Busca exoplanetas que sean lo más parecido a la Tierra. Tiene continuamente puesta la mirada en un mundo tan lejano como apasionante. Ada Canet Varea (Valencia, 1993) ya está acostumbrada a recibir reconocimientos como joven y brillante talento. Y no es para menos cuando habla de sus logros. “Mi investigación se centra en el estudio de exoplanetas, más concretamente, en aquellos más similares a nuestro propio planeta. Estudio cómo el flujo de material ionizado que es constantemente eyectado desde las estrellas como nuestro Sol, conocido como viento estelar, interacciona con las atmósferas exoplanetarias”.
Suena muy lejano y es difícil para los ignorantes en la materia contestar a la pregunta que todos nos hacemos cuando nos hablan de algo desconocido. ¿Cuál es la finalidad de estas investigaciones? “Este estudio es fundamental para poder determinar las condiciones de habitabilidad de estos planetas similares a la Tierra, y si esta interacción puede dejar una huella que podamos detectar con la instrumentación adecuada”, explica esta profesora.
“Puesto que actualmente no disponemos de la instrumentación que nos pueda revelar observaciones que nos descubran cómo es este tipo de interacción, estudio esta interacción a través de la simulación numérica. Esta es una herramienta fundamental, no sólo para comprobar nuestras hipótesis con observaciones, sino para prepararnos para las observaciones que llegarán con la futura y mucho más sofisticada instrumentación que tendremos disponibles en las próximas décadas”.
Ada Canet estudió el doble Grado en Física y Matemáticas en la Universidad Complutense de Madrid y sus especialidades son Matemática Aplicada y Física Aplicada (Física de la Tierra). Pero el objetivo concreto de su investigación actual es muy concreto. Lo explica así: “Es sabido que la radiación de la estrella, en concreto la radiación energética correspondiente a longitudes de onda como los rayos-x y el ultravioleta, juega un papel fundamental en la supervivencia de las atmósferas de los planetas, especialmente durante las primeras etapas de su vida”, relata. “Sin embargo, el efecto que pueden tener los vientos estelares no ha sido abordado tan ampliamente”, añade.
“Investigo cómo evolucionan las atmósferas de los planetas similares a la Tierra, o qué tipo de estructuras encontraremos en la vecindad de estos planetas, y si seremos capaces de detectarlos con la instrumentación que irá a bordo de las misiones que están siendo diseñadas ahora mismo”
La novedad de su investigación es nada menos que quiere demostrar “que la caracterización de la interacción de los vientos estelares con los planetas es fundamental, ya que puede arrojar pistas sobre cómo evolucionan las atmósferas de los planetas similares a la Tierra, o qué tipo de estructuras encontraremos en la vecindad de estos planetas, y si seremos capaces de detectarlos con la instrumentación que irá a bordo de las misiones que están siendo diseñadas ahora mismo”. Es decir, desde equipos como el de esta astrofísica, ponen su grano de arena para que las misiones al espacio sean cada vez más sofisticadas y sus objetivos sean lo más plausibles posibles, gracias al equipo diseñado y probado, aquí, en la Tierra. “Cuando se estudia este tipo de interacción, la incorporación de campos magnéticos es fundamental, puesto que están presentes en este tipo de interacciones”, añade la investigadora.
Y uno se pregunta, ¿cómo se acaba investigando algo tan lejano? ¿No sería sólo mirando el cielo de su Valencia natal? “Durante la carrera, me apasionó el estudio de nuestro propio planeta, cómo es su campo magnético, y cómo ha ido evolucionando a lo largo de la historia de la Tierra. Me apasionó cómo los planetas del Sistema Solar, eran completamente diferentes a nuestro planeta, como es el caso de Marte”. Entonces se dio cuenta de que en el contexto exoplanetario, “las posibilidades son infinitas”: “Esto me motivó a estudiar qué hace de un planeta rocoso un mundo habitable, o por el contrario, qué hace que se convierta en un lugar completamente inhóspito. Siempre he tenido la inquietud por la exploración, y esta es una forma extraordinaria de exploración”.
“Un estudio en este tipo de ondas de las estrellas albergadoras de planetas es fundamental para conocer cómo es el ambiente alrededor de los planetas potencialmente habitables”
“Mi investigación se basa en estudiar los vientos estelares. Estos vientos cambian con la evolución estelar, son vientos mucho más violentos en estrellas jóvenes, muy activas, y vientos más débiles para estrellas de menor actividad”, detalla con auténtica pasión. “Los vientos estelares constituyen un reflejo de la propia estrella, y por tanto, es fundamental una caracterización minuciosa de las estrellas. En particular, el ultravioleta es un rango del espectro electromagnético que nos da muchas pistas sobre cómo está la estrella, atendiendo a su actividad”. Y la conclusión de todo esto no es menor: “Un estudio en este tipo de ondas de las estrellas albergadoras de planetas es fundamental para conocer cómo es el ambiente alrededor de los planetas potencialmente habitables”, afirma.
Como profesora de Astronomía en la Facultad de Ciencias Matemáticas de la Universidad Complutense, habla así de enseñanza de las ciencias: “Para la gran mayoría de mis alumnos, habitualmente inmersos en problemas complejos de análisis, cálculo diferencial, topología, etcétera, enseñar que las matemáticas son fundamentales para comprender un mundo tan apasionante como la astrofísica, despierta en ellos una enorme inquietud. Es un honor ser la persona que por primera vez, les habla de cómo localizamos las estrellas en el cielo, cómo medimos las distancias, cómo se detectan los exoplanetas… o incluso qué es un quásar”, dice con humildad. Y debe ser muy buena haciéndolo, porque ella misma ve los resultados: “Muchos de ellos acaban desviando su trayectoria hacia la astrofísica, y lo celebro, porque hacen falta mentes matemáticas para el futuro de la astrofísica”.
“Es un honor ser la persona que por primera vez a los alumnos, les habla de cómo localizamos las estrellas en el cielo, cómo medimos las distancias, cómo se detectan los exoplanetas… o incluso qué es un quásar”
Su gran objetivo a medio plazo es unir la investigación con la enseñanza en la universidad. Para seguir cultivando esas vocaciones entre las jóvenes y los jóvenes. “Me entusiasma la docencia, y la universidad es un entorno idóneo para compatibilizar mis dos mayores inquietudes, enseñar, y, por supuesto, seguir aprendiendo, a través de la investigación. Sin duda creo que conocer otros grupos de investigación, nacionales como internacionales, es fundamental para el progreso del trabajo de todos”. Y anima a los jóvenes a moverse por el mundo, para aprender: “Yo misma he realizado varias estancias en otros países, incluso durante la carrera, y aprendes otras metodologías, otras inquietudes, otras vías de investigación, hasta algunos detalles que muchas veces se nos escapan. Por ello, deseo aprender pero también establecer muchas colaboraciones, lo cual es básico en la astrofísica y en la ciencia en general”.
Comentarios sobre esta publicación