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17 junio 2021

12 especies extinguidas tras la Década de la Biodiversidad

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En 2020 se cerraba la Década de las Naciones Unidas sobre la Biodiversidad, un empeño que nació en 2011 con la aspiración de frenar la alarmante extinción de especies, en cumplimiento de los objetivos del Convenio sobre Diversidad Biológica. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos por detener la sangría de especies en la que ya se considera la sexta extinción masiva del planeta, el ritmo de la pérdida de biodiversidad no hace sino acelerar, según la ONU. En el año 2020 perdimos más de una treintena de especies, entre animales y plantas. 

Repasamos aquí algunas de las especies animales que en los dos últimos años se unieron oficialmente a la lista de habitantes de la Tierra desaparecidos para siempre.

Quince peces endémicos del lago Lanao

peces endémicos del lago Lanao
A partir de una carpa como la que aparece en la imagen evolucionaron otras 17 nuevas especies, 15 de las cuales se han extinguido hoy. Fuente: Wikimedia

La acción humana y el descuido por sus consecuencias pueden tener efectos devastadores sobre los ecosistemas y la conservación de las especies. En la década de 1920, el ictiólogo estadounidense Albert Herre describió 17 especies distintas de carpas en el lago Lanao, el mayor de la isla de Mindanao, en Filipinas. Dichas especies solo se hallaban allí, ya que habían evolucionado en el propio lago. Pero a pesar de que en 1992 se protegió la zona al detectarse una alarmante pérdida de biodiversidad, en 2020 una extensa investigación llegó a la conclusión de que 15 de ellas ya se han extinguido, y las dos restantes figuran ahora en la clasificación de la IUCN como en peligro crítico o posiblemente extintas. La causa ha sido la introducción deliberada de especies invasoras para la pesca, que son ahora dominantes en el lago, junto con prácticas pesqueras abusivas y destructivas.

Pez con manos de Tasmania

Una de las pocas especies de peces con manos que existen en Australia fue el primer pez marino declarado extinto en la historia moderna. Fuente: Wikimedia
Una de las pocas especies de peces con manos que existen en Australia fue el primer pez marino declarado extinto en la historia moderna. Fuente: Wikimedia

Hasta 2020 ningún pez marino se había declarado oficialmente extinguido en la historia moderna. El que entonces tuvo el triste honor de inaugurar esta lista fue Sympterichthys unipennis. Este curioso habitante del lecho marino pertenecía a la familia de los llamados peces con manos, animales de las aguas australianas que utilizan sus aletas para desplazarse caminando por el fondo. En concreto, esta especie fue descrita en 1802, pero desde entonces nunca más se halló un ejemplar. En 2020 la IUCN decidió declarla extinguida. Otras 13 especies de peces con manos aún se consideran vivas, aunque de siete de ellas no se tiene rastro desde hace al menos dos décadas. Aunque no se conocen con detalle las causas de la extinción, se cree que el calentamiento del mar por el cambio climático y la contaminación de las aguas de Tasmania, donde habitaba la especie, son los probables detonantes.

Salamandra de Jalapa

La salamandra de Jalapa, similar a la que aparece en esta imagen, fue víctima de la deforestación de los bosques de Guatemala. Fuente: Wikimedia.
La salamandra de Jalapa, similar a la que aparece en esta imagen, fue víctima de la deforestación de los bosques de Guatemala. Fuente: cambio

La salamandra Pseudoeurycea exspectata solía vivir en los árboles de la región de Jalapa, en Guatemala, y su presencia era relativamente común, pero ha sido una víctima de la deforestación de su hábitat y la conversión de las selvas en pastos para el ganado. Fue vista por última vez en 1976, y desde 1985 ninguna de las 16 búsquedas emprendidas ha conseguido localizar un solo ejemplar. Hoy se considera formalmente extinta.

Mantis enana espinosa

La mantis enana espinosa, de aspecto similar a la de la imagen, solo fue avistada una vez por científicos en Italia. Fuente: Wikimedia
La mantis enana espinosa, de aspecto similar a la de la imagen, solo fue avistada una vez por científicos en Italia. Fuente: Wikimedia

El de la mantis enana espinosa (Ameles fasciipennis) es uno de esos casos relativamente frecuentes en los que una especie ha sido encontrada en la naturaleza una única vez por los científicos, y a partir de entonces parece haberse esfumado por completo. Ocurrió en 1871, cuando esta diminuta mantis fue localizada en los arbustos de la región de Tolentino, en el centro de Italia. Nunca volvió a ser vista, y se cree que quizá la conversión de los parajes de matorral mediterráneo en campos de cultivo pudo provocar su extinción. Sin embargo, la IUCN reconoce que la propia clasificación de la especie aún es confusa. Un caso similar es el de la mantis francesa Pseudoyersinia brevipennis, descrita en 1860 y nunca después reencontrada, aunque también de taxonomía incierta. 

Murciélagos de Japón y Australia

Dos especies de murciélagos como el de la imagen fueron declaradas extintas durante el año 2020. Fuente: Wikimedia
Dos especies de murciélagos como el de la imagen fueron declaradas extintas durante el año 2020. Fuente: Wikimedia

En el Museo de Historia Natural de Londres se conserva como una joya el único espécimen conocido del murciélago Pipistrellus sturdeei, que habitó en Japón hasta el siglo XIX. En 2020 la IUCN hizo oficial una extinción largamente anunciada y que ya era reconocida por Japón desde 2014. El mismo destino ha sufrido otro murciélago solo presente en la pequeña isla australiana de Lord Howe (Nyctophilus howensis). En 1972 se encontró en una cueva un cráneo, el único resto conocido, probablemente víctima de un búho. Como ha ocurrido a menudo en hábitats isleños, la introducción accidental de ratas por los barcos –la isla se pobló en el siglo XIX– diezmó la fauna endémica. En Lord Howe se intentó controlar la población de roedores mediante la introducción de búhos en la década de 1920. No sirvió, y probablemente estas rapaces contribuyeron a la extinción de los murciélagos.

Pez espátula del Yangtsé

El último ejemplar del pez espátula del Yangtsé se avistó en 2003. Crédito: Muséum d’histoire Naturelle

En los años 70 se pescaban anualmente 25 toneladas de uno de los peces de agua dulce más grandes del mundo. Con sus más de tres metros de longitud y sus 300 kilos de peso, el pez espátula del Yangtsé (Psephurus gladius) era abundante en las cuencas de los dos principales ríos de China. Sin embargo, la sobrepesca devastó la especie, a lo que se unió la fragmentación de los ríos por la construcción de presas, que impedían las migraciones para el desove. En 2003 se avistó el último ejemplar, y en diciembre de 2019 un estudio dirigido por el Instituto de Investigación de las Pesquerías del Río Yangtsé declaró oficialmente que la especie se extinguió entre 2005 y 2010. “Al no existir individuos en cautividad, y no conservarse tejidos vivos para una posible resurrección, el pez debería considerarse extinguido según los criterios de la Lista Roja de la IUCN [Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza]”, escribían los investigadores.

Caracol arbóreo de Hawái

El caracol arborícola de Hawái comenzó a considerarse como especie amenazada en 1981. Crédito: William Swainson

El año 2019 se abría con la noticia de una extinción: el 1 de enero moría George, el último individuo de la especie de caracol arborícola de Hawái Achatinella apexfulva. Este molusco, endémico de la isla de Oahu, comenzó a considerarse como especie amenazada en 1981. Además de la pérdida de su hábitat, una curiosa causa de su declive fue un lejano pariente suyo, el caracol lobo Euglandina rosea, que devora a otros moluscos y que se introdujo en Hawái en los años 50 para controlar las plagas agrícolas. Este invasor ha sido el responsable de la extinción de varios caracoles hawaianos. En 1997 se recogieron de la naturaleza los últimos ejemplares de A. apexfulva en un intento de salvar la especie. El empeño resultó en el nacimiento de George, que en 2011 se convirtió en el último de su especie, para finalmente morir en la Universidad de Hawái a la edad de 14 años.

Tiburón perdido

Los científicos consideran que el tiburón perdido probablemente se extinguió en el siglo pasado. Crédito: Lindsay Marshall

Un caso singular es el del llamado tiburón perdido (Carcharhinus obsolerus), un pez originario del mar del Sur de China: como señalaba el estudio que lo describió en 2019, este animal se perdió antes de ser encontrado. Cuando los investigadores examinaron tres viejos especímenes de museo de lo que se creía era el tiburón poroso (C. porosus), descubrieron que se encontraban ante una nueva especie. Los ejemplares, procedentes respectivamente de Tailandia, Borneo y Vietnam, se capturaron hace más de 80 años. Al no haberse producido nuevos avistamientos desde la década de 1930, los científicos consideran que probablemente se extinguió en el siglo pasado.

Ratón de Bramble Cay

El roedor Melomys rubicola es el primer mamífero extinguido a causa del cambio climático antropogénico. Crédito: Ian Bell/EHP

El roedor Melomys rubicola, un ratón de gran tamaño, ha pasado a la historia como el primer mamífero extinguido a causa del cambio climático antropogénico. Este animal vivía exclusivamente en Bramble Cay, un cayo de arena coralina en el gran arrecife australiano, a donde se piensa que llegó desde Nueva Guinea a bordo de madera flotante, o quizá a través del puente de tierra que antiguamente unía las dos grandes islas. La especie se alimentaba de la vegetación que cubría su minúsculo islote de 250 metros de longitud, pero el aumento de los temporales a causa del cambio climático ha aniquilado su único sustento. En 2009 se avistó el último ejemplar, y en 2019 el gobierno australiano lo declaró oficialmente extinto, aunque cuatro años antes ya había pasado a engrosar la lista de especies desaparecidas de la IUCN.

Ticotico de Alagoas

En el verano de 2019, el mundo se estremecía ante los extensos incendios en Brasil, que en doce meses arrancaban a la selva una superficie de más de 9.000 km2. Y como no podía ser de otra manera, esta pérdida se cobra también su precio en especies. La deforestación es la causa de la desaparición del ticotico de Alagoas (Philydor novaesi), un pájaro que ya era raro cuando se describió por primera vez en los bosques atlánticos de la costa brasileña en 1979. En 2011 se produjo el último avistamiento confirmado, y en 2019 fue clasificado por la IUCN como extinto.

Poouli

Desde 2004 no se ha avistado un poouli. Crédito: U.S. Fish and Wildlife Service/ Paul E. Baker

Otra ave que nos dejó oficialmente en 2019 es el poouli (Melamprosops phaeosoma), que solo se encontraba en la vertiente este de la isla hawaiana de Maui. A partir de su descubrimiento en los años 70, se observó un vertiginoso declive de la población debido a las especies invasoras, la depredación y las enfermedades. Los expertos emprendieron una carrera contra reloj para salvar la especie, de la que solo se conocían tres ejemplares a comienzos de este siglo. Uno de ellos fue capturado con la esperanza de encontrarle una pareja para criar, pero murió poco después. Desde 2004 no se ha avistado ninguno, por lo que en 2019 la IUCN lo declaró extinto. Con su desaparición se ha perdido además todo su género, ya que no tiene otras especies emparentadas.

Ranas centroamericanas

12 especies extinguidas
Craugastor longirostris, una rana del del género Craugastor, similar a las desaparecidas. Crédito: Mauricio Rivera Correa

A la presión humana sobre los ecosistemas se unen también otras amenazas que provocan estragos en la biodiversidad. Una de las más letales es la quitridiomicosis, una enfermedad fúngica que está diezmando las poblaciones de anfibios en grandes regiones del mundo. En 2019 un estudio publicado en Science estimaba que el hongo ha sido la causa del declive de al menos 501 especies de anfibios en el pasado medio siglo, incluyendo 90 extinciones. En 2019 dos tipos de ranas se añadieron a la lista de la IUCN de las especies que han dejado este planeta, ambas del mismo género y en el mismo país, Honduras: Craugastor anciano y Craugastor omoaensis. En 2020 se sumaron otras tres especies centroamericanas, incluyendo la rana venenosa espléndida (Oophaga speciosa) y la rana arlequín de Chiriqui (Atelopus chiriquiensis), y 22 más del centro y el sur del continente están en peligro crítico o posiblemente extintas.

Javier Yanes

@yanes68

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