Los chimpancés y los bonobos son primos cercanos que rivalizan como nuestros parientes más próximos, según la comparación de los genomas de las tres especies. Pero a pesar de esta gran similitud genética, es mucho lo que nos diferencia a unos y a otros. Es más, en ciertos aspectos podríamos ser más semejantes a los gorilas o los orangutanes. Algunos expertos incluso han sugerido que deberíamos admitir a algunas de estas especies en el selecto club de los Homo, el género que compartimos con parientes extintos como los neandertales o los erectus.
Javier Yanes
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