La naturaleza está poblada por infinidad de animales venenosos y plantas tóxicas que pueden matarnos o, al menos, regalarnos un billete a una unidad de cuidados intensivos. Pero la toxicidad y el dolor no siempre van de la mano; la mordedura del pulpo de anillos azules (Hapalochlaena) puede ser letal, pero es casi indolora. Por el contrario, y aunque las picaduras de insectos no suelen amenazar la vida, algunas de ellas pueden causar un dolor extremo. Repasamos aquí un elenco de picaduras que se cuentan entre las más dolorosas del mundo.

Hormiga bala (Paraponera clavata)
Durante décadas el entomólogo estadounidense Justin Schmidt, fallecido en 2023, fue objeto de más de 1.000 picaduras de himenópteros —avispas, abejas y hormigas—, no siempre por accidente, y decidió clasificarlas por su nivel de dolor para saciar nuestra curiosidad. El Índice Schmidt es subjetivo, ya que se basa en su experiencia personal. El nivel 2 (de un total de cuatro) sería la picadura de una abeja o avispa comunes.
En su publicación original de 1983, solo una especie alcanzaba el nivel 4 (de hecho, 4+): la hormiga bala de Centro y Sudamérica se llama así porque el dolor de su picadura se compara al de un disparo. En su libro de 2016 The Sting of the Wild, Schmidt añadió comentarios como quien cata un vino, describiendo la picadura de la hormiga bala como un “dolor puro, intenso, brillante. Como caminar sobre carbones encendidos con un clavo de ocho centímetros hincado en el talón”. A diferencia de otras picaduras, el dolor puede prolongarse hasta 24-36 horas.

Avispa caza tarántulas o caballito del diablo (género Pepsis)
En versiones posteriores de su índice, Schmidt incluyó dos criaturas más en el nivel 4. Una de ellas pertenece al grupo de las avispas caza tarántulas, un insecto de hasta 5 centímetros que habita desde el sur de EEUU hasta el norte de Sudamérica. El nombre de esta avispa negra de aspecto amenazante revela su dieta casi exclusiva: tarántulas. Además de alimentarse de ellas, las paraliza con su veneno para inyectar en su interior un único huevo, cuya larva se come a la araña viva desde dentro. Schmidt describió el dolor como “cegador, feroz, espantosamente eléctrico. Un secador funcionando acaba de caer en tu baño de espuma”.

Avispa armadillo o guerrera (Synoeca septentrionalis)
Una avispa de las llamadas armadillo o guerreras, habitante de la América tropical, recibió el honor de unirse al nivel 4 del índice de Schmidt. Son avispas sociales que viven en grandes colonias cuyo nido de papel recuerda por su apariencia a un armadillo. También reciben el nombre de avispas de percusión, porque cuando sienten peligro producen un sonido de tamborileo rascando con las mandíbulas las paredes interiores del nido. Son muy agresivas y suelen atacar en enjambre, lo que hace aún más temible su picadura, que Schmidt definió como “tortura. Estás encadenado en el flujo de un volcán activo”, añadiendo después: “¿Por qué comencé esta lista?”

Avispa cazadora de arañas (Heterodontonyx bicolor)
El Índice Schmidt ha inspirado a otros para expandir su labor. En la Universidad de Queensland (Australia) el biólogo molecular Sam Robinson estudia las toxinas animales para buscar posibles usos biomédicos, y se ha dejado picar cientos de veces. En el top de su lista, con un 4, figura una temible avispa que caza las llamadas arañas cangrejo gigantes. Robinson describe la picadura como “autoritaria, fascinante y espantosamente poderosa”. Curiosamente, en tercer lugar de su lista, con un 3 (el segundo es el ciempiés Scolopendra morsitans, con un 3,5), sitúa no a un insecto, sino una planta, el gimpi gimpi (Dendrocnide moroides), un infame arbusto conocido como aguijón del suicidio por el insoportable dolor que provoca: según Robinson, “es como una visita al dentista cuando el taladro toca el nervio”.

Hormiga cosechadora de California (Pogonomyrmex californicus)
También siguiendo el ejemplo de Schmidt, en la serie de televisión australiana Kings of Pain el biólogo Adam Thorn y el cuidador de animales Rob Caveman Alleva se exponen voluntariamente a las picaduras y mordeduras de diferentes animales para clasificar su dolor en una escala de 30 puntos sumando valores de 1 a 10 en tres categorías: intensidad, duración y daños posteriores; como regla de medida, se asigna a la picadura de la abeja un 1 en cada categoría, con una puntuación total de 3.
En las dos temporadas emitidas hasta ahora, la mayor puntuación para una picadura la obtiene la hormiga cosechadora de California, con un total de 25,25, que incluye un 9,25 en intensidad del dolor y un 8,25 en duración. Este insecto del suroeste de EEUU y México es un pariente próximo de la hormiga cosechadora de Maricopa, cuyo veneno es el más tóxico encontrado en un insecto. Como comparación, en la serie se puntúa a la hormiga bala solo con un 17,25.

Chinche asesina espinosa gigante (Psyttala horrida)
Cuando un insecto recibe el nombre de chinche asesina espinosa gigante, ya se intuye que es una criatura de la que conviene alejarse. Pertenece al grupo de las chinches asesinas, hemípteros de la familia de los redúvidos, extendida por el mundo y que comprende especies predadoras o chupadoras de sangre como la vinchuca sudamericana. La depredadora Psyttala horrida, la mayor de las chinches asesinas con unos 5 centímetros de longitud, vive en el oeste del África tropical, y su picadura es la única de un insecto que en el programa Kings of Pain alcanza un 10 en intensidad del dolor. A diferencia de los himenópteros, los hemípteros no poseen un aguijón en el abdomen, sino que clavan una probóscide rígida que utilizan para inyectar el veneno a sus presas.
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