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30 mayo 2016

La realidad de los animales fantásticos de El Bosco

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¿Ha conseguido la biotecnología hacer realidad los seres fantásticos de El Bosco?

La mayor parte de la obra pictórica de Hieronomus Bosch (El Bosco) está repleta de seres fantásticos, extraños y hasta monstruosos. Por otro lado, las nuevas técnicas biotecnológicas podrían producir también seres “monstruosos. ¿Coincide alguno de esos nuevos animales biotecnológicos con las imágenes del gran pintor holandés? Si es así, ¿para qué sirven esos nuevos organismos?

Gigantes sí; normales, no.

En el panel central de El Jardín de las Delicias en primer término a la izquierda aparecen una serie de aves gigantes-por comparación con seres humanos próximos- pero bien proporcionados y nada “monstruosos”. De hecho, se pueden reconocer a las especies a las que pertenecen: abubilla, Martín pescador, petirrojo, jilguero…

“El Jardín de las Delicias” (El Bosco) 1500 – 1505. Grisalla, Óleo sobre tabla de madera de roble / Imagen: Museo del Prado

En la naturaleza a veces aparecen individuos de gran tamaño dentro de algunas especies, como sucede en algunos animales como caballos o vacas, por ejemplo. Todos ellos aparecen de forma “natural” y no intencionada (o dirigida por el hombre). Sin embargo, a finales del siglo XX se desarrolló la transgénesis, una técnica que permite introducir dentro de un determinado cigoto o célula reproductiva el gen de la hormona de crecimiento, normalmente de otra diferente aunque a veces de la misma. El gen que se introduce está dotado de una región reguladora muy activa, que hace que se exprese por encima de su nivel normal determinando la aparición de un animal “gigante”. Así se obtuvo por primera vez un ratón gigante y se han obtenido otros animales gigantes como los salmones gigantes.

Un salmón modificado genéticamente detrás de un salmón del Atlántico convencional de la misma edad (en primer plano). Imagen: AquaBounty Technologies, Inc.

Aunque los primeros organismos se obtuvieron para comprobar si la técnica de la transgénesis era realmente efectiva en vertebrados, después se han tratado de obtener otros para aprovechar alguna de sus propiedades, como son su mayor velocidad de crecimiento y el aprovechamiento de la energía en el caso de los salmones gigantes.

Las quimeras del mundo animal

En la obra de El Bosco son abundantes los animales quiméricos: presentan partes de su cuerpo con las características de diferentes especies. Aparecen así en sus pinturas quimeras como los centauros o los grifos,y otras propias de su obra como la quimera con cuerpo humano y cabeza de ave ,que aparece en la parte baja del panel derecho (en el infierno) del cuadro del Jardín. En la naturaleza, y en la ganadería sobre todo, se dan casos de híbridos entre diferentes especies animales, pero no son muchos los casos en que tales híbridos sean quiméricos, es decir, que presenten aspectos propios de diferentes especies en distintas parte de un mismo cuerpo. Los ejemplos más conocidos quizás sean los diferentes híbridos entre tigres, leones y leopardos (ligre, tigardo, jagulep, jagleón, leopón…) y que se producen para ser exhibidos en zoos.

Liger en el zoo Novosibirsk (2005)/Autor: Алексей Шилин

Quimeras interespecíficas

Hoy la idea de una quimera es diferente de un híbrido interespecífico. Concretamente, los animales quiméricos serían aquellos que tienen en su cuerpo células de dos o más individuos distintos, ya sean de especies diferentes o de la misma. Los híbridos por el contrario presentan un solo tipo de células, aunque con información genética reunida de dos especies diferentes.

Un ejemplo de esas quimeras interespecíficas contemporáneas son las cabrejas producidas por la mezcla de un embrión de cabra con otro de oveja. Estas quimeras permiten analizar los problemas de incompatibilidad cuando se utilizan como “madres de alquiler” a las hembras de una especie con embriones de otra, una técnica muy útil para la ganadería. Añadir células embrionarias humanas a embriones animales (normalmente de ratones) permite también investigar el papel de dichas células en el desarrollo de distintos órganos, o su respuesta frente a diferentes tratamientos médicos. Un caso particular de este tipo de quimera serían los llamados ratones avatar, en los que se injertan tumores de pacientes de cáncer para probar en ellos diferentes tratamientos para humanos.

También se pueden considerar quimeras interespecíficas todos los organismos (incluso de la especie humana) a los que se les haya trasplantado un órgano, tejido, o célula de otro de una especie diferente. Son los llamados xenotrasplantes, que se utilizan principalmente para solucionar la carencia de material biológico de la propia especie, como en el caso de los trasplantes de órganos en seres humanos.

Quimeras intraespecíficas

En el laboratorio también se están produciendo quimeras con células de distintos embriones de la misma especie. Este es el caso de los ratones que se obtienen mezclando células de dos embriones de ratón diferentes. Como además uno de estos embriones puede tener desactivado algún gen-se dice que es un ratón noqueado para ese gen-se puede investigar en el ratón resultante el efecto de dicho gen, lo cual es útil para estudiar diversas enfermedades genéticas. En el caso de los primates es más difícil obtener tales ejemplares quimera, pero recientemente se han obtenido monos quiméricos mezclando en este caso células madre de varios embriones. Y de nuevo, estos experimentos permiten es aclarar qué ocurre en el desarrollo de organismos emparentados con la especia humana para luego aplicar estos conocimientos en medicina.

Alargando esta idea de quimera, incluso se podrían considerar como tales los organismos que han experimentado trasplantes de órganos y transfusiones intraespecíficas. Además, recientemente se está poniendo de manifiesto por los estudios del ADN que de forma natural se pueden formar organismos quiméricos por la unión de dos cigotos -o embriones tempranos- de la misma especie producidos a la vez y de forma independiente. Este es el caso de algunas personas que se han visto envueltas en conflictos de paternidad o maternidad. E incluso, puede existir cierto quimerismo en las mujeres tras quedar embarazadas de un niño por la emigración de algunas células masculinas a la madre. ¿Son los ciborgs las quimeras del futuro? Estos organismos incorporan ya tejidos artificiales.

Monstruos y monstruosidades

En la obra de El Bosco además de organismos como las aves ya mencionadas aparecen otros gigantes que son verdaderamente monstruosos. Se puede considerar su monstruo más característico el hombre-árbol gigante, que centra toda la atención en el panel derecho (infierno) del cuadro. En la naturaleza se comienza hablando de organismos monstruosos cuando son muy gigantescos, como es el caso de los calamares gigantes. En la nueva Biología, la idea de obtener cerdos gigantes mediante transgénesis, obviamente para aprovechar sus perniles, fue un fracaso por cuanto se originaba un organismo grande pero descompensado y con muchos problemas de movilidad y de funcionamiento. En la actualidad se está tratando de obtener cerdos supermusculados sin estos problemas mediante las nuevas técnicas de edición genómica y la tecnología CRISPR-CAS.

Animales teratogénicos

Asimismo El Bosco nos presenta en sus pinturas seres teratogénicos, es decir, que tienen más o menos partes del cuerpo de las normales, o las tienen desplazadas de su posición habitual. Ocurre, por ejemplo, con el ave con tres cabezas en primer término del panel izquierdo (El paraíso) de El Jardín, o con el reptil, también de tres cabezas, que surge de la laguna que hay  detrás de las figuras de Dios y Adán y Eva en el mencionado panel. En la naturaleza a veces aparecen animales de este tipo, por ejemplo con dos cabezas o con ojos extras debido a anomalías en el desarrollo causadas por factores genéticos o ambientales. Ahora se pueden producir animales con ojos ectópicos, por ejemplo. Este es el caso de las moscas del vinagre, Drosophila, que además de sus dos ojos normales tienen otros en otras partes de su cuerpo-en la misma cabeza e incluso en las patas-. El objetivo es demostrar que un gen adecuadamente manipulado es capaz de expresarse y ser funcional fuera de su lugar normal. Todo es útil para la investigación básica del desarrollo y de la evolución, pero también puede ser útil para solucionar problemas médicos y del desarrollo en el caso de los humanos.

Fragmento del cuadro “El Jardín de las Delicias”, en la esquina superior izquierda del segmento correspondiente al “infierno” (derecha) /Imagen: Museo del Prado

Por último, en la obra de El Bosco aparecen además “monstruosidades”, como órganos fuera de los cuerpos (por ejemplo las dos orejas con un cuchillo enmedio del panel del infierno). En la naturaleza obviamente no existen tales cosas. Sin embargo, en la actualidad se están obteniendo órganos fuera de los cuerpos a partir de cultivos de células madre. Así, se obtienen pequeños tejidos de hígado o riñones, que además de ser útiles para la investigación básica del desarrollo se puedan utilizar para investigar tratamientos médicos de enfermedades y en el futuro, para usarlos en trasplantes.

Conclusión

Pasados 500 años de la muerte de El Bosco, no sabemos bien de dónde sacó sus extraños animales (¿quizás de las tradiciones y literatura, la alquimia, la astrología…?, ni cuáles fueron sus objetivos (¿mero divertimento, alegorías del pecado, suscitar la aversión frente al pecado, defensa de un modo de vida herético…?). Pero ahora y siempre su obra genera y suscita admiración y fascinación, y a veces hasta miedo y horror.

Hoy también vemos que su obra puede considerarse profética en cierto sentido biológico. De hecho, con la obtención en el laboratorio de organismos similares a algunos de los que él plasmó en sus obras, se reafirma la idea de autores como John Berger 1 que defienden que El Bosco, en pinturas como la del Infierno de El Jardín de las Delicias, predijo nuestro mundo actual: globalizado, sin horizontes claros y, como aquí hemos visto, también artificial y quimérico por la irrupción de nuevos tipos de animales y nuevas construcciones biotecnológicas.

 

Manuel Ruiz Rejón

Universidad de Granada, Universidad Autónoma de Madrid

Referencias:

1. Berger, J. 2004. La forma de una bolsa. Taurus.

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