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03 marzo 2020

Un gran apagón en la constelación de Orión

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Algo pasa con Betelgeuse, una de las estrellas más conocidas del cielo. Es el hombro izquierdo del gigante Orión y es fácil de encontrar en esa enorme constelación, gracias a su llamativo color rojo y su brillo. Sin embargo, en las últimas semanas ya no es tan fácil: Betelgeuse ha perdido un 65% de su brillo, pasando de ser la novena estrella más brillante, al puesto 23.

Constelación de Orión. Betelgeuse es la estrella brillante roja arriba a la derecha. Crédito: sl1990

Una estrella variable

En los últimos cuarenta años de precisas observaciones astronómicas, nunca se había visto una bajada de brillo tan intensa ni tan rápida. Aunque para ser justos, no debe sorprendernos que Betelgeuse cambie —lo lleva haciendo desde siempre, pues está dentro del tipo de estrellas que se conocen como variables; y ya conocíamos varias fases en las que la estrella aumenta y baja su brillo

Hay muchos motivos por los que las estrellas varían de brillo. En algunas ocasiones se trata de sistemas dobles en los que otra estrella pasa por delante de la estrella principal y la eclipsa. Es el llamativo caso de Algol, en la constelación de Perseo: si salimos a observar dos o tres noches seguidas, es fácil ver a simple vista su cambio de brillo.

Curva de luz de Betelgeuse, en estos momentos está en el mínimo brillo en los últimos 40 años, llegando a magnitud 1,8 en algunas medidas. Crédito: AAVSO.

Otras estrellas cambian de brillo debido a fenómenos propios de la estrella, como las variables cefeidas, que guardan una relación entre su periodo de variación de brillo y su luminosidad. Curiosamente, en esa relación Henrietta Swan Leavitt encontró la clave para medir con precisión distancias entre galaxias: su hazaña fue como descubrir una regla con la que medir el universo.

Betelgeuse es una variable pulsante semirregular. La estrella se infla (empujada por la fuerza que generan las reacciones nucleares en su interior) aumentando de brillo, aunque la expansión no dura mucho. Tras esa fabulosa liberación de energía, la fuerza de la gravedad atrae de nuevo el material de la estrella al centro, desinflándola y disminuyendo su brillo.

No es más que una forma que tienen las estrellas de liberar la energía de su interior. Algo muy similar ocurre cuando cocinamos en una olla. Cuando la temperatura aumenta en el interior, es suficiente para levantar un poco la tapa debido al aumento de presión, al hacerlo se pierde energía y la tapa no puede sostenerse cayendo a su posición inicial. El baile de la tapa de una olla es muy similar a lo que le ocurre a Betelgeuse.

Ni se apaga, ni puede que esté a punto de explotar

Aparte de variable, Betelgeuse es una gigante roja, una estrella moribunda que ha agotado casi todo el combustible y está cerca de morir. Sin embargo, con 20 veces la masa de nuestro Sol, no le espera un final tranquilo; cuando agote su combustible y su núcleo colapse, generará una explosión de neutrinos que arrasará las capas externas de la estrella en uno de los fenómenos más violentos del universo: una supernova.

Variación de brillo de Betelgeuse entre enero de 2019 y diciembre de 2019. Se puede ver como la parte inferior derecha pierde gran parte de su brillo. Crédito: VLT ESO.

Cuando esto ocurra, podremos ver a Betelgeuse con un brillo similar al de la luna llena durante meses. No hay que preocuparse por la explosión, el sistema solar está a una distancia suficiente para que no ocurra nada más que un gran espectáculo. Sin embargo no tenemos una fecha definitiva para eso; lo más probable es que ocurra dentro de 100.000 a 1 millón de años, según los últimos modelos.

¿Qué está pasando en Betelgeuse?

No sabemos qué ocurre con certeza. A veces la astronomía es exacta y se puede predecir el día concreto de un eclipse de sol que ocurrirá dentro de siglos; sin embargo, para otros fenómenos, los modelos que tienen los científicos no son capaces de explicar lo que ocurre de forma concluyente.

  • Puede que la estrella esté mostrando más manchas solares en su superficie que de costumbre. Estos cambios en la superficie de las estrellas son algo habitual y hay ciclos de actividad —al Sol también le ocurre. Puede que estemos en el momento de un máximo de manchas o que, al rotar, la estrella nos esté mostrando una zona más sucia.
  • Otro modelo se centra en que la variación sea debida a las células convectivas. Volviendo a ejemplos de cocina, la superficie de una estrella es muy similar al agua hirviendo, las burbujas que rompen la superficie del agua son lo que a la estrella las células convectivas. Puede que una gigantesca celda convectiva (en Betelgeuse esas burbujas son del tamaño de nuestro Sol) se esté enfriando en la superficie; y con ello, oscureciendo la estrella.
  • También es posible que una nube de polvo, que orbite alrededor de la estrella, oculte su brillo como si de un eclipse se tratase. Las gigantes rojas son muy convulsas y generan grandes eyecciones de material: una gran parte es gas, pero otra parte acaba transformándose en pequeñas partículas (de óxido de aluminio y metasilicato de magnesio, también conocidos como forsterita y alúmina), que si forman gigantescas nubes alrededor de la estrella, pueden bloquear parte de su luz.
En la imagen se puede ver el polvo alrededor de la estrella Betelgeuse oculta en el centro por un coronógrafo. Crédito: VISIR ESO/P. Kervella/M. Montargès
  • Sin embargo, quien quizás quien haya dado en la clave sea el astrofísico Edward Guinan de la Universidad de Villanova (en EEUU). El pasado 1 de febrero propuso —basándose en las curvas de luz de la estrella y los modelos de pulsación— que puede ser solo un inusual mínimo de sus típicos ciclos. Si este modelo que él propone es correcto, a partir del 21 de febrero la estrella paulatinamente debería ir recobrando su brillo. Y en el momento de terminar de escribir este artículo, la predicción se cumple: Betelgeuse cada día brilla un poco más, con lo que parece claro que ni se apaga ni va explotar. Las próximas semanas serán definitivas para entender mejor qué está pasando.

Una excusa más para salir a observar el cielo

Orión se ve sobre el Sur al principio de la noche, a una latitud intermedia en el hemisferio norte. Crédito: Borja Tosar

Lo que sí sabemos con certeza es que Betelgeuse está en su mínimo brillo histórico. Una estupenda excusa para salir a observar el cielo y, especialmente, comparar Betelgeuse con otras estrellas de su misma constelación (Orión), como Rigel o Bellatrix.

Esto nos ayudará a ver si en los próximos meses, poco a poco, recupera brillo con respecto a sus otras compañeras de constelación. Un curioso fenómeno astronómico, muy poco habitual, y que merece la pena salir a disfrutar.

Borja Tosar

@borjatosar

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