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27 abril 2023

Las especies que perdimos bajo nuestro cuidado

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El 7 de septiembre de 1936 moría en el zoo de Beaumaris en Hobart (Tasmania) el último tilacino conocido, una hembra (no un macho llamado Benjamin, como a menudo se publica). Aunque las noticias de avistamientos de este mítico marsupial no han cesado, e incluso un estudio reciente sugiere su posible supervivencia hasta los años 80, oficialmente la especie se extinguió aquel día. Y por desgracia, no ha sido la única desaparecida bajo nuestro cuidado. Investigadores de la Sociedad Zoológica de Londres y otras instituciones han recopilado en la revista Science una lista de 95 especies que desde 1950 sobrevivían en cautividad después de extinguirse en la naturaleza. De ellas, ya hemos perdido 11. Repasamos aquí algunas de las especies que murieron ante nuestros ojos.

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La caza humana para reservar los pastos al ganado, fue la causa de la extinción del quagga. Crédito: Science History Images / Alamy Stock Photo

Quagga (Equus quagga quagga)

La más clásica de las extinciones en cautividad es la de la quagga o cuaga, una subespecie de cebra común que vivía en Sudáfrica. Con pelaje rojizo y su mitad posterior sin rayas, su aspecto era muy diferente de otras cebras. Como en tantos otros casos, la causa de su extinción fue la caza humana, en este caso para reservar los pastos al ganado. Los últimos ejemplares en la naturaleza murieron en 1870, y el último en cautividad en 1883 en el zoo de Ámsterdam. La quagga es uno de los objetivos de los proyectos de desextinción de especies

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En 1936, durante un episodio de temperaturas extremas, moría la última hembra de Tilacino, en el zoo de Hobart. Crédito: Universal Images Group via Getty Images

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El que no era lobo ni tigre de Tasmania, aunque recibía estos dos nombres por su aspecto similar al primero y sus rayas que recuerdan al segundo, fue originalmente un habitante de Papúa Nueva Guinea y Australia, pero cuando los colonos europeos se establecieron allí ya estaba restringido a una población escasa en la isla de Tasmania. Fue cazado hasta la extinción; la última hembra fue entregada al zoo de Beaumaris en Hobart en 1931. En 1936, 59 días después de declararse especie protegida, moría de abandono durante un episodio de temperaturas extremas.

BBVA-OpenMind-Yanes-Especies que perdimos bajo nuestro cuidado_paloma migratoria En el siglo XIX, la paloma migratoria fue cazada hasta la extinción. Crédito: Science History Images / Alamy Stock Photo
En el siglo XIX, la paloma migratoria fue cazada hasta la extinción. Crédito: Science History Images / Alamy Stock Photo

Paloma migratoria (Ectopistes migratorius)

El de la paloma migratoria es uno de los casos más sangrantes de las extinciones a manos humanas: su hábitat no era un paraje remoto del planeta, sino Norteamérica. Y no era una especie rara; cronistas de la época cuentan que sus bandadas cubrían el cielo con una masa negra compacta, y que los excrementos caían como nieve. Pero en el siglo XIX fue cazada hasta la extinción. La última, Martha, murió a edad avanzada el 1 de septiembre de 1914 en el zoo de Cincinnati. Hoy se encuentra expuesta en el museo Smithsonian de Washington.

BBVA-OpenMind-Yanes-Especies que perdimos bajo nuestro cuidado_Cotorra de Carolina Esta ave de vivos colores, que formaba bandadas grandes y ruidosas, era apreciada porque comía las semillas de una planta venenosa para el ganado. Crédito: Huub Veldhuijzen van Zanten/Naturalis Biodiversity Center CC BY-SA 3.0
Esta ave de vivos colores, que formaba bandadas grandes y ruidosas, era apreciada porque comía las semillas de una planta venenosa para el ganado. Crédito: Huub Veldhuijzen van Zanten/Naturalis Biodiversity Center CC BY-SA 3.0

Cotorra de Carolina (Conuropsis carolinensis)

La cotorra de Carolina era el único loro nativo del este de EEUU. Conocida desde el siglo XVI, esta ave de vivos colores que formaba bandadas grandes y ruidosas fue declinando hasta el siglo XIX por la presión humana, pero era apreciada porque comía las semillas de una planta venenosa para el ganado. Se ignora el motivo de su rápido declive a comienzos del siglo XX, aunque es probable que la intervención del hombre tenga que ver. La última cotorra en la naturaleza se cazó en Florida en 1904. El último ejemplar en cautividad, Incas, murió el 21 de febrero de 1918 en el zoo de Cincinnati, en la misma jaula donde antes lo había hecho Martha, la última paloma migratoria.

BBVA-OpenMind-Yanes-Especies que perdimos bajo nuestro cuidado_Tortuga gigante de Pinta El Solitario George, el último de su subespecie, murió por causas naturales en 2012, con una edad estimada de más de 100 años. Crédito: Sunshine Pics / Alamy Stock Photo
El Solitario George, el último de su subespecie, murió por causas naturales en 2012, con una edad estimada de más de 100 años. Crédito: Sunshine Pics / Alamy Stock Photo

Tortuga gigante de Pinta (Chelonoidis niger abingdonii)

El título del endling más famoso en tiempos recientes —endling es el término propuesto en 1996 en Nature para el último ejemplar de una especie— debe recaer sin duda en el Solitario George, el último de su subespecie, uno de los diversos tipos de tortugas gigantes de las islas Galápagos. Fue encontrado en 1971 y trasladado a la Estación Científica Charles Darwin, donde se intentó cruzarlo con otras subespecies, sin éxito. Murió por causas naturales el 24 de junio de 2012, con una edad estimada de más de 100 años. Sin embargo, en años recientes se han encontrado ejemplares híbridos de esta subespecie.

BBVA-OpenMind-Yanes-Especies que perdimos bajo nuestro cuidado_Eslizon de bosque de isla Navidad Este lagarto de 20 centímetros sufrió un desplome en su población del 98% en los 90 y 2000 por causas no bien definidas. Crédito: Biodiversity Heritage Library CCBY-SA 2.0
Este lagarto de 20 centímetros sufrió un desplome en su población del 98% en los 90 y 2000 por causas no bien definidas. Crédito: Biodiversity Heritage Library CCBY-SA 2.0

Eslizón de bosque de isla Navidad (Emoia nativitatis)

El 31 de mayo de 2014 moría en cautividad Gump, el último ejemplar conocido del eslizón de bosque de Navidad, una isla australiana del océano Índico al sur de Java y Sumatra. Este lagarto de 20 centímetros y color marrón se conocía desde 1887. Hasta la década de 1980 era abundante, pero en los 90 y 2000 se detectó un desplome del 98% de la población por causas no bien definidas. Entonces se emprendió una búsqueda exhaustiva que solo encontró tres hembras. La especie estaba condenada, y todas murieron en cautividad.

BBVA-OpenMind-Yanes-Especies que perdimos bajo nuestro cuidado_Po ouli El último ejemplar del Po'ouli fue capturado en septiembre de 2004, pero murió en cautividad 78 días después. Crédito: Paul E. Baker
El último ejemplar del Po’ouli fue capturado en septiembre de 2004, pero murió en cautividad 78 días después. Crédito: Paul E. Baker

Po’ouli  (Melamprosops phaeosoma)

Incluso una isla de EEUU como la hawaiana Maui aún guardaba tesoros biológicos sin descubrir hasta al menos 1973, el año en que se encontró un pájaro fringílido de cabeza negra al que se llamó po’ouli o poo-uli. En aquel momento la especie ya era escasa, posiblemente debido a enfermedades y depredación. En solo 10 años se detectó un declive del 90% de la población. A pesar de los esfuerzos de protección, en 1997 solo se conocían tres ejemplares. Dos de ellos fueron avistados por última vez en 2003-4. El último fue capturado en septiembre de 2004, pero murió en cautividad solo 78 días después.

BBVA-OpenMind-Yanes-Especies que perdimos bajo nuestro cuidado_Cachorrito enano de Potosi En 1994 se consideró extinto en la naturaleza el cachorrito enano de Potosí. Crédito: Fishspeciation CC BY-SA 4.0
En 1994 se consideró extinto en la naturaleza el cachorrito enano de Potosí. Crédito: Fishspeciation CC BY-SA 4.0

Cachorrito enano de Potosí (Megupsilon aporus)

En el manantial de El Potosí, en el estado mexicano de Nuevo León, se descubrió en 1961, y se describió científicamente en 1974, un pequeño pez de 4 centímetros. Durante los años 80 y 90 se temió por su supervivencia debido a que el estanque original se estaba secando por la extracción de aguas subterráneas, y se recogieron especímenes para su cría en cautividad en México, EEUU y Europa. En 1994 se consideró extinto en la naturaleza. Otra especie hallada en el mismo manantial aún se mantiene, pero el llamado cachorrito enano resultó difícil de mantener en acuarios. El último ejemplar, un macho, murió en 2014 en la Universidad de California, Berkeley.

BBVA-OpenMind-Yanes-Especies que perdimos bajo nuestro cuidado_Olivo de Santa Elena Una infección de hongos acabó con la última planta del olivo de Santa Elena. Crédito: BLM Collection / Alamy
Una infección de hongos acabó con la última planta del olivo de Santa Elena. Crédito: BLM Collection / Alamy

Olivo de Santa Elena (Nesiota elliptica)

No solo los animales pueden extinguirse bajo el cuidado humano; también las plantas. Un ejemplo es el olivo de Santa Elena, nativo de la isla del mismo nombre en el Atlántico sur. A pesar de su nombre, no era un olivo, sino un arbusto emparentado con los rosales. Vivía en los bosques de montaña de la isla, pero en el siglo XIX ya era raro debido a la deforestación y al pastoreo de cabras introducidas. Se creyó extinguido hasta 1977, cuando se descubrió un ejemplar. El problema era que resultó ser autoincompatible para producir semillas. La planta original murió en 1994, pero un esqueje cultivado produjo varios plantones. Desde 1999 solo quedó uno de ellos que en 2003 fue víctima de una infección de hongos, poniendo fin a la especie.

BBVA-OpenMind-Yanes-Especies que perdimos bajo nuestro cuidado_caracoles Cinco especies de caracoles de tierra polinesios del género Partula fueron exterminadas en la naturaleza con la introducción en los años 80 del caracol lobo. Crédito: Martyn, 1784 - Naturalis Biodiversity Center.
Cinco especies de caracoles de tierra polinesios del género Partula fueron exterminadas en la naturaleza con la introducción en los años 80 del caracol lobo. Crédito: Martyn, 1784 – Naturalis Biodiversity Center.

Seis especies de caracoles

Los humildes caracoles (moluscos gasterópodos) son el grupo con más representantes en la lista de especies extinguidas bajo el cuidado humano. Aylacostoma stigmaticum era una especie de agua dulce que fue recogida de su hábitat en 1993, ante el riesgo de que resultara extinguida con el llenado del embalse de Yacyretá en el río Paraná, entre Argentina y Paraguay. En 1996 se dio por extinguida en la naturaleza. Los ejemplares en cautividad murieron en 2011 a causa de una enfermedad, posiblemente vírica. Las otras cinco especies, caracoles de tierra polinesios del género Partula (P. arguta, P. aurantia, P. turgida-clarkei, P. faba y P. labrusca), fueron exterminadas en la naturaleza con la introducción en los años 80 del caracol lobo (Euglandina rosea), un carnívoro invasor originario del sur de EEUU. Ante el riesgo de extinción, las especies nativas fueron recogidas y criadas en cautividad, pero todas murieron; la última de ellas, Partula faba, en 2016 en un zoo de Edimburgo . 

Javier Yanes

@yanes68 

 

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