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07 noviembre 2018

Las implicaciones sociales de los vehículos sin conductor

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A lo largo del último siglo, el impacto del automóvil conducido por seres humanos no debe subestimarse. Sin embargo, es probable que el uso del coche cambie espectacularmente en el próximo siglo debido a la aparición de los automóviles sin conductor o “coches autónomos”. Es probable que la introducción de esta clase de vehículos tenga un gran impacto. Así, es posible que el paso del coche conducido por seres humanos al vehículo autónomo tenga un impacto trascendental en nuestras vidas y en la sociedad. Además de los incentivos de comodidad y seguridad para los viajeros, producirán una serie de ventajas para la sociedad y el medioambiente. En este artículo, me detengo a considerar las implicaciones sociales de un futuro dominado por el transporte mediante el uso de vehículos autónomos. Comienzo con una breve descripción de la actividad que se desarrolla actualmente en el campo de esta tecnología y las definiciones aceptadas de los distintos niveles de autonomía. Asimismo, examinaré las ventajas potenciales que harán que el uso de esta tecnología resulte inevitable.

Actividad actual

Actualmente, se estima que hay más de 1.000 millones de vehículos en las carreteras y que esta cifra se duplicará hacia 2040. Pero dada la probable adopción de los vehículos autónomos, dicho escenario ahora parece muy dudoso. En estos días en los medios se comenta su existencia por extenso, poniéndolos en valor. Como afirma Hars [1]: “en este momento, la tecnología del automóvil autónomo aún no está preparada para su adopción a gran escala, pero ya no cabe dudar de su viabilidad”. Muchas empresas están compitiendo en lo que respecta a la implementación de la autonomía total y para los próximos cinco años se prevén importantes éxitos. Por ejemplo, Ford calcula que hacia 2021 tendrá a punto un vehículo totalmente autónomo de nivel 4 (véase la definición más abajo). Dicho vehículo carecerá de volante y de acceso al acelerador, de tal manera que el pasajero nunca tendrá necesidad de tomar el control del vehículo en un área predefinida”. El número de empresas que trabajan en el sector del vehículo autónomo está aumentando rápidamente y está atrayendo la participación tanto de empresas del sector tecnológico, como es el caso de Google y Apple como del sector automovilístico como BMW y General Motors. Google fue una de las primeras empresas en investigar la viabilidad de esta tecnología, logrando el éxito en el DARPA Grand Challenge de 2005 [2]

Coche autónomo de Google.

Actualmente, las largas distancias se testean rutinariamente en las ciudades y en otros entornos utilizando vehículos autónomos. Muchos de estos vehículos serán utilizados por empresas de transporte para proporcionar servicios de taxi y de vehículo compartido, al tiempo que hay muchos otros usos en perspectiva. Es muy probable que en las próximas décadas veamos un gran número de estos vehículos circulando por nuestras ciudades. No obstante, existen distintos niveles de autonomía. En la siguiente sección nos detendremos a describir dichos niveles.

Niveles de autonomía

Existen seis niveles de autonomía en los vehículos que fueron definidos en 2014 por la Sociedad de ingenieros de automoción (SAE)  [3]. La escala contempla valores situados entre 0 y 5. El nivel 0 hace referencia al control completo por parte del conductor, mientras que el nivel 5 representa la autonomía total en cualquier entorno.

  • Nivel 0: Control humano. Todas las funciones operativas son controladas por el conductor humano. Esto no excluye indicadores de advertencia que alertan al conductor que debe atender a una determinada cuestión, como puede ser el caso de la falta de combustible
  • Nivel 1: Asistencia al conductor. En este nivel, tecnologías tales como los frenos automáticos de emergencia (AEB) o el control de crucero, pueden ser controladas por el vehículo para asistir al conductor, de una en una
  • Nivel 2: Automatización parcial.  Al menos dos funciones automatizadas simultáneas pueden ser controladas por el vehículo. Por ejemplo, la aceleración y la dirección pueden asistir al conductor, si bien este siempre tiene el control del vehículo.
  • Nivel 3: Autonomía condicional. En ciertas circunstancias, el coche puede gestionar todas las funciones críticas relacionadas con la seguridad, pero se espera que el conductor tome el control cuando sea advertido.  El conductor debe permanecer alerta incluso cuando el coche esté bajo control autónomo.
  • Nivel 4: Autonomía predefinida. El vehículo es totalmente autónomo en algunos escenarios de conducción, si bien no en todos. La autonomía total en entornos predefinidos requiere que no haya intervención de un conductor humano
  • Nivel 5: Autonomía total. El coche es totalmente capaz de circular de forma autónoma en cada situación y en cada entorno sin necesidad de intervención de un conductor humano.

En la actualidad existen varios vehículos en las carreteras que ofrecen una funcionalidad de conducción hasta de nivel 2. Un coche de nivel 3 (vehículo de autonomía condicional) denominado Audi A8 está listo para su uso, si bien se está a la espera de que reciba la aprobación para ser utilizado en las carreteras de muchos países. Para 2021, la marca Ford espera tener disponible un vehículo de nivel 4.

Ventajas del vehículo sin conductor

  1. Seguridad

La ventaja más abrumadora se centra en la seguridad. Anualmente, en las carreteras de todo el mundo mueren más de 1,3 millones de personas y varios millones de personas resultan gravemente heridas. La mayor parte de estos accidentes (más del 90 %) son provocados por errores humanos. Según la Administración para la Seguridad del Tráfico Vial en los Estados Unidos [4], el abuso del alcohol, la velocidad y las distracciones del conductor constituyen las causas de la mayor parte de dichos accidentes. Pero los vehículos autónomos nunca estarán expuestos a esta clase de fallos. Se ha estimado que los vehículos autónomos permitirán salvar más de un millón de vidas por año. Pero la seguridad mejorada en la conducción también tiene otras consecuencias. Las lesiones producidas por accidentes automovilísticos implican la necesidad de dedicar a su atención enormes recursos sanitarios. Reducir estos accidentes podría suponer un ahorro importante y un mejor uso de las instalaciones sanitarias en otras áreas de la atención médica. Por otro lado, debido a la reducción del número de accidentes, la construcción de los vehículos autónomos podría suponer el uso de materiales de menor densidad, como es el caso de la fibra de vidrio, lo que implicaría un viaje más eficiente. La mejora en la seguridad constituye un gran incentivo para los fabricantes de coches, ya que lograrán obtener un mayor grado de confianza por parte de las personas que viajan.

  1. Comodidad

Si bien la conducción constituye una actividad placentera para muchas personas, tener que consumir muchas horas viajando a diario o realizar viajes largos puede resultar un fastidio. En un coche autónomo, el pasajero puede utilizar su tiempo para hacer otras cosas. También habrá menos vehículos en las carreteras. Por tanto, se empleará menos tiempo en los embotellamientos. Todos estarán conectados online, lo que significa que pueden comunicarse entre sí y coordinar sus intenciones. Todo esto en combinación debe lograr que la experiencia del pasajero resulte más placentera y menos estresante.

  1. Reclamar nuestras calles

Los coches ocupan grandes cantidades de espacio en nuestras zonas urbanizadas. No obstante, es probable que a largo plazo los vehículos autónomos reduzcan sustancialmente el número de coches en uso. Esto significa que las vastas áreas de terreno que hasta el momento se utilizan para aparcar coches estarán disponibles. En el momento actual, las personas que adquieren coches obtienen un uso exclusivo. Esto significa que, por término medio, aproximadamente el 97 % del tiempo permanecen sin ser utilizados (en garajes, aparcamientos o caminos). Es probable que esto cambie, ya que en lugar de adquirir la propiedad, en el futuro los usuarios de coches autónomos tendrán la posibilidad de optar al acceso a los mismos. En la actualidad, este tipo de uso resulta cada vez más común. Es el caso de los usuarios de música o películas. Por ejemplo, es lo que ocurre con la suscripción a servicios como Spotify, en lugar de adquirir discos de vinilo o CD que requieren espacio físico para su almacenamiento.

De la misma forma, es probable que poseer un coche resulte menos común: puede que, siempre que el servicio que necesitan esté a su disposición, las personas ya no consideren importante si poseen algo o no. Según la opinión del think tank RethinkX [5], la propiedad de los coches autónomos pasará a las flotas y, probablemente, estará en manos de los fabricantes de vehículos. Además, predicen que hacia 2030 se producirá una caída del 80 % en la demanda de nuevos coches. Afirman esto porque consideran que es probable que la utilización del coche autónomo se multiplique por 10. Este aumento en su utilización implica que el número de vehículos en las carreteras disminuirá de forma considerable.

  1. Un medioambiente más limpio

Los coches autónomos utilizarán energía eléctrica puesto que su manejo con combustibles fósiles resultará más difícil. La creación de nuevas tecnologías a la hora de desarrollar la nueva infraestructura requerida para, por ejemplo, cargar las baterías eléctricas generará muchos puestos de trabajo. Asimismo, esto supondrá pasar del transporte impulsado mediante combustibles fósiles a una forma de energía menos contaminante con menos emisiones de carbono, lo que implicará una reducción del efecto invernadero.

Conclusiones

Predecir la forma en que se desarrollará una energía nunca ha sido fácil. No obstante, dados los enormes beneficios que implican los vehículos autónomos, todo parece indicar que dominarán nuestras carreteras en las décadas venideras. En el presente artículo, confío en haber demostrado que existen muchas razones por las que las personas, las empresas y los gobiernos nacionales pueden optar por el uso de los vehículos autónomos en un futuro.

Por ello, el proceso que implicará la adopción de esta tecnología resulta inevitable. Lógicamente, existen potenciales obstáculos en el camino. Su implementación precisa algo más que tecnología. Habrá problemas de carácter jurídico y regulatorio asociados con el uso de dicha tecnología, tales como ¿quién es el culpable en caso de accidente? Su despliegue requerirá planificación y regulación y puede suponer que algunas autoridades encargadas de planificar los servicios de transporte tengan que rediseñar los proyectos de transporte futuro, como puede ser el caso de sistemas de metro nuevos o modificados.

Keith Darlington

Referencias

[1]     http://www.driverless-future.com/?cat=26

[2]     https://en.wikipedia.org/wiki/DARPA_Grand_Challenge

[3]     https://www.smmt.co.uk/wp-content/uploads/sites/2/automated_driving.pdf

[4]    https://www.asirt.org/road-safety-facts/

[5]    https://www.rethinkx.com/executive-summary/

 

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