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16 agosto 2017

Emoji, ¿el nuevo idioma global?

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Los días del inglés como idioma global pueden estar contados, es posible que, en un futuro próximo, sea sustituido por iconos de smileys, gatos y corazones. Mientras que más de 1.500 millones de personas hablan inglés, 3.200 millones utilizan Internet, tres cuartas partes a través de teléfonos inteligentes equipados con emojis.

Más del 90 % de los usuarios de redes sociales se comunica a través de esos símbolos y más de 6.000 millones de emojis son intercambiados cada día. Ese tipo de mensajes se ha vuelto tan común que el Diccionario Oxford nombró la “cara con lágrimas de alegría” la palabra del año de 2015.

Los emojis, que en japonés significan “carácter de imagen”, son glifos de un solo carácter creados en el país nipón en la finales de la década de 1990, pero que solo llegaron a la audiencia global en 2011, cuando Apple los incluyó en el sistema operativo iOS 5. Desde el pasado mayo, cuando el consorcio estadounidense Unicode -del cual son parte gigantes tecnológicos como Facebook, Google y Microsoft, entre otros- lanzó la versión 10 de su codificación internacional estándar para todo el texto basado en computadora (que incluye emojis), hay alrededor de 1.900 imágenes para elegir. Pero ¿para qué sirven?

Los 56 nuevos emojis de Unicode 10 aprobados en 2017. Fuente: Emojipedia

El experto en comunicación y lingüística cognitiva Vyvyan Evans, autor del libro The Emoji Code, explica que esos iconos ayudan a reproducir en el entorno digital casi todas las características de la comunicación humana en el mundo real. Los símbolos funcionan de una manera similar a las señales no verbales en la interacción cara a cara (lenguaje corporal, entonación y expresiones faciales) y comunican los matices de humor y emociones entre personas que no pueden ver los gestos de su interlocutor. “El 70% del significado de una conversación oral proviene de señales no verbales. Los emojis añaden personalidad al texto y generan empatía entre los usuarios, una cosa esencial para una comunicación eficaz”, afirma Evans.

El experto combate la idea de que los emojis son cosa de millennials y una amenaza para la comunicación formal. Primero, porque una encuesta realizada en 2014 en Estados Unidos mostró que sólo el 54% de los usuarios de estos símbolos estaban en el rango de edad entre 18 y 34 años, y después por considerar que, en realidad, posibilitan una comunicación más efectiva. “Los emojis llenan el mundo digital de señales no verbales que nos dicen cómo interpretar un mensaje”, explica.

Agregar claridad

La psicóloga Linda Kaye, autora de un estudio sobre el papel de los emojis en el comportamiento humano, comenta que muchos usuarios que participaron en su investigación también reportaron utilizarlos para ayudar a hacer menos ambiguo un mensaje escrito. “Eso revela que esos símbolos no son puramente emocionales, sino que agregan capas de complejidad y claridad a la comunicación”, dice.

Los emojis comunican matices de humor y emociones entre personas que no pueden verse. Crédito: John Hain

Kaye tiene sus propios argumentos sobre el potencial de los emojis como la primera forma verdaderamente global de comunicación: “Pueden ser la mejor herramienta para comunicarnos con los que no hablan el mismo idioma y es un sistema que no está demasiado afectado por diferentes convenciones culturales”. Un ejemplo es Instagram, donde los iconos reemplazan las formas textuales de la jerga del Internet. La abreviación “LOL” (lots of laughter, en inglés) ha sido sustituida por emojis sonrientes, que, a diferencia de muchas abreviaturas, son reconocibles instantáneamente por los usuarios de esa red social en todo el mundo.

Los emojis cambian y evolucionan de manera similar a los lenguajes naturales —algunos son más populares cuando se utilizan como argot para algo diferente de lo que se supone que simbolizan—. Evans señala, sin embargo, que esos iconos no constituyen un lenguaje porque no cuentan con una gramática que permita combinarlos en unidades de significado más complejas. “Pero eso podría ocurrir algún día”, matiza. El artista gráfico Joe Hole ha dado un paso en ese sentido al traducir al emoji en 2015 la novela Alicia en el País de las Maravillas, de Louis Carroll. Hole combinó más de 25.000 símbolos para formar las frases del libro y ha hecho lo mismo con Pinocchio y Peter Pan.

Los símbolos gráficos son tan reconocidos mundialmente como un nuevo código de comunicación, que ya ha habido casos de personas arrestadas por usar iconos considerados amenazantes. En 2015, el adolescente estadounidense Osiris Aristy, entonces de 17 años, fue acusado de terrorismo por un post en Facebook con emojis de armas apuntadas a un policía. El joven alegó que se trataba de una protesta contra la violencia policial hacia la comunidad negra y el jurado lo absolvió.

El año pasado, sin embargo, un hombre francés de 23 años fue condenado a tres meses de cárcel por enviar a su exnovia mensajes con iconos de armas. Después de casos como ese, Apple sustituyó el icono de revólver por una pistola de agua.  “Aunque no sean un lenguaje, los emojis tienen significados bajo las mismas reglas de censura que otros códigos”, comenta Evans. “Ellos pueden y serán usados en un tribunal de la ley”.

Joana Oliveira

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