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28 julio 2014

Science Matters: cuestiones de ciencia y humanidades

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Fue en mayo de 1959 cuando C.P. Snow, físico y novelista inglés, pronunciaba en la Universidad de Cambridge una conferencia denominada “Las dos culturas” que posteriormente se editaría bajo el título “Las dos culturas y la revolución científica”. El debate iniciado por Snow se intensificó, desde aquel entonces, debido a los efectos negativos que iban surgiendo de la separación entre Ciencia y Humanidades.

Posteriormente, John Brockman hablaba de la tercera cultura y de la importancia de la divulgación científica, en la que los propios científicos debían comunicar sus avances a la sociedad mediante ensayos, artículos en prensa o conferencias accesibles al público interesado, derivando en una popularización y estandarización de nuevos conceptos.

¿Sin capacidad predictiva?

De las CC. Humanas se ha dicho que no tienen capacidad predictiva y que el resultado de sus investigaciones realizadas en este ámbito, tienen mayor reconocimiento social, pero no tanto por parte de la comunidad científica, que debería avalar sus descubrimientos.

Sin embargo, profesores como María Burguete o Lui Lam en su libro “Science Matters: Humanities as a complex system”, proponen un nuevo marco científico, centrado en una aproximación holística que podría fundamentar el carácter científico de las Humanidades  (Science Matters), pues la división no viene dada por la propia Ciencia sino por aquellos que la practican. La ausencia de un lenguaje común y de unos pues la división no viene dada por la propia Ciencia sino por aquellos que la practican. La ausencia de un lenguaje común y de unos principios compartidos entre sus profesionales hacen difícil hallar departamentos multidisciplinares tanto en las instituciones académicas como en centros de investigación.

Esencia de lo humano

Esta idea de Ciencia, tiene un carácter muy restringido y es irreal porque todas las áreas de conocimiento persiguen un mismo objetivo: conocer la esencia de lo humano en toda su complejidad. La única diferencia es que las Humanidades dependen de la sociedad para elaborar sistemas generados por el propio entorno, mientras que la Ciencia recurre a la abstracción y a la experimentación, ajena a este factor, que no es determinante para la obtención de resultados.

Pero el progreso de las CC.Humanas no es sólo empírico, también es teórico-conceptual. Terminología como Popsci o Scicomm atribuida al diálogo ciencia-sociedad son algunos de estos neologismos. Por no hablar de los nuevos campos de estudio que se están abriendo como fruto de la interacción entre Ciencia y Humanidades.

La ciencia como arte

Buen ejemplo de ello sería la neuroteología que, según Alfredo Dinis, estudia la base neuronal de la espiritualidad, desarrollada conforme a las recientes investigaciones en neurofisiología o la fisonomía que, según Brigitte Hope, se aplica tanto en la Ciencia como en el Arte. Otra de las soluciones que se propone desde la Science Matters es introducir la Filosofía en la Ciencia. Nigel Sanitt considera que esto permitiría incorporar una dimensión ética y una mejora significativa en la comunicación intersectorial, pues no sólo debe objetivarse el conocimiento, también es necesario interiorizarlo.

Alex Burns, en uno de sus artículos, habla sobre los estudios futuros y su legitimación profesional, así como la dicotomía entre la tradición europea y americana en materia científica. Esta última se rige por escenarios tecnocráticos y análisis macroeconómicos donde la productividad es lo relevante. Sin embargo, la cultura europea es capaz de detectar las limitaciones de la práctica científica debido a su herencia histórica y esa es, sin duda, su grandeza.

Interdisciplinariedad

Los nuevos estudios derivados de una posible interdisciplinariedad vendrán dados por una evolución cultural, una cultura 3.0, donde la objetividad no podrá separarse de sus orígenes sociopolíticos derivados de un amplio contexto: la cultura normativa, el lenguaje y la tradición. El debate, para Jerry Ravetz, estará entre aquellos científicos para los que la Ciencia debe seguir asumiendo el control y los que prefieren una Ciencia crítica, consciente de las necesidades del entorno, aunque eso suponga aportar certezas y no verdades absolutas o leyes.

Nuevas hipótesis

La Science Matters no pretende la fusión de métodos científicos. Se trata de una labor conciliadora que permite la integración de resultados con el objetivo de hallar nuevas hipótesis, analizar descubrimientos desde perspectivas diferentes y conseguir una mayor profundidad de campo que evitaría cometer errores, en algunos casos, irreversibles.

Todavía sigue existiendo una dicotomía entre Ciencia básica y Ciencia aplicada. La  scientia (como forma de conocimiento) y el ars (como habilidad). Mientras la Ciencia básica predice, prescribe y explica con el objetivo de descubrir hechos nuevos, proyectar el futuro y analizar el pasado para encontrar vestigios o regularidades que permitan anticipar la trayectoria del progreso, la Ciencia aplicada construye nuevos escenarios y se nutre de la imaginación artística para crear artefactos y diseñarlos para solucionar un problema determinado o mejorar lo existente, lo cual suele tener un impacto social o incluso ético. No hay que olvidar que los artefactos se crean mediante la acción humana, por lo que están sujetos a unos valores. Para Ilkka Niiniluoto, se trata de una forma de `tecnología social´ sujeta a unos fines concretos.

En un libro de reciente publicación, “Arts: a science matter”, editado por María Burguete y Lui Lam, se consigue dar un paso más hacia una perspectiva unificada de la Ciencia. Humanistas, artistas y científicos escriben juntos para dar una visión teórica y práctica de un tema común a partir de la creación y el desarrollo del Arte en sus diferentes vertientes que sugieren nuevas disciplinas como: bioart, chemart o neuroarthistory.

Sistemas tecnológicos

Gracias a la tecnología, el Arte se difunde cada vez más a través de los sistemas audiovisuales y digitales (fotografía, vídeo, cine, internet, e-book, etc). La integración de Arte y Ciencia ha sido muy productiva. Constituye un vínculo más del que habría que partir para ir consolidando nuestro punto de vista, teniendo en cuenta que es el hombre el que produce el conocimiento, constituyéndose como elemento consustancial al mismo.

La cultura es el universo de la complejidad informativa, no se vale únicamente de aquello que dicen los expertos. El humanismo no es una recreación del pasado, debe entenderse como una apertura a nuevas realidades y espacios que se abren ante la humanidad.

Existen nuevos desafíos que diseñan las inquietudes del hombre contemporáneo. Desafíos, que se convierten en retos inexcusables para la tradición humanista, que debe adquirir un papel relevante en la sociedad actual, porque sino estaremos poniendo en juego nuestra propia trascendencia.

Webs de interés:

http://www.sjsu.edu/people/lui.lam/scimat/101204-ARTS%20book%20summary.pdf
http://flyvbjerg.plan.aau.dk/Publications2006/ForesightNo2PRINT.pdf
http://eaglemanlab.ne/pape/Eagleman%20Why%20Public%20Science%20Matters%20JNeurosci.pdf

Arantxa Serantes

Investigadora en la Universidad de Santiago de Compostela (España)

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