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13 octubre 2014

Medicina defensiva y litigio: impulsores del gasto sanitario

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Las estadísticas nos indican que el aumento del coste sanitario se debe a diversos factores, entre ellos, el coste de los medicamentos y dispositivos y el coste de la mano de obra de los servicios sanitarios. Dichas estadísticas son correctas. El coste del tratamiento y de la mano de obra necesaria para administrarlo representa una proporción asombrosa de los costes sanitarios. No obstante, existen “factores externos” que no se tienen totalmente en cuenta a la hora de realizar el cálculo: los costes de los litigios. Las estadísticas muestran asimismo un aumento de la enorme cantidad de información sanitaria online: hace diez años, y no digamos anteriormente, resultaba complicado encontrar contenidos relativos a la sanidad en la web, pero actualmente no ocurre lo mismo.

Así, a lo largo de los últimos años, hemos considerado el “empoderamiento”, el compromiso y la educación de los pacientes como un componente positivo de la sanidad. Esto resulta cierto pero, no obstante, la “clase informada” de consumidores a la que nos referimos, unida al aumento de los costes de los litigios no resulta una coincidencia. La mayor disponibilidad de información relativa a la sanidad, así como el mayor acceso a la misma, han acarreado un mayor número de litigios que contribuye al aumento de los costes de los sistemas sanitarios en todo el mundo. No resulta extraño que despachos de abogados lleven a cabo agresivas campañas publicitarias bajo el lema “llámenos para una consulta gratuita” con la esperanza de llegar a un paciente insatisfecho; o con el fin de que los pacientes busquen opiniones alternativas en relación a las intervenciones de diagnóstico o tratamiento.

Dicho esto, el auge de la “medicina defensiva” ha alcanzado niveles alarmantes debido a que los médicos ven la prestación de servicios sanitarios cada vez menos como un modo de proporcionar una mejor atención y más como un modo de asegurar que las posibles futuras querellas por mala praxis no dejen abierta la puerta a sambenitos de “negligencia” colgados por jueces y jurados. No obstante, insinuar que la mayor disponibilidad de información es la única causa resultaría engañoso, aunque constituye un componente. Otros autores han señalado diversos factores que asimismo contribuyen al incremento de los litigios por responsabilidad médica[1] y han examinado el estado actual de la medicina defensiva a través de informes de los médicos relativos a su propio comportamiento durante el curso de las intervenciones de tratamiento en diversas áreas terapéuticas.[2] Sethi et al. Han señalado que casi el 25% de las pruebas solicitadas por cirujanos ortopédicos se realizan por motivos “defensivos”, lo cual podría suponer un gasto innecesario de 2.000 millones de dólares.

Aunque se sabe que la asimetría informativa contribuye al fracaso del mercado sanitario, se da por sentado que la reducción de la brecha de información no presenta inconvenientes. ¿Los beneficios de unos “consumidores” más informados compensan los costes? Por supuesto que sí. No obstante, los inconvenientes son reales: más pruebas (innecesarias), segundas (y terceras) opiniones, salas de espera a rebosar y listas de espera ineludiblemente largas.

Los litigios como factor determinante del aumento de los costes de los sistemas sanitarios de todo el mundo no incumben simplemente a las naciones del G7. Los mercados emergentes se enfrentan al mismo problema, aunque de un modo diferente. En Brasil[3] la recaudación de fondos para la sanidad, así como la adquisición de servicios sanitarios, se encuentran repartidos entre los niveles gubernamentales estatal y municipal, lo cual complica enormemente las cosas debido a que las intervenciones de tratamiento y los servicios ofrecidos varían en gran medida de una jurisdicción a otra. Esto ha dado lugar a un fenómeno por el cual los pacientes demandan al Gobierno con el fin de que incluya determinados medicamentos en receta. Los litigios contra el Gobierno cuentan con el apoyo de grupos de defensa del paciente, médicos y farmacéuticos hasta el punto de que el Gobierno se ve forzado a proporcionar el tratamiento al paciente (lo cual debe producirse en un plazo de 72 horas desde la decisión judicial). Desde el punto de vista del Gobierno, la urgencia de actuar proporcionando tratamiento/s se hace evidente desde el momento en que el número de querellas, así como su cuantía, supera el coste de poner el tratamiento a disposición de los pacientes.

Por una parte, como ocurre en el caso de la medicina defensiva, se considera que la prestación innecesaria y excesiva de servicios sanitarios constituye un factor determinante de los costes de los litigios (EE. UU.) debido a que los médicos temen la posibilidad de ser demandados; y por la otra, se considera que la falta de provisión de tratamientos sanitarios constituye un factor determinante de los costes de los litigios (Brasil) debido a que los pacientes se ven obligados a demandar al Gobierno con el fin de que ponga el tratamiento a disposición de los mismos. Resulta ciertamente irónico.

Existen soluciones en la política sanitaria, como la reforma de los seguros de mala praxis médica; no obstante, hasta que se apliquen dichas soluciones, deben tenerse en cuenta los mencionados factores externos a la hora de calcular los costes generales de la gestión de los sistemas sanitarios como parte del “coste de hacer negocios”.

Rohit Khanna

Director ejecutivo de Catalytic Health.

Puede ponerse en contacto con él a través de: rohit@catalytichealth.com

Referencias

[1]  Chacko, David; Medical Liability Litigation: An Historical Look at the causes for its growth in the United Kingdom; University of Oxford; Discussion Papers in Economic and Social History; Número 77, abril de 2009

[2] Sethi, MK et al.; Incidence and costs of defensive medicine among orthopedic surgeons in the United States: a national survey study; Am J Orthop (Belle Mead NJ). Febrero de 2012; 41(2):69-73

[3] Brazil’s healthcare conundrum;

http://www.pmlive.com/pharma_news/brazils healthcare_conundrum_484408; consultado en junio de 2013

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