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24 septiembre 2012

Economía: de la Conciencia a la Ciencia

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Una de mis actividades favoritas es navegar por Youtube en mi televisor buscando algún contenido interesante. Para ello, elijo dos palabras claves que a mi entender encierren significados con muchas posibilidades. Este viernes por la noche las elegidas fueron “forma” y “economía” y fue así como me topé con casi dos horas de conferencia de Joan Melé, subdirector general del Triodos Bank (Banca ética).

En sus acertadas reflexiones pretendo basar la mía, por ser sus palabras las que han inspirado el título y contenido de esta breve divagación.

Si el título empieza por economía, toma la palabra Adam Smith, cuya máxima de que “el bienestar individual maximiza el colectivo” ha sido un referente para todos los que hemos estudiado economía. Sin embargo, he de reconocer que últimamente empiezo a encontrar un conflicto en que la vida (que no se puede separar de la economía), se rija bajo estos principios tan individualistas.

Lo interesante parece cambiar el foco de la individualidad hacia la colectividad, “dejar de descubrir cuáles son nuestras necesidades para averiguar cuáles son nuestras capacidades”. Al fin y al cabo, nuestra único legado al mundo, a través del desarrollo de éstas capacidades, es nuestro trabajo. Ésta es la idea motivadora, que aunque parece olvidada y desvirtuada, subyace bajo el “ser una persona de provecho”.

Con Adam Smith, la economía sólo nace como ciencia, pero como ciencia social, ya se había constituido para establecer formas de relación. Primero fue el trueque, luego la moneda, y en algún momento, la ciencia rebasa a la conciencia para llegar a la actualidad, en donde el 95% del dinero ya es electrónico.

Así, nos encontramos con que la conciencia, ya no está a la altura de lo que ha creado la ciencia. Que cuanto más se formula sobre ella, más se aleja del hombre, de su vida. Y esto es muy fácil de comprobar… ¿Cuántas personas tienen verdadera conciencia de lo gastado? Conciencia de su consumo, del qué, por qué y para qué en un sentido más amplio. Y sobre todo, del cómo afectamos a los demás con nuestras decisiones.

Reflexiones como éstas, entiendo que son las que fundamentan proyectos éticos tan loables como el de Triodos Bank y el que lleva a cabo BBVA a través de Momentum Project.

A mí, me sirven para recordar que, aunque de momento sean pocos los que participan en ello, el ser humano sigue siendo el centro de algunas iniciativas. Que aunque pareciese que las habíamos olvidado, están ahí. Llegan más tarde que la ciencia, pero son economía en su estado social más puro en cuanto emergen de la conciencia.

Integremos de nuevo la economía como parte de nuestra vida. Recordemos que es mucho más que una ciencia, es un modo de relación al servicio del ser humano, una actividad de la que participamos todos. Y sigamos avanzando en la ciencia. Pero no olvidemos, en el camino de este avance, a nuestra infiel y aletargada compañera: la conciencia.

Mari Carmen Blanco Seijo

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