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06 marzo 2020

Superluna, el best seller más engañoso de la astronomía

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El prefijo súper no es raro en la ciencia. En física tenemos superconductores, supersimetría o el supercolisionador de hadrones; los meteorólogos hablan de superceldas y los astrónomos parecen especialmente propensos: estudia supernovas, supercúmulos, supertierras… Y estos días vuelve a las noticias uno de los súper más populares de los últimos años: la superluna.

La Luna no está siempre a la misma distancia de la Tierra. A veces está un poco más cerca y otras veces más lejos, debido a que el satélite no da vueltas alrededor del planeta marcando un círculo perfecto: la órbita de la Luna tiene otra forma geométrica conocida como elipse, algo así como un círculo achatado. Esto hace que, a medida que recorre ese camino, su distancia con nosotros varía, oscilando desde el perigeo (peri significa cerca y geo, Tierra) —que es el punto en la órbita en que está más cerca de la Tierra, unos 356.00 kilómetros— hasta el apogeo (apo significa lejos) —el punto de máxima separación, unos 407.000 kilómetros.

Por otra parte, las fases de la Luna no están coordinadas con ese recorrido por la órbita, y por eso no suceden siempre a la misma distancia de la Tierra. Puede que un mes la luna llena coincida en perigeo, otro mes en apogeo y otro mes a una distancia intermedia. Cuando coincide que la luna llena se produce cerca del perigeo (momento en el que está más cerca de la Tierra), el disco lunar se puede apreciar ligeramente más grande y más brillante, lo que da lugar a ese término tan popular que es la superluna.

¿Cómo de super?

La más grande de las superlunas, cuando el satélite está a la mínima distancia de la Tierra, tiene un disco lunar un 6% más grande que una luna llena de tamaño medio y un 14% más que la microluna —que es el fenómeno contrario, cuando está en el apogeo y, por tanto, se ve más pequeña.

Diferencia de tamaño entre una superluna y una microluna. Fuente: Wikimedia

El uso del prefijo súper sí suele estar justificado en otros tecnicismos científicos: una supernova es uno de los fenómenos más violentos del universo, un superconductor, es un material muy exótico, que desafía las leyes de la física. Pero en el caso de la superluna, el término es muy discutido, incluso dentro de la propia comunidad científica. El divulgador y astrofísico Neil DeGrasse lanzó esta provocación: si en vez de referirnos a la Luna pensamos en una pizza, esa diferencia de tamaño del 6% equivale a la diferencia que hay entre una pizza normal de 15 pulgadas y otra de 16 pulgadas: ¿es realmente la diferencia suficiente para hablar de una superpizza?

Es más, si pudiéramos ver juntas en el cielo una superluna y una microluna, una al lado de la otra, puede que los observadores con mejor vista fueran capaces de diferenciar la superluna. Pero aún así, no sería tan fácil. Y eso no ocurre en la realidad: para comparar lunas llenas hay que esperar 30 días a la siguiente, lo que lo dificulta la tarea. Es posible hacer esa comparación fotográficamente, pero en una contemplación directa del cielo, a simple vista, es muy difícil notar la diferencia en los tamaños de la Luna. Solo los observadores más experimentados son capaces de apreciarla.

Vuelve la trampa de la ilusión lunar

Sin embargo, cada vez que las superlunas llegan a las noticias, se repiten multitud de testimonios desde todo el mundo, enviados por personas que creen haber visto una luna bastante más grande de lo habitual. Esto ocurre, sobre todo, por culpa de la conocida como ilusión lunar. Es solo un efecto óptico. Cuando la Luna está cerca del horizonte, parece siempre mucho más grande —sobre todo si cerca de ella aparecen otros objetos más pequeños, como árboles y edificios— que cuando la Luna está más alta en el cielo. Pero si un día fotografiamos la Luna cerca del horizonte y, horas después, en lo alto del cielo, comprobaremos que su tamaño angular es el mismo, a pesar de las apariencias.

Los dos círculos naranjas son del mismo tamaño: es un efecto óptico, análogo al que ocurre cuando vemos la luna llena cerca del horizonte. Fuente: Wikimedia

Cuando la Luna está en fase llena, ésta siempre sale justo cuando se pone el Sol, sube durante toda la noche por el cielo y se pone al salir al Sol. Por eso las superlunas —que son lunas llenas— siempre están cerca del horizonte al anochecer, que es el momento más habitual para salir a observarlas; y así, el efecto de la ilusión lunar hace que se aprecie en el disco lunar un aumento de tamaño mucho mayor que el 6% real.

Un espectáculo celeste frecuente

Si revisamos los datos de las lunas llenas, comprobaremos que durante cada año se pueden observar varias superlunas y también varias microlunas. No son fenómenos extraños, sino que además es frecuente que se repitan varias seguidas:

Superlunas en 2020

9 de marzo: 357.4004km

8 de abril: 357.035km

7 mayo: 361.184km

Luna llena normal o media 2020

5 de julio: 381.757km

Microlunas 2020

3 de octubre: 405.425km

30 de octubre: 403.452km

Pero independientemente de la fase, hay que recordar que la observación de la Luna es uno de los mejores espectáculos del cielo. A simple vista, la luna llena es espectacular, especialmente al salir por el horizonte y aprovechando la ilusión lunar. 

Unos prismáticos pueden ser más que interesantes para observar detalles en la Luna. Con telescopio, por extraño que parezca, la luna llena quizás no sea la mejor fase para la observación: al caer los rayos del sol perpendiculares, la Luna se ve plana como una foto, sin relieve. La observación con telescopio es mucho más espectacular durante los cuartos, cuando se pueden apreciar las sombras de los cráteres y las montañas, especialmente en el terminador, la línea que separa la zona iluminada de la oscura en el disco lunar.

Puede que el término superluna esconda algo de clickbait astronómico, un truco para atraer el interés hacia la observación del cielo, aunque detrás del supertítulo haya poco. Pero a diferencia de los clickbait periodísticos, su utilidad queda fuera de toda duda: es uno de los mejores recordatorios de un espectáculo celeste de singular belleza, que está nuestro alcance cada mes.

Borja Tosar

@borjatosar

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