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25 agosto 2015

Especial Big Data: Entrevista a Philip Evans

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Desde las grandes corporaciones a los pequeños negocios, muchas empresas se están subiendo al carro del Big Data y empiezan a desarrollar nuevas estrategias basadas en el procesamiento de grandes volúmenes de datos. Mientras tanto, esta tendencia tecnológica no está logrando calar en el gran público, ya que la mayoría de sus aplicaciones son invisibles para el usuario final.

Sin embargo “el Big Data ya está cambiando mucho la forma en que vivimos”, según Philip Evans, socio y director gerente de Boston Consulting Group y experto que ha trabajado como consultor para empresas tecnológicas de todo el mundo y también ha asesorado a gobiernos sobre seguridad y política digital.

Las aplicaciones clave del Big Data


Philip Evans analiza las principales aplicaciones del Big Data que tienen un impacto real en la vida de las personas, comenzando por el mundo de la Medicina: “Una de las mayores aplicaciones del Big Data es la secuenciación del genoma humano”, explica Evans. El precio de la secuenciación del genoma humano es cada vez más bajo. Y cuando se pueda hacer por 100 dólares, se convertirá en parte de la práctica clínica. “Esto tendrá un enorme impacto en cómo se investiga y en cómo se aplica la Medicina a los pacientes”, afirma Evans.

Los consumidores podrán ver el impacto del Big Data en la creciente personalización de productos y servicios, en todos los sectores comerciales. “Pasaremos de un mundo de producción masiva a un mundo de personalización masiva”, dice Evans, quien espera que la incuestionable reducción de costes, debida a las estrategias corporativas de Big Data, se traduzca en mejores productos o en productos más baratos.

Big Data: una revolución para la salud

Monitorizar la salud del individuo es sólo el principio: “La aparición de muchas enfermedades puede anticiparse si tenemos los datos sintomáticos adecuados“, afirma Philip Evans. Pero la adopción de nuevos dispositivos personales para controlar parámetros de salud traerá más consecuencias.

Estos dispositivos conectados revolucionarán la investigación médica, al estar constantemente recopilando datos sobre la actividad física, la frecuencia cardíaca, la presión arterial, los patrones de sueño o el consumo de calorías: “Los datos pueden juntarse y hacerse anónimos, para luego aplicarles nuevos métodos de investigación”, dice Evans. También elogia Google Flu Trends, un experimento realizado por el gigante tecnológico, que ayudó a detectar brotes de gripe en tan sólo unos días y demostró así las prometedoras aplicaciones del Big Data para la salud pública.

La cara y la cruz del Big Data

Aparte de los beneficios del Big Data, Philip Evans también se centra en los riesgos de esta nueva manera de tratar la información: “Va a aumentar la capacidad de las organizaciones y de los gobiernos para observar lo que hacemos; y para mucha gente, eso hará que el mundo sea un lugar peor. Así que el panorama es diverso, no hay un mensaje único”.

Respondiendo a las críticos que consideran el Big Data una comodidad del primer mundo, Evans afirma que “el Big Data es infraestructura. Eso es tan cierto en los países pobres como en los ricos“. Y refuerza esa idea con una historia de éxito sobre cómo el Big Data ayudó a reducir el tiempo medio de los desplazamientos urbanos en Abiyán, la ciudad más grande de la Costa de Marfil.

Privacidad en la era del Big Data

Philip Evans termina su análisis atendiendo a las preocupaciones de la gente acerca de la privacidad: “El Big Data plantea enormes problemas de privacidad y de control de datos. Y no hay una solución tecnológica a ese problema”. También rechaza ser optimista sobre un nuevo marco legal que proteja la privacidad y que, al mismo tiempo, permita aprovechar los beneficios del Big Data: “La realidad es que las cuestiones legales no se van a resolver a corto plazo”.

El problema tecnológico clave, según Evans, es que el anonimato es una utopía: con suficientes datos cualquiera puede ser identificado, incluso si los datos son anónimos. Así que recomienda a los consumidores que sean muy cautelosos acerca de cómo se utiliza su información: “La ingenuidad puede dar lugar a situaciones personales desastrosas”.

Entrevista realizada por Francisco Domenech para Ventana al Conocimiento

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