Lo de intelligentia está referido a un conocimiento mayor que la sola efectividad del aparato tecnológico. Se refiere, por ejemplo, a sus consecuencias personales y sociales a largo plazo, sus dinámicas internas, su duración y también a sus novedades. No se trata saber solo cómo funcionan las TIC, sino también qué sucederá si las usamos.
No toda innovación está acompañada de este tipo de criterios, ejemplos hay muchos. Cuando se inventó la imprenta en el siglo XV nadie suponía que esta tecnología revolucionaría nuestra forma de conocer el mundo y que la lectura estaría al alcance de todos. Aunque en ese camino andamos ahora mucho mejor que antes, tampoco vemos claro qué es lo que sucederá con el futuro de la lectura digital. Otro ejemplo es la invención del motor a combustión y su proliferación durante el siglo XX. A finales de 1900 pensábamos que el automóvil era la solución para el transporte, hoy nos hemos dado cuenta que sus consecuencias no son del todo benignas. En los ejemplos señalados hay una intelligentia que no ejercimos. Si lo hubiéramos hecho con la imprenta quizás nos hubiéramos preparado mejor para esta eclosión de la información que ahora nos abruma, y en el caso de los coches tal vez nuestros problemas ecológicos serían otros. Pero ¿es posible lograr este tipo de circunspección y adelantarnos en cierta manera al futuro? Hay ejemplos que demuestran que sí; como construir ciudades pensando en vehículos que todavía no existen o enviar mensajes al espacio pensando en alguien que pueda leerlos.
Creo que las posibilidades de predicción pasan por la capacidad de comprensión del fenómeno. A mayor discernimiento sobre el objeto, mayor posibilidad de juicio sobre sus usos. Por eso muy interesante aprender a definir las cosas y también a ordenarlas de algún modo. No es tan complicado como parece, para comprender las cosas hay que intentar definirlas con nuestras propias palabras.
Una iniciativa de intelligentia tecnológica y de definición es el congreso internacional La biblioteca de Occidente en el contexto Hispánico , organizado por la Universidad Internacional de La Rioja en colaboración con el Grupo de Análisis del Discurso del Centro de Ciencias Humanas y Sociales del CSIC. Estas entidades proponen un debate acerca del futuro del libro tradicional en la civilización electrónica. Uno de los objetivos es elaborar una lista de libros que merecerían el honor de estar en una biblioteca del futuro. No sé si sea posible tal empresa, pero resulta sugerente pensar sobre ello.
Ángel Pérez Martínez
Profesor Investigador, Universidad del Pacífico, Lima (Perú)
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