Cuando en 1857 Abel Niépce de Saint-Victor descubrió por casualidad que las sales de uranio emitían “una radiación invisible a nuestros ojos” capaz de impresionar una emulsión fotográfica, poco podía preverse que esta curiosidad de ciertos elementos químicos acabaría originando el mayor método de destrucción jamás creado, pero también una poderosa fuente de energía. La energía nuclear creció durante el siglo XX siempre rodeada de una fuerte polémica y una oposición alimentadas por un historial de sucesos y accidentes, algunos de ellos de consecuencias devastadoras. Y sin embargo, hoy el debate ha cobrado un nuevo enfoque ante la necesidad de romper la dependencia de los combustibles fósiles causantes del cambio climático. Repasamos aquí la turbulenta historia de la energía nuclear.
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