Con la deseada desconexión veraniega, llega también una propuesta viajera para esas mentes inquietas que buscan disfrutar del turismo y, de paso, llevarse también la ciencia de vacaciones.
Miguel Barral nos sugiere…
- visitar Delft (Países Bajos) y descubrir la cuna de la microbiología y la virología, en una zona reconocida por sus prestigiosos pintores y su afamada cerámica
- pasear por los acantilados y playas cercanas a Manaccan (Reino Unido), en donde un párroco descubrió el titanio
- perderse en el jardín renacentista del Heidelberg (Alemania), que empezó siendo la octava maravilla del mundo… pero nunca llegó a terminarse
Javier Yanes nos invita a…
- descubrir una de las joyas escondidas de Florencia, el Museo Galileo, para contemplar su colección de instrumentos científicos antiguos, una de las mayores del mundo
- ascender a la cima del volcán Mauna Kea, en Hawái, y sorprenderse con la imagen futurista de los 13 telescopios que exploran el cielo
- seguir el rastro de los fósiles que nos cuentan la extinción de los dinosaurios desde Yucatán (México) a Dinamarca pasando por España, Estados Unidos y Túnez
- ponerse en la piel de unos de los astronautas del Apolo 11 experimentando el lanzamiento al espacio desde el Centro Espacial Kennedy, en Cabo Cañaveral (Florida)
Laura Chaparro nos recomienda…
- explorar el Gran Colisionador de Hadrones en el CERN (Ginebra) con el que se demostró la existencia del bosón de Higgs
- escrutar el cosmos desde el desierto de Atacama (Chile), donde se encuentra el telescopio ALMA, del Observatorio Europeo Austral
- tomarse una pinta en The Eagle, el pub de Cambridge (Reino Unido) donde Watson y Crick anunciaron el hallazgo de la estructura del ADN
- seguir los pasos de Marie Curie en su laboratorio del antiguo Instituto Pasteur, hoy Museo Curie de París
- perderse en la naturaleza imponente de Islandia, buscando el paso al centro de la tierra que describía Julio Verne en torno al volcán Snæfellsjökull
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