaleza de los fósiles2. Antes de él existían dos ideas más o menos destacadas. Una que eran los efectos de las aguas del Diluvio que acabaron con los animales terrestres, y que llevaron a los marinos a las montañas pero que ya no pudieron volver al mar cuando se retiraron. Y otra, como si dijéramos más “neoplátonica”, que defendía que eran intentos por parte de la naturaleza de formar estructuras minerales no orgánicas con las apariencias de los seres vivos. Y luego había algunas un poco más “locas” como que los fósiles que aparecían en las montañas eran los restos de las comidas de supuestos gigantes.

Da Vinci realizó diversas observaciones que iban en contra de estas “explicaciones” y que iban en cambio en el camino correcto: se trataba de restos mineralizados de animales —y obviamente también de plantas— que habían vivido en la Tierra en distintos momentos. Fueron muchas sus observaciones pero entre ellas destacan que los fósiles aparecen en distintos estratos geológicos y no sólo en uno, que algunos fósiles de animales bivalvos aparecen intactos en las montañas —es decir, con sus dos valvas—cosa que no es compatible con un arrastre violento desde un mar más o menos lejano, que los fósiles no aparecen en todas las rocas, sólo en las que tienen un origen oceánico etc…

Leonardo recogió en sus cuadernos dibujos de fósiles con forma de malla de hexágonos.

Por último, hay que destacar que recientemente se ha defendido que en una lámina de Leonardo que incluye los cuerpos de diversos animales fósiles, un dibujo con un conjunto de hexágonos constituiría  una clase diferente de fósil, un fósil que refleja la actividad de un organismo más que el propio organismo. En la actualidad a estas estructuras se les llama ignofósiles, considerándose a Leonardo el primero que los observó y por ello como “padre-fundador” de la ciencia que los estudia, la Ignología3; de hecho a sus hexágonos se les ha clasificado dentro del paragénero Palaeodyction.

Esto ha hecho revivir el interés sobre tales hexágonos y su origen, planteándose diversas hipótesis. Hay quien los considera como los nidos que hacían ciertos organismos primitivos desconocidos, o túneles que hacían para que crecieran en ellos bacterias con las que alimentarse. Y otros, sobre la base que tales estructuras marinas también se forman en la actualidad en los fondos abisales (los ha detectado el submergible Alvin en sus inmersiones), los consideran, más que como huellas de las actividades de los animales, como las propias figuras-improntas de unos animales, también enigmáticos, todavía existentes: los xenofióforos, unos protistas gigantes emparentados con los foraminíferos con aspecto de esponjas4.

BIBLIOGRAFÍA

  1. En la red existe mucha información sobre la figura y la obra de Leonardo. Concretamente sobre sus escritos, en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes se puede encontrar un texto titulado “Aforismos/Leonardo da Vinci” donde se puede ver todo lo que trató sobre los animales, junto a muchos otros asuntos. En cuanto a libros en papel, hay dos recientes que son interesantes: el de I. Isaacson, Leonardo da Vinci. La Biografía. Debate.2016; y el de J. Nathan y F. Zöllner. Leonardo da Vinci. Obra pictórica completa y Obra gráfica. Taschen.2018.

  2. El autor que mejor ha aclarado el papel de Leonardo en el establecimiento de la verdadera naturaleza de los fósiles ha sido el gran paleontólogo S. J. Gould en el primer capítulo de su libro “La montaña de almejas de Leonardo” (Ed. Crítica 1999): “Los fósiles móviles y ascendentes de la Tierra viva de Leonardo”. Sin embargo, en este capítulo Gould explica que si bien Leonardo acertó en el establecimiento de la verdadera naturaleza de los fósiles, lo hizo en un contexto teórico-la Tierra funcionaría como el cuerpo humano-“encantador pero sumamente anticuado”.

  3. Baucon, A. Leonardo da Vinci, The Founding Father of Ichnology. Palaios, 2010, v.25: p. 361-365.

  4. Barras, C. Leonardo fossil sketch may depict early nests. Nature, 16 Nov. 2012: doi.10.1038/nature.2012.11841; Rona, P.A. et al. Palaeodyction, A Living fossil on the Deep See Floor. American Geophysical Union, Fall Meeting 2003.

Manuel Ruiz Rejón

Universidad de Granada, Universidad Autónoma de Madrid y autor del libro La Herencia del Mendelismo

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