El proceso de integración de la Unión Europea ha vivido 5 décadas de éxito desde sus primeros pasos en los años 50. Ha pasado de contar con 6 países miembros a un total de 28, más una decena de aspirantes (2016). Al mismo tiempo, la Unión Europea ha dejado de ser un área de libre comercio para convertirse en una unión monetaria plena, a partir de los años 90. Sin embargo, tras 5 décadas impulsando el crecimiento económico y fortaleciendo las instituciones de los países que han ido formando parte de la Unión, Europa tiene que pararse a reflexionar sobre sus problemas y sus límites.

1. La unión bancaria
La crisis económica y financiera de los últimos años ha tenido un efecto negativo sobre el crecimiento en el área, y ha puesto de manifiesto desigualdades entre los países miembros, así como los puntos débiles de la presente fase de integración europea: una unión monetaria sin unión bancaria ¿Es posible mantener este sistema? La unión monetaria también ha divido a Europa: dentro o fuera de la Eurozona. Ante esta situación, una unión bancaria fuerte y la coordinación de políticas económicas aparecen como soluciones de primera línea.
2. La integración política
Pero no es en la dimensión económica de su integración la mayor debilidad de la UE, sino la vertiente política de la misma. El grado de integración política actual de la Unión es relativamente bajo, lo que da lugar a enormes contradicciones. Por un lado, la Unión tiene cada vez menos competencias en los procesos para elegir a los gobiernos nacionales, donde el ciudadano sí participa directamente y por otro, las decisiones que se toman a nivel europeo (y que afectan cada vez más al día a día de los ciudadanos) se resuelven mediante negociaciones poco transparentes entre un gran número de gobiernos nacionales, procesos que resultan casi ajenos al ciudadano de a pie. ¿Está degenerando Europa hacia una tecnocracia sin respaldo directo de los electores?
3. La política exterior
En paralelo, han aumentado las tensiones sociales y las actitudes nacionalistas en algunos países miembros, lo que impide prestar la atención necesaria a las naciones aspirantes a entrar en la Unión. Fuera de sus fronteras, la geopolítica también plantea distintos retos: el manejo de las tensiones con zonas limítrofes como Rusia, o la inestabilidad en Oriente Medio y el Norte de África, que aumenta la presión migratoria y el número de refugiados. Las políticas sociales que precisan estos escenarios han puesto de manifiesto la tercera debilidad de la Europa actual: la falta de una verdadera política exterior comunitaria.
Ante un escenario como este, es hora de reflexionar sobre Europa, sobre sus bases económicas, sus naciones, sociedades y cultura, y también sobre sus límites no resueltos y los nuevos poderes mundiales. Sobre estos temas y muchos más trata el último libro de la serie OpenMind “La búsqueda de Europa: Visiones en contraste”, disponible ya para descargar gratuita en la sección de libros de OpenMind.
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