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17 abril 2019

Oscar Hertwig, el primer hombre que observó una reproducción sexual

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Siendo un joven y muy prometedor científico, recién licenciado en medicina y terminada su tesis doctoral, el alemán Oscar Hertwig decidió cambiar totalmente el punto de vista de sus investigaciones. Fue así como se convirtió en el primer hombre en ver de verdad una reproducción sexual, por completo y con todo detalle. Lo hizo observando al microscopio células de erizos de mar. Su descubrimiento abrió el camino a las técnicas de fertilización y reproducción asistida, y también supo ver el papel del núcleo celular en la transferencia de la herencia biológica, lo que lo convirtió además en un pionero de la genética.

Wilhelm August Oscar Hertwig (21 abril 1849 – 25 octubre 1922) hizo su gran descubrimiento justo al comienzo de una larga carrera científica, que lo convirtió en un eminente zoólogo y estudioso de la teoría de la evolución. En aquellos inicios hacía un brillante dúo científico con su hermano Richard, nacido un año después. En la prestigiosa Universidad de Jena (Alemania) los hermanos Hertwig pronto se convirtieron en los más brillantes discípulos del gran naturalista Ernst Haeckel, quien los convenció para dejar a un lado la química y dedicarse a la medicina.

Retrato de Oscar Hertwig realizado en 1906. Crédito: Nicola Perscheid

Terminados sus estudios, ambos hermanos abandonaron la medicina y siguieron los pasos de Haeckel, decididos a consolidar y ampliar la visión de la zoología que tenía su maestro. Trataban de entender el funcionamiento de los animales, de sus cuerpos enteros, a partir del estudio de sus células individuales y del desarrollo de sus embriones. Así, se propusieron resolver los misterios de la reproducción sexual estudiando las células implicadas, en una animal relativamente sencillo como es el erizo de mar.

En aquella época ya se conocía que los espermatozoides y el óvulo eran los protagonistas de la fertilización, pero había multitud de incógnitas sobre los detalles de cómo prendía la chispa de una nueva vida. ¿Cómo se juntaban ambos tipos de células para dar lugar a un embrión? Había dos hipótesis muy diferentes. Las particulares características celulares de los erizos de mar permitieron a Oscar Hertwig observar el proceso claramente al microsocopio y realizar su gran logro, que publicó en 1876: la fertilización se produce cuando el espermatozoide penetra en el óvulo y sus núcleos se fusionan, entre 5 y 10 minutos después.

Las claves de la herencia biológica

Hasta tal nivel de detalle pudo ver Hertwig el momento álgido de la reproducción sexual que también descubrió que es un único espermatozoide el que fecunda el óvulo, aunque son muchos los que lo intentan. Así, cuando un espermatozoide logra penetrar un óvulo, este genera una membrana que impide la entrada de nuevos espermatozoides.

Oscar Hertwig siguió estudiando la fertilización en el interior del óvulo y observó que la clave estaba en lo que sucedía con los cromosomas en ese proceso. Ya convertido en profesor de anatomía en Berlín, en 1888, él fue uno de los primeros en enseñar que la base de la herencia biológica residía en los cromosomas. Escribió un libro de texto que se convirtió en la referencia sobre el desarrollo biológico de los animales. Y su gran intuición le llevó a dar un paso más allá, sugiriendo que dentro del núcleo hay una sustancia química que no solo es responsable de la fertilización sino también de la transmisión de las características hereditarias.

Más de medio siglo después, ya fallecido Hertwig, pudo comprobarse también tenía razón en esto, cuando en 1944 el experimento de Avery–MacLeod–McCarty demostró que esa sustancia responsable de la herencia biológica es un ácido nucleico, el ADN. Consagrado como una eminencia científica, en los últimos años de su carrera Oscar Hertwig estudió profundamente la teoría de la evolución y llegó a la conclusión de que Darwin estaba equivocado en su interpretación de los mecanismos evolutivos. Su libro teórico más importante es una refutación de las ideas de Charles Darwin sobre el azar (“Das Werden der Organismen, eine Widerlegung der Darwinschen Zufallslehre”, 1916), que hubiera contrariado a su maestro Haeckel, convencido darwinista. Pero las críticas de Hertwig sirvieron para estimular a otros científicos que lograron precisar y completar la teoría de la evolución.

Francisco Doménech
@fucolin

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