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Artículo del libro Reinventar la empresa en la era digital

El auge de las nuevas multinacionales

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Los profesores Guillén y García-Canal indagan en la proliferación de las nuevas multinacionales. Muchas de estas empresas eran competidores marginales hasta época reciente y hoy desafían a las multinacionales más consolidadas. En su artículo examinan algunas cuestiones fundamentales relacionadas con este fenómeno. ¿Qué rasgos distintivos diferencian a estas empresas de las multinacionales tradicionales? ¿Qué ventajas les han permitido operar y competir no solo en sus países de desarrollo económico similar o inferior, sino también en las economías más prósperas? ¿Cómo han logrado establecerse en el extranjero a tal velocidad, desafiando las convenciones sobre expansión internacional? Al contestar a estas preguntas redefinen la teoría establecida de las multinacionales emergentes. Concluyen que la globalización, el cambio tecnológico y la madurez de los países emergentes han hecho posible el nacimiento de una nueva clase de multinacionales en la que la inversión extranjera directa está impulsada no solo por la explotación de competencias específicas de una compañía, también por la exploración de nuevos patrones de innovación y nuevas maneras de acceder a los mercados.

Tal vez uno de los cambios de mayor alcance ocurridos en los últimos veinte años sea el auge de las economías emergentes que, en otro tiempo, representaban solo el 15% de la actividad económica global y hoy en cambio, suponen casi el 50%. Estas economías están creciendo con rapidez, se reparten por todo el mundo e incluyen a los BRIC (Brasil, Rusia, India y China), los MITS (México, Indonesia, Turquía y Sudáfrica) y muchos otros países de África, Asia Oriental, sur de Asia, Latinoamérica y Oriente Próximo. Algunos de estos países se han convertido en grandes exportadores de artículos de consumo, mientras que otros venden materias primas agrícolas, energéticas o minerales. En los últimos años, las economías también han sido importantes fuentes de inversión extranjera directa; es decir, compañías con sede en economías emergentes se han expandido por todo el mundo, haciendo adquisiciones y estableciendo sus operaciones de producción y distribución no solo en países emergentes y en desarrollo, también en desarrollados, convirtiéndose así en multinacionales.

La literatura especializada se ha referido a las multinacionales de los mercados emergentes (MNE, por sus siglas en inglés) de muchas maneras, entre ellas «multinacionales del Tercer Mundo»,1 «empresas recién llegadas»,2 «multinacionales no convencionales»3 o «multinacionales emergentes».4 En ocasiones, estas organizaciones se etiquetan atendiendo a su región de origen y, por ello, se usan términos como «multinacionales dragón»5 o «multilatinas»6. Nosotros las llamamos «las nuevas multinacionales».7 Se han convertido en actores clave de la inversión extranjera directa y las adquisiciones transnacionales.8

La proliferación de las nuevas multinacionales ha cogido por sorpresa a analistas, legisladores y estudiosos. Muchas de estas empresas eran competidoras marginales hace solo una década y hoy suponen una amenaza para algunas de las multinacionales más consolidadas en una amplia variedad de sectores y mercados. En este ensayo tratamos de responder a tres tipos de preguntas fundamentales. Primero, ¿tienen estas empresas rasgos distintivos que las diferencien de las multinacionales tradicionales? Segundo, ¿qué ventajas les han permitido operar y competir no solo en países con un nivel similar o inferior de desarrollo económico, sino también en las economías más ricas? Y tercero, ¿cómo han podido expandirse a una velocidad de vértigo desafiando así la opinión generalizada sobre las virtudes de una expansión paulatina e incremental? Antes de empezar a responder a estas preguntas es necesario describir la teoría establecida de las MNE y explorar hasta qué grado debemos revisar estos postulados básicos.

La teoría de la empresa multinacional

Aunque las MNE existen desde hace mucho tiempo, los expertos no abordaron la naturaleza y los motores de sus actividades transnacionales hasta la década de 1950. El primer análisis exhaustivo de las MNE y la inversión directa extranjera se lo debemos a un economista, Stephen Hymer, que en su tesis doctoral observó que el «control de la empresa extranjera es deseable para eliminar la competencia entre esa empresa y las de otros países […] o bien para apropiarse por completo de los beneficios que generan determinadas destrezas y aptitudes».9 Su reflexión clave fue que la empresa multinacional posee una serie de ventajas propietarias que la diferencian de las empresas puramente nacionales, ayudándola de esta manera a superar el «obstáculo que entraña ser extranjera».

Las empresas multinacionales existen porque determinadas condiciones económicas y ventajas propietarias así lo aconsejan y les permiten dedicarse a producir un bien o servicio en un emplazamiento extranjero. El caso más representativo de inversión extranjera directa es la expansión horizontal, que se produce cuando la compañía establece una planta o una central de servicios en un país extranjero con el objetivo de vender en ese mercado y sin abandonar la producción del bien o servicio en el país de origen. La decisión de emprender la expansión horizontal está promovida por fuerzas distintas de las que impulsan la expansión vertical. La producción de un bien o servicio en un mercado extranjero es deseable cuando existen barreras proteccionistas, costes de transporte elevados, fluctuaciones desfavorables en los tipos de cambio de divisa o requisitos de adaptación a las peculiaridades de la demanda local que hacen la exportación desde el país de origen inviable o no rentable. Estos obstáculos son meramente una condición esencial para la expansión horizontal y no la justifican por sí solos. La compañía debe valorar las ventajas relativas de conceder licencia de comercialización a un productor local en el mercado extranjero (o de formar una alianza) antes de optar por la inversión extranjera directa. La condición que justifica el establecimiento de una fábrica propia o de una central de servicios tiene que ver con la posesión de activos intangibles —marcas, tecnología, know-how y otras destrezas específicas de cada compañía— y con que la concesión de la licencia de comercialización sea una opción arriesgada porque la empresa concesionaria pueda apropiarse, dañar o abusar de alguna manera de los activos de la compañía.10

La clave de la teoría de Hymer es que la MNE posee una serie de ventajas propietarias que la diferencian de las empresas nacionales

Los expertos en gestión internacional también han reconocido que las empresas que poseen las ventajas competitivas requeridas no se convierten en MNE de la noche a la mañana, sino de manera gradual, superando varias etapas. Según el marco teórico originalmente propuesto por investigadores de la Universidad de Upsala, en Suecia,11 las empresas se expanden en el extranjero país por país, empezando por aquellos más similares en términos socioculturales. Este marco también establece que en cada país extranjero las compañías han seguido, en líneas generales, una secuencia determinada: exportaciones ocasionales, exportación a través de agentes locales y filiales de ventas, de producción y de marketing. Raymond Vernon12 propuso un conjunto similar de explicaciones y predicciones, esta vez aplicadas a la relación entre el ciclo de vida de un producto y el emplazamiento de su fabricación. Según estos puntos de vista, la compañía dedica recursos a mercados extranjeros a medida que acumula conocimiento y experiencia, gestionando los riesgos de expansión y haciendo frente a los obstáculos que entraña operar en el extranjero. Prueba importante de ello es que el ritmo de expansión de una empresa en el extranjero lo determinan su experiencia y conocimiento.

Las «nuevas» multinacionales entran en escena

Los primeros estudiosos de la aparición de las MNE en países en desarrollo, recién industrializados, emergentes o de renta media-alta examinaron las inversiones tanto verticales como horizontales realizadas por estas empresas, pero les sorprendieron especialmente las segundas. Las inversiones verticales, después de todo, responden al deseo de reducir la incertidumbre y minimizar el oportunismo cuando los activos están dedicados al suministro o a las actividades de refinamiento, logística y comercialización, o son específicos de estos, al margen de que la MNE proceda o no de un país desarrollado.13 No obstante, las inversiones horizontales de las nuevas MNE son más difíciles de explicar porque se supone que están impulsadas por la posesión de activos intangibles, algo que se creía que las compañías de países en desarrollo no tenían y, si lo hacían, al menos no eran del mismo tipo que los activos propios de los países ricos.14 Esta paradoja se hace más evidente con la segunda oleada de inversión extranjera directa del mundo en desarrollo, que empezó a finales de la década de 1980. Al contrario de la primera oleada de inversión extranjera directa de países en desarrollo acaecida en las décadas de 1960 y 1970,15 las nuevas MNE emergentes de las décadas de 1980 y 1990 buscaban convertirse en líderes mundiales de sus respectivos sectores y no solo en actores marginales.16 Además, las nuevas MNE no proceden únicamente de países emergentes. Algunas compañías con denominación de origen global, regional o de relanzamiento global17 han aparecido en países desarrollados y han experimentado una internacionalización acelerada que pone en tela de juicio el concepto tradicional de expansión mundial.

Las nuevas MNE emergentes de las décadas de 1980 y 1990 buscaban convertirse en líderes mundiales de sus respectivos sectores y no solo en actores marginales

Los principales rasgos de las nuevas MNE, comparadas con las tradicionales, se incluyen en la Tabla 1. Las dimensiones de la tabla subrayan las diferencias clave entre multinacionales emergentes nuevas y convencionales. Quizá, lo más sorprendente tenga que ver con el rápido ritmo de internacionalización de las nuevas MNE a medida que las compañías de las economías emergentes han intentado cerrar la brecha entre su alcance en el mercado y la presencia global de las MNE de países desarrollados.18 Un segundo rasgo es que, con independencia de su país de origen, las nuevas MNE se han visto obligadas a hacer frente no solo al riesgo inherente de operar en el extranjero, también al peligro y la desventaja competitiva que acarrea no contar con los recursos y la experiencia de las MNE consolidadas de los países más avanzados. Por esta razón, la expansión internacional de las nuevas MNE se produce paralelamente a un proceso de perfeccionamiento o mejora de cualidades mediante el cual las recién llegadas buscan acceso a recursos y aptitudes externas que les permitan ponerse a la altura de sus competidores más avanzados; es decir, reducir la brecha de la competencia con las MNE afianzadas.19 Sin embargo, a pesar de carecer de la dotación de recursos de las MNE de países desarrollados, las nuevas a menudo tienen una gran ventaja sobre ellas, que tienden a poseer habilidades políticas más fuertes. Puesto que las MNE están más acostumbradas a tratar con gobiernos arbitrarios o inestables en sus países de origen, están mejor preparadas que las MNE tradicionales para triunfar en países extranjeros con un entorno institucional débil.20 Dadas las elevadas tasas de crecimiento de los países emergentes y su peculiar entorno institucional, las capacidades políticas de las nuevas MNE les han resultado de especial utilidad.

Tabla 1. Las nuevas empresas multinacionales comparadas con las multinacionales tradicionales

BBVA-OpenMind-reinventar-empresa-guillen-garcia-Tabla 1. Las nuevas empresas multinacionales comparadas con las multinacionales tradicionales

Los primeros tres rasgos considerados conjuntamente apuntan a otra característica esencial de las nuevas MNE: se enfrentan a un dilema significativo en lo referente a la expansión internacional, porque precisan equilibrar la voluntad de alcance global con la necesidad de mejora de sus habilidades. Pueden hacer uso de sus ventajas competitivas adquiridas en sus países de origen en otras economías emergentes o en desarrollo, pero también necesitan penetrar en países más avanzados y exponerse así a una demanda altamente exigente y perfeccionar sus aptitudes. Esta tensión se refleja en el Gráfico 1. Las compañías pueden evolucionar de manera que mejoren sus habilidades o aumente su alcance geográfico, incluso las dos cosas. Aunque algunas multinacionales de mercados emergentes pueden centrarse solo en dichos mercados para su expansión internacional, convirtiéndose en lo que Rammamurti y Singh21 llaman «optimizadores locales», el desarrollo corporativo de las nuevas multinacionales suele implicar avanzar en ambas direcciones de forma simultánea, tanto en la mejora de habilidades como en el alcance geográfico. En la diagonal de esta intersección, la compañía sigue un camino de crecimiento equilibrado, que es el patrón de expansión de las multinacionales consolidadas. Por encima de la diagonal entra en la región de construcción de habilidades, en la cual la empresa sacrifica el número de países donde está presente (es decir, su alcance geográfico) para acortar la brecha que la separa de la competencia, en especial en economías avanzadas. Por debajo de dicha diagonal, la compañía se encuentra en una región insostenible, porque dar prioridad al alcance global sin mejorar las competencias pone en peligro todo el proceso de mejora de habilidades. La tensión entre mejora de habilidades y consecución de alcance global obliga a las nuevas MNE a establecerse simultáneamente, desde el inicio de su expansión internacional, en países desarrollados y emergentes. Instalarse en países en desarrollo las ayuda a ganar tamaño, experiencia operativa y a generar beneficios, mientras que aventurarse en países desarrollados contribuye, sobre todo, al proceso de mejora de habilidades. Desde luego, las nuevas MNE han tendido al principio a propagarse en países en desarrollo y a limitar su presencia en los desarrollados a unos pocos puntos en los que tienen posibilidad de trabajar sus habilidades, ya sea porque cuentan con un socio allí o porque han adquirido una compañía local. A medida que alcanzan la altura de las MNE consolidadas, empiezan a aumentar sus inversiones en países desarrollados buscando nuevos mercados, aunque también realizan adquisiciones en mercados desarrollados para asegurarse activos estratégicos como tecnología o marcas.

Gráfico 1. Caminos de expansión de las nuevas MNE en países desarrollados y en desarrollo

BBVA-OpenMind-reinventar-empresa-guillen-garcia-Gráfico 1. Caminos de expansión de las nuevas MNE en países desarrollados y en desarrollo

Un quinto rasgo de las nuevas MNE es que prefieren modalidades de entrada basadas en crecimiento externo (véase Tabla 1). Estas compañías usan las alianzas globales22 y las adquisiciones23 para combatir de forma simultánea el riesgo que acarrea ser extranjeras en el país socio/objetivo y obtener acceso a sus ventajas competitivas con el fin de mejorar sus propios recursos y habilidades. Cuando efectúan alianzas globales, las nuevas MNE han usado su posición en su mercado de origen para facilitar la entrada de sus socios a cambio de acceso recíproco al mercado o la tecnología del país de origen de estos. Además del tamaño de su mercado nacional, cuanto más fuerte sea la posición de la MNE dentro de este, mayor será el poder de negociación que tenga en estas alianzas. Así lo demuestra la competencia de varias nuevas MNE en el sector de los electrodomésticos como Haier de China, Mabe de México y Arcelik de Turquía, cuya expansión internacional se vio impulsada por alianzas con corporaciones líderes mundiales que les permitieron aumentar sus aptitudes tecnológicas.24 Los procesos de perfeccionamiento de habilidades han sido posibles en algunos casos gracias al acceso privilegiado de las nuevas MNE a recursos financieros originados en subsidios gubernamentales o imperfecciones en el mercado de capital.25

Una última característica de las nuevas MNE es que disfrutan de mayor libertad a la hora de introducir innovaciones organizativas para adaptarse a los requerimientos de la globalización porque están libres de las restricciones típicas de una multinacional emergente consolidada. Al ser importantes actores globales de largo recorrido, muchas MNE de economías desarrolladas adolecen de inercia y de las llamadas «trayectorias dependientes» debido a un arraigo excesivo de valores, cultura y estructura organizativa. Matthews26 demuestra cómo las nuevas MNE de Asia han adoptado una serie de formas organizativas innovadoras que encajaban con sus necesidades, incluidas estructuras en red y descentralizadas.

A partir del análisis de las inversiones extranjeras de las nuevas MNE de las décadas de 1960 y 1970, los estudiosos han centrado su atención en dos cuestiones fundamentales: sus motivaciones y sus ventajas propietarias y específicas.

Motivaciones de las nuevas MNE

Tabla 2. Motivaciones para la inversión extranjera directa de las nuevas empresas multinacionales

BBVA-OpenMind-reinventar-empresa-guillen-garcia-Tabla 2. Motivaciones para la inversión extranjera directa de las nuevas empresas multinacionales

La Tabla 2 resume las principales motivaciones identificadas en la literatura sobre el tema. Tal y como se ha dicho, los especialistas han documentado y explicado la voluntad de algunas de las nuevas MNE de crear concatenaciones regresivas a fuentes de materias primas o progresivas con mercados extranjeros, con el fin de mitigar la incertidumbre y el oportunismo en la relación entre la compañía y el suministrador de materia prima, o entre la compañía y su distribuidor o agente en el mercado extranjero. Las investigaciones acreditan, especialmente en los casos de empresas surcoreanas y taiwanesas, la voluntad de externalizar concatenaciones progresivas y regresivas mediante la creación de sociedades mercantiles, en algunos casos con apoyo y ayuda financiera del gobierno.27 Por ejemplo, si durante la década de 1960 solo una proporción minúscula de las exportaciones de Corea del Sur llegaba a los mercados extranjeros mediante la distribución y los canales de venta establecidos por las empresas surcoreanas, para la de 1980 casi el 50% estaba por completo internalizada, es decir, gestionadas por los propios exportadores.28 Tal y como cabría esperar, las nuevas MNE notaron las presiones de la incertidumbre y de la especificidad de activos con mayor intensidad que si hubieran tenido activos intangibles desarrollados. Así, a partir de una muestra transversal y representativa de 837 compañías exportadoras españolas en 1992, Campa y Guillén29 encontraron que aquellas con mayor inversión en I+D tenían más probabilidades de internalizar las operaciones exportadoras. Un estudio realizado por la CNUCYD en 2006 sobre pruebas empíricas determinó que muchas de las nuevas MNE, en especial de los sectores extractivo e industrial, se convirtieron en multinacionales cuando internalizaron concatenaciones regresivas o progresivas.

Los expertos también han documentado que las MNE de países en desarrollo querían expandirse fuera de sus fronteras para obviar las limitaciones impuestas al mercado nacional por los gobiernos de sus países de origen. En muchos países en desarrollo y recién industrializados, limitaciones como sistemas de licitación, asignación de cuotas y restricciones al comercio han impedido a las empresas acceder a un número suficiente de oportunidades de crecimiento; de ahí el deseo de expandirse en el extranjero.30 Como consecuencia parcial de ello, las compañías sintieron la necesidad de repartir los riesgos colocando activos en países diferentes.31 Dicha necesidad se vio impulsada por la volatilidad macroeconómica y política de muchos países en desarrollo y recién industrializados. Hay una variante de este fenómeno que se da en el caso de MNE de propiedad familiar en países en desarrollo amenazadas de escrutinio o confiscación por parte de sus gobiernos.32

Asimismo, la literatura temprana sobre MNE identificaba las relaciones entre comprador y proveedor como motivo del establecimiento de infraestructuras de producción en un país extranjero en el que el comprador ya tenía una presencia.33 En algunos casos, tanto el comprador como el proveedor son empresas del país de origen que se han seguido una a la otra al extranjero; mientras que en otros el comprador es una multinacional de un país desarrollado que solicita a su proveedor, de una economía en desarrollo o recién industrializada, que se establezca con ella bien en el país de origen o bien en otro.34

Activos específicos

Los especialistas también han prestado atención a los activos propietarios e intangibles específicos de las nuevas MNE, señalando que acometen la inversión extranjera directa con el propósito no solo de adquirir activos de esta clase, sino también de explotar los que ya poseen. La expansión extranjera con vistas a la adquisición de activos intangibles, en especial tecnología y marcas, no tuvo demasiada relevancia en las décadas de 1970 y 1980, pero se ha generalizado en los últimos veinte años.35 Con la llegada de la liberalización de las cuentas corrientes y los tipos de cambio de divisas en muchos países en desarrollo y recién industrializados, las nuevas MNE han tenido mayor libertad a la hora de realizar adquisiciones, incluidos acuerdos de negocio por valor de miles de millones de dólares. Muchos de estos han estado dirigidos a compañías en apuros o a divisiones situadas en Estados Unidos y Europa dueñas de marcas y productos tecnológicos que las nuevas MNE están en mejores condiciones de explotar gracias a que sus habilidades de producción son superiores o más eficientes.36

La expansión extranjera con vistas a la adquisición de activos intangibles, en especial tecnología y marcas, se ha generalizado en los últimos veinte años

Las adquisiciones no han sido la única vía de acceso a los activos intangibles. Las pruebas sugieren que la aceleración de la expansión internacional de las nuevas MNE ha estado respaldada por una serie de alianzas internacionales destinadas a acceder a recursos y destrezas cruciales que permiten a estas compañías ponerse a la altura de las MNE de países desarrollados. Tal y como hemos argumentado anteriormente, estas alianzas y adquisiciones han sido críticas para estas compañías a la hora de competir con las MNE de países desarrollados. Por esta razón, la expansión de las nuevas MNE discurre paralelamente al proceso de mejora de sus habilidades. Sin embargo, en ocasiones esta mejora precede a la expansión internacional. Es el caso de algunas empresas de propiedad estatal que pasan por un proceso de reestructuración antes de su internacionalización y privatización.37 Otras veces, el proceso de perfeccionamiento de habilidades aparece después de la expansión internacional. Esto puede suceder en sectores regulados, donde las compañías tienen fuertes incentivos destinados a asignar grandes cantidades de recursos para establecer sus operaciones con rapidez allí donde surjan oportunidades, generalmente a través de la adquisición en lugar de mediante inversiones tipo Greenfield.38 Puesto que las oportunidades de expansión internacional en estos sectores dependen de la privatización y la desregulación, aquellas compañías que carecen de ventajas competitivas se desarrollan en el extranjero sobre la base de flujo de efectivo libre según surgen oportunidades. Como se ha apuntado, las inversiones horizontales parecen desafiar las teorías establecidas sobre la MNE. Desde finales de la década de 1950, la literatura había hecho hincapié en que las MNE, en general, realizaban inversiones horizontales sobre la base de activos intangibles como tecnología propietaria, marcas o know-how. Esta literatura temprana sobre multinacionales simplemente daba por sentado que las compañías de países en desarrollo o recién industrializados no contaban con el tipo de activos intangibles característicos de las multinacionales estadounidenses, japonesas o europeas.39 De hecho, numerosos estudios pusieron de manifiesto que las nuevas multinacionales obtenían puntuaciones más bajas en tecnología, destrezas de marketing, gastos organizativos, escala, intensidad de capital y control de filiales extranjeras que sus homónimas de países ricos.40

Tabla 3. Activos intangibles de las nuevas empresas multinacionales

BBVA-OpenMind-reinventar-empresa-guillen-garcia-Tabla 3. Activos intangibles de las nuevas empresas multinacionales

Sin embargo, las inversiones horizontales no pueden explicarse sin la presencia de activos intangibles de alguna clase. Aunque las nuevas multinacionales puedan carecer de activos propietarios, han desarrollado otra clase de ventajas competitivas que pueden desplegar en mercados extranjeros.41 La Tabla 3 resume los tipos principales de activos intangibles que poseen las nuevas MNE, tal y como los refleja la literatura sobre el tema. Durante las décadas de 1970 y 1980, la atención de los analistas se centró en habilidades como la adaptación de la tecnología a los mercados de menor escala típicos de los países en desarrollo o recién industrializados, lo económico de su mano de obra o la imperfección de sus aportaciones al mercado.42 Las MNE de bienes de consumo de estos países también poseían una clase distinta de activo intangible, en concreto «marcas étnicas» que atraían hacia Europa y Estados Unidos a clientes no solo del mercado de origen, sino a las comunidades étnicas de países extranjeros.43 Otros estudiosos señalaron que las nuevas MNE poseían una destreza sorprendente para mejorar de forma incremental los productos disponibles y para desarrollar variaciones especializadas de estos para determinados nichos de mercado.44

Un tipo específico de habilidad de gestión que resulta crítica en la internacionalización acelerada es la capacidad de tramitar de forma efectiva fusiones y adquisiciones en alianzas estratégicas

Durante la década de 1980, los estudiosos del llamado «milagro de Asia Oriental» subrayaron otro activo intangible que tenía que ver con la capacidad de organizar la producción y de ejecutar eficientemente proyectos de gran escala con ayuda de tecnología copiada del extranjero, de sectores tan diversos como el acero, la electrónica, los automóviles, astilleros, desarrollo de infraestructuras y construcción de plantas llave en mano.45 También destacaron que estas habilidades habían facilitado el crecimiento de grupos de negocios diversificados46 que, a su vez, hacían más sencillo a las empresas de un mismo grupo expandirse e invertir en el extranjero, aprovechando recursos financieros, de gestión y organizativos comunes.47 Un tipo específico de habilidad de gestión que resulta crítica en la internacionalización acelerada es la capacidad de tramitar de forma efectiva fusiones y adquisiciones en alianzas estratégicas. Dichas habilidades se vuelven cruciales cuando se trata de extraer valor de estas operaciones, necesarias para aprender y acceder a recursos clave que aumenten la competividad internacional de la empresa.48 Las destrezas acumuladas en la gestión de fusiones y adquisiciones y la restructuración corporativa de grandes compañías españolas que compiten en sectores regulados fueron determinantes para su expansión internacional en Latinoamérica.49 Buckley y otros,50 al analizar el éxito de compañías chinas aprovechando la diáspora de chinos en el extranjero, argumentaban que algunas organizaciones tienen la capacidad de entablar relaciones beneficiosas con otras poseedoras de los preciados recursos necesarios para prosperar en mercados globales. La adopción de estructuras basadas en red también ha contribuido al desarrollo de las nuevas MNE, al facilitar la coordinación entre distintas actividades internacionales.51 Sin embargo, en muchos casos las redes de sus países de origen han permitido a estas empresas aprovecharse de la experiencia de compañías con las que ya tienen un vínculo.52

En años más recientes, estudiosos de las nuevas MNE han llamado la atención sobre otra clase de activos intangibles. Desde el punto de vista tecnológico, las investigaciones revelan que compañías de países en desarrollo o recién industrializados y países de renta media-alta encuentran menos obstáculos a la hora de adoptar tecnologías nuevas que sus homónimos más consolidados en países ricos. Esto ocurre sobre todo en sectores como la construcción, la electricidad, la gestión portuaria o las telecomunicaciones, donde países como Corea del Sur, España o Dubái, entre otros, han demostrado un talento superior para tomar prestada tecnología y organizar operaciones eficientes en muchos mercados.53 Es interesante, tal y como apuntan Govindarajan y Ramamurti,54 que las nuevas MNE también pueden crear productos innovadores que a continuación venden en mercados desarrollados en un proceso llamado «innovación inversa».55 Otra área objeto de investigación teórica y empírica actual tiene que ver con el know-how político que las nuevas MNE parecen poseer como resultado de haberse visto obligadas a operar en entornos altamente regulados primero, y rápidamente desregulados después, como demuestra la expansión de la banca española, de compañías de electricidad, agua y telecomunicaciones en toda Latinoamérica y, en época más reciente, en Europa.56 Esta habilidad «política» no pasó desapercibida para los primeros analistas de las nuevas MNE, que señalaron que estas compañías poseían una «capacidad emprendedora institucional» que les permitía operar de forma efectiva en condiciones políticas, regulatorias y culturales propias de países en desarrollo.57 La gestión de riesgo político y regulatorio se identificó en algunos estudios tempranos como una habilidad competitiva clave.58 En los últimos veinte años se ha añadido un matiz a esta información teórica tras observar que las nuevas MNE están haciendo adquisiciones e intensificando su presencia en el sector de las infraestructuras de países ricos de Europa y América del Norte, incluida generación y distribución de electricidad, agua y gestión de aeropuertos, puertos y autopistas de peaje, entre otras.59 La reciente expansión corporativa en Latinoamérica de empresas españolas de sectores regulados ilustra cómo estas compañías tienden a invertir en aquellos países donde sus habilidades políticas resultan más valiosas, es decir, en aquellos con alta inestabilidad política. Las empresas españolas de sectores regulados han reducido con el tiempo su propensión a invertir en países políticamente inestables, demostrando que es más sencillo trasladarse de países políticamente inestables a países estables que al contrario.60

Resulta esencial señalar que mientras que las destrezas gestoras, organizativas y políticas de las nuevas multinacionales pueden no ser «patentables», sí son escasas, difíciles de imitar y valiosas. Tres condiciones que, según la visión de la compañía basada en los recursos, se han identificado como aquellas que definen la verdadera «habilidad».61 La expansión internacional de las nuevas multinacionales no puede entenderse sin tener en cuenta estos activos tangibles propietarios y no tecnológicos, que les han permitido sumar las llamadas rentas de escasez a los ya nutridos beneficios que genera una competencia imperfecta. Así, los activos intangibles han desempeñado un papel fundamental en el auge de las nuevas multinacionales. Sin embargo, estos activos no suelen ser tecnología o marcas, como en el caso de las multinacionales tradicionales,62 sino de naturaleza gestora, organizativa y política.

Lecciones de las nuevas multinacionales

En nuestro último libro63 agrupamos las habilidades competitivas de las multinacionales de mercados emergentes en siete principios que las compañías de cualquier país deberían adoptar de cara a la intensa competitividad global del siglo xxi. Primero, argumentamos que la acción debería tener prioridad sobre la estrategia. En la economía rápidamente cambiante, las empresas necesitan experimentar para adaptarse de manera incremental en vez de esperar a la estrategia «perfecta». Ilustramos este principio con el auge de la prominencia global de Bimbo, cuyo énfasis en operaciones y ejecución en lugar de en estrategia le ha permitido convertirse en líder mundial en el sector del pan. El segundo principio tiene que ver con el concepto de nicho. Las empresas deben seguir el camino de menor resistencia para entrar en los mercados extranjeros, y este suele ser un nicho pequeño que pueden dominar. Más tarde, pueden usar ese nicho como plataforma o cabeza de playa para el abordaje del mercado mayoritario. Es la estrategia seguida por Haier en Estados Unidos, una compañía que se orientó primero a estudiantes universitarios y hoy es la primera marca de electrodomésticos del mundo.

El tercer principio implica ampliar la escala de la empresa a la velocidad suficiente para adelantarse a la competencia, atraer clientes sensibles al precio y obtener cuota de mercado. Samsung Electronics es quizá la compañía que mejor evidencia este principio. Lo apostó todo invirtiendo en grandes fábricas para productos nuevos no solo una, sino varias veces. Actualmente es la primera compañía de electrónica de consumo. Si la escala es importante en la economía global, también lo es la capacidad de tolerar el caos, que sería el cuarto principio. Acer se expandió por todo el mundo sin miedo al caos tanto externo como interno. Utilizó una red de socios locales para minimizar el riesgo y maximizar la adaptación. Hoy es la segunda marca mundial de ordenadores. Para que el crecimiento rápido sea sostenible y permita además aprender nuevas habilidades por el camino, proponemos un quinto principio que urge a las compañías a adquirir con inteligencia, en el doble sentido de comprar activos que complementen sus habilidades existentes y hacerlo en el momento oportuno, y con una estrategia de integración clara. En el crecimiento tanto interno como externo, la escala debería permitir a la empresa implantar nuestro sexto principio, expandirse con entusiasmo. Si una compañía espera a estar preparada antes de probar suerte en el extranjero, entonces ya ha tardado demasiado. La expansión extranjera no puede planificarse día a día. Las empresas tienen que estar dispuestas a experimentar, a practicar el ensayo y el error, a arriesgarse con nuevas oportunidades y otras maneras de hacer las cosas.

Y aquí es donde entra nuestra séptima y más importante recomendación. En esta nueva economía global y siempre cambiante, las organizaciones deben olvidarse de sus vacas sagradas. Lo que les funcionó en el pasado no puede convertirse en un obstáculo a la hora de aprovechar las oportunidades que están surgiendo por todo el mundo.

Conclusión

Las nuevas MNE son el resultado de la imitación de las MNE consolidadas de países ricos —que han tratado de emular desde el punto de vista estratégico y organizativo— y de la innovación como respuesta a las características específicas de los países emergentes y en desarrollo. El contexto en el que se ha producido su expansión internacional es también relevante. Las nuevas MNE han aparecido en países con entornos institucionales frágiles y están acostumbradas a operar en países con regímenes con escasa regulación de la propiedad intelectual, sistemas legales débiles, etcétera. La experiencia en el país de origen se vuelve especialmente valiosa para las nuevas MNE porque muchos países frágiles desde el punto de vista institucional están creciendo a gran velocidad y han desarrollado las aptitudes necesarias para competir en estos entornos complejos.

Además, las nuevas MNE han prosperado en un momento de globalización de mercado en el cual, a pesar de las diferencias locales que aún persisten, el alcance y la escala globales son críticos. Las nuevas MNE han respondido a este desafío embarcándose en una estrategia internacional acelerada, basada en el crecimiento externo dirigido a perfeccionar sus habilidades y aumentar su alcance en el mercado global. A la hora de poner en práctica esta estrategia, las nuevas MNE se aprovecharon de su posición de mercado en sus países de origen y, paradójicamente, su escasa presencia internacional les permitió adoptar una estrategia y una estructura organizativa que han resultado ser las idóneas para el contexto internacional actual, en el que las economías emergentes crecen a gran velocidad.

Es también importante señalar que las MNE consolidadas de los países ricos han seguido algunos de los patrones de comportamiento de las nuevas multinacionales. La creciente presión competitiva de estas en sectores como el cemento, el acero, los electrodomésticos, la construcción, la banca y las infraestructuras ha animado a muchas compañías estadounidenses y europeas a depender menos de estrategias de diferenciación de producto tradicionales y estructuras verticales. Hasta cierto punto, el auge de las organizaciones en red64 y el cambio generalizado hacia la externalización constituyen respuestas competitivas a los desafíos planteados por MNE consolidadas. Por último, hay una clase especial de nueva MNE, llamada born-global o compañía que nace global, que se asemeja a la nueva MNE de muchas maneras pero que tiene su origen en países en desarrollo.

A la vista de todos estos cambios, resulta evidente que el modelo tradicional de MNE está desapareciendo. Es un hecho que la globalización, el cambio tecnológico y la madurez de los países emergentes han facilitado el auge de un nuevo tipo de MNE en el que la inversión extranjera directa está impulsada no solo por las explotación de competencias específicas de la compañía, también por la de nuevos patrones de innovación y formas de acceder a los mercados. Además, las nuevas MNE se han expandido a gran velocidad y sin seguir el modelo tradicional de internacionalización paulatina.

Por su escasa presencia internacional, las nuevas MNE adoptaron una estrategia y una estructura organizativa que son idóneas para el contexto internacional actual

No obstante, es fundamental aclarar que el declive del modelo tradicional de las MNE no implica necesariamente la muerte de las teorías actuales sobre nuevas multinacionales. De hecho, la definición esencial de MNE sigue vigente: para la expansión internacional, una empresa necesita poseer habilidades que le permitan superar el obstáculo que supone ser extranjera; sin habilidades específicas de la compañía, no puede haber multinacionales. Nuestro análisis de las nuevas MNE demuestra que su expansión internacional fue posible gracias a determinadas habilidades de gran valor desarrolladas en sus países de origen, incluidas la ejecución de proyectos y las destrezas políticas y en red, entre otros rasgos no convencionales. Así, la falta de habilidades tecnológicas o de marketing clásicas no implica la ausencia de otras aptitudes valiosas que pueden constituir la base para la expansión internacional. Precisamente, por esta razón, podemos afirmar que las nuevas MNE han llegado para quedarse.

Notas

  1. L. T. Wells Jr., Third World Multinationals: The Rise of Foreign Investment from Developing Countries, Cambridge, Massachusetts, The MIT Press, 1983.
  2. J. A. Mathews, Dragon Multinationals: A New Model of Global Growth, Nueva York, Oxford University Press, 2002.
  3. P. P. Li, «Toward a Geocentric Theory of Multinational Evolution: The Implications from the Asian MNEs as Latecomers», en Asia Pacific Journal of Management, 22.2, junio de 2003, pp. 217-242.
  4. Accenture, «The Rise of the Emerging-Market Multinational», 2008; A. Goldstein, Multinational Companies from Emerging Economies, Nueva York, Palgrave Macmillan, 2007; R. Ramamurti y J. V. Singh (eds.), Emerging Multinationals in Emerging Markets, Cambridge, Cambridge University Press, 2009.
  5. J. A. Mathews, Dragon Multinationals, 2002.
  6. A. Cuervo-Cazurra, «The Multinationalization of Developing Country MNEs: The Case of Multilatinas», en Journal of International Management, 14.2, junio de 2008, pp. 138-154.
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  10. Para un resumen del modelo económico básico de la empresa multinacional, véase R. E. Caves, Multinational Enterprise and Economic Analysis, Nueva York, Cambridge University Press, 1996. Stephen Hymer [1960] fue el primero en observar que las compañías se extienden horizontalmente para proteger (y monopolizar) sus activos intangibles. Otras aportaciones importantes son: P. J. Buckley y M. Casson, The Future of the Multinational Enterprise, Londres, Macmillan, 1976; J. F. Hennart, A Theory of Multinational Enterprise, Ann Arbor, University of Michigan Press, 1982; D. J. Teece, «Technology Transfer by Multinational Firms: The Resource Cost of Transferring Technological Know-How», en Economic Journal, 87.346, 1977, pp. 242-261.
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