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02 agosto 2022

Planetas: las grandes estrellas del verano

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Los planetas son para el verano. El buen tiempo, la temperatura y las vacaciones ayudan a contemplarlos a simple vista, con solo dedicar un rato a observar el espectáculo de un cielo estrellado que hemos tenido olvidado durante el invierno. Este verano incluso es mejor que de costumbre, ya que durante las próximas semanas podremos disfrutar de un inusual cielo con cuatro planetas visibles a la vez: Venus, Júpiter, Saturno y Marte.

No son famosos por su brillo o porque destaquen en el cielo de forma especial —prácticamente se ven igual que las estrellas—; sin embargo, los planetas hacen cosas que las estrellas no pueden, y por eso llamaron tanto la atención de nuestros antepasados, y esos “poderes especiales” intrigaron e impulsaron a los astrónomos a mejorar sus teorías desde el principio de la historia.

Salir a observar planetas no es difícil, solo hay que saber dónde mirar. Venus o Júpiter son los más fáciles: cuando están a la vista, son los objetos más brillantes del firmamento; otros como Mercurio o Saturno son más escurridizos. Pero esos cuatro (y Marte) están al alcance de la simple vista. No es necesario ningún aparato especial, ni telescopio. Sólo alejarnos de las ciudades y núcleos de población para evitar la contaminación lumínica.

  1. Para encontrarlos hay que localizar la línea o autopista imaginaria por la que circulan, la eclíptica. Todos los planetas están siempre cerca de esta referencia imaginaria que cruza el cielo de este a oeste, pasando por una altura media sobre el sur, durante las noches de verano. El primer paso será ponernos mirando al sur.
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Cielo antes del amanecer durante el verano de 2022, en cualquier lugar de la Tierra a 43° de latitud norte. Fuente: Stellarium
  1. Durante las noches de este verano de 2022 el primer planeta en hacer aparición en el cielo será Saturno. Comienza a salir por el horizonte sureste hacia las once de la noche, como una estrella más en la constelación de Capricornio y, según avanza la noche, va subiendo por el cielo, ganando altura y desplazándose hacia el sur. Este es el movimiento que hacen todas las estrellas y planetas en el cielo. Las estrellas del lado contrario, bajan y se ocultan por el oeste. Mientras unas salen, otras se ponen.

  2. El siguiente planeta en unirse a la noche es Júpiter, sale aproximadamente a la una de la madrugada por el este. Es fácil distinguirlo, ya que es el objeto más brillante en el cielo en ese momento. Con ayuda de unos simples prismáticos, se pueden apreciar con facilidad cuatro pequeños objetos alrededor, no son estrellas, son sus lunas más grandes, Ganímedes, Calisto, Io y Europa. No es soberbio decir en este momento que sigues los pasos de Galileo; y su telescopio era mucho peor que los peores prismáticos que puedas tener olvidados en un cajón. Así que no dudes en llevártelos de observación.

  3. Para ver el tercer planeta tendremos que esperar un poco más, pero no mucho: sobre las dos de la madrugada se verá salir una estrella especialmente roja y espectacular por el horizonte noreste. No brilla mucho, pero su color rojo resalta en comparación con las demás estrellas, hace que sea fácil encontrarlo entre Tauro y Aries. Y no es una estrella, es Marte. Y tras esta visión, ya no tendrás duda de por qué se le llama el planeta rojo. Su color rojo definió su papel en la mitología y la astronomía, pues es un color escaso en la naturaleza y poco amable: el color de la sangre, de las zonas desérticas o del fuego. Los romanos le asignaron la divinidad de Marte, el dios de la guerra, muy probablemente por la relación de su color con la sangre derramada en las batallas.

  4. El último de los planetas que podremos ver en las noches de este verano es Venus, que saldrá por el horizonte noreste poco antes de la salida del Sol, un poco antes de las seis de la mañana. Es muy fácil de localizar, ya que solo el Sol y la Luna brillan más. No es casualidad que el tercer objeto en brillo ocupe un lugar importante en diversas mitologías. En el caso de la griega, se le asignó a Venus la diosa del amor, de la belleza y de la fertilidad.

  5. A esta hora, justo antes de que salga el Sol, en este verano de 2022 podremos contemplar cuatro de los cinco planetas visibles a simple vista: Saturno, Júpiter, Marte y Venus. Es un buen momento para recordar aquella línea imaginaria, la eclíptica: con los planetas sobre el cielo es fácil verla, uniendo esos cuatro puntos brillantes. Cuando los planetas están todos en el mismo campo de visión se le suele llamar alineación, pero no es correcto. Los planetas siempre están alineados, cerca de la eclíptica, la diferencia es que estas noches están muy próximos entre ellos y esa línea es muy clara.

App de observación astronómica que usa realidad aumentada | Crédito: Star Walk 2

Como apoyo a estas instrucciones siempre podremos recurrir al teléfono móvil. En las app stores podemos encontrar aplicaciones como Sky Map o Stellarium Mobile para Android y Star Walk para iOS que permiten identificar y buscar cualquier objeto del cielo con realidad aumentada. Simplemente apuntando el móvil al cielo aparecerá una carta estelar etiquetando los objetos a la vista.

Todas las noches de una misma fecha son casi idénticas. Si sales a observar el cielo el 20 de julio de 2022 y esperas al mismo día de 2023 y de 2024 verás que las posiciones de las estrellas y las constelaciones son idénticas. Mismo día, misma hora: mismas estrellas. Sin embargo, de un año a otro, no verás los planetas en las mismas posiciones. Unos años podrás ver alguno, otros varios, otros ninguno. Que cuatro planetas sean visibles al mismo tiempo, y además en verano, es una afortunada coincidencia en 2022, y un estupendo motivo para mirar al cielo, apasionarse por los astros y por la ciencia que nos explica el universo.

Las estrellas están muy lejos; tanto, que en nuestro cielo son un telón de fondo, que gira con un ciclo que se repite justo en un año. Y, a lo largo del año, vemos cómo los planetas —mucho más cercanos— van cambiando de posición sobre ese fondo fijo de estrellas. Cuanto más cerca está el astro, mayor es la variación: de noche a noche es fácilmente apreciable el cambio de posición de la Luna; el movimiento de los planetas más cercanos (Marte, Venus y Mercurio) tarda semanas en apreciarse; y el de Júpiter y Saturno, meses.

Así tendría que ser la órbita de Marte si girase alrededor de la Tierra, para explicar su camino irregular en el cielo | Crédito: Johannes Kepler

Los astrónomos de la antigüedad empezaron a anotar esas posiciones y vieron que, al cabo de meses y meses, todos los planetas dibujaban un recorrido irregular sobre el fondo fijo de estrellas, como vagabundos en el cielo. De hecho, planeta significa “vagabundo o errante” en griego antiguo. Un objeto que desafía los ciclos y la regularidad del cielo sin duda tenía que ser importante, por eso pronto los relacionaron con dioses, incluso entraron en la vida diaria donde permanecen escondidos en los días de la semana.

Los martes son en honor a Marte, los miércoles a Mercurio, los jueves a Júpiter, los sábados a Saturno (en inglés satur-day); y los lunes y domingos al Sol y la Luna, que eran también considerados planetas la antigua idea de un universo geocéntrico, en el que todos los astros giran alrededor de la Tierra. (Urano y Neptuno aún no se habían descubierto).

El camino irregular de Marte en el cielo (arriba) se explica mejor si consideramos que la Tierra y Marte giran alrededor del sol (abajo) | Crédito: B. Crowell

Aunque seguimos usando la semana planetaria geocéntrica, precisamente la observación de los planetas por Tycho Brahe en el siglo XVI fue una de las evidencias que demostró que la Tierra no es el centro del universo, que el Sol es el protagonista del sistema solar y nuestro mundo un mero secundario en la película del cosmos, como se atrevió a decir Copérnico. Las irregularidades en los movimientos de Marte —anotados con una precisión aún hoy sorprendente, para ser sin telescopio— le dieron una pista crucial a Kepler para enunciar las leyes que rigen el movimiento de los planetas, satélites, naves espaciales y todo lo demás en el espacio, lo que a su vez inspiró a Newton para su ley de gravitación universal. La observación de los planetas ha sido uno de los grandes motores de la astronomía.

Borja Tosar

@borjatosar

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