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03 agosto 2018

Medusas y avispas: por qué son necesarios los picores del verano

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El buen tiempo, los días largos y los refrescantes baños en playas y piscinas hacen del verano la estación más esperada del año. Pero al estío también le acompañan otros visitantes menos deseados, como son las avispas, las medusas, las cucarachas y los mosquitos.

A pesar de su mala fama, estas especies son fundamentales para el equilibrio de los ecosistemas, nos protegen de las plagas e incluso algunas cuentan con aplicaciones biomédicas. Su desaparición tendría repercusiones catastróficas para la biodiversidad del planeta.

Las avispas regulan a otros insectos

Si hay un insecto omnipresente en piscinas, barbacoas y cualquier actividad placentera que hagamos al aire libre es la avispa. Sus molestas picaduras le han acarreado muy mala prensa, una etiqueta que no se corresponde con la función clave que realizan en los ecosistemas terrestres.

Se han identificado alrededor de 110.000 especies de avispas. En la imagen, una Vespula germanica. Crédito: Richard Bartz, Munich -Makro Freak.

“No sabemos qué pasaría si las avispas desaparecieran pero, ciertamente, veríamos una gran explosión en las poblaciones de los insectos de los que se alimentan, como pulgones y orugas”, destaca a OpenMind Seirian Sumner, profesora en el Centro para la Investigación de la Biodiversidad y el Medioambiente del University College de Londres (Reino Unido).

Se han identificado alrededor de 110.000 especies de avispas y se calcula que otras 100.000 todavía no se han descubierto. Como recuerda Sumner en un artículo publicado en The Conversation, estos insectos se encuentran en la cima de la cadena alimentaria de los invertebrados, de ahí que su papel como reguladores de otras poblaciones sea imprescindible.

También actúan como polinizadoras de plantas, transportando el polen para que sea posible la producción de semillas y frutos. Además, se está investigando el potencial de su veneno para eliminar células cancerosas sin dañar a las sanas, en concreto, el mecanismo de un péptido antibacteriano de la avispa Polybia paulista.

Medusas de Nobel

Las medusas tampoco son bien recibidas en las playas. Su simple presencia hace que cunda el pánico entre los bañistas, que temen sus dolorosas picaduras. Pero estos animales gelatinosos son importantes para el ciclo de vida marino. Sirven para trasladar partículas orgánicas ricas en carbono desde la superficie hasta las profundidades.

En el terreno biomédico, la carabela portuguesa (Physalia Physalis) — que en realidad no es una medusa sino un hidrozoo colonial— fue clave para comprender las bases de la anafilaxis, un tipo de reacción alérgica potencialmente mortal cuyo descubrimiento se reconoció con el Nobel de Medicina en 1913.

Las medusas trasladan partículas orgánicas ricas en carbono desde la superficie hasta las profundidades marinas. Crédito: Antonio.

Por su parte, la proteína verde fluorescente de la medusa gelatina cristal (Aequorea victoria) es un marcador luminiscente muy usado en investigación celular, diagnóstico médico y en diferentes tratamientos, que fue galardonado con el Nobel de Química en 2008.

¿Qué pasaría si desaparecieran de los mares? “Las medusas, como las aves, son muy diversas y tienen numerosos roles en el ecosistema. Sin duda, su desaparición tendría enormes ramificaciones de muchas maneras diferentes”, señala a OpenMind Monty Graham, director de la facultad de Ciencias Oceánicas y Tecnología de la Universidad del Sur de Misisipi (Estados Unidos).

El investigador dirige un estudio donde analiza la relación entre el bienestar humano y las medusas. Aunque sea una criatura muy conocida, los autores se quejan de la falta de investigación que hay sobre sus impactos, tanto positivos como negativos.

Los genes de hierro de las cucarachas

Las temperaturas cálidas, la humedad y la oscuridad forman el cóctel perfecto para uno de los animales menos queridos por los humanos: las cucarachas. En todo el mundo se han identificado alrededor de 4.600 especies, según el Archivo de Especies de Cucarachas.

El análisis del genoma de la americana (Periplaneta americana), publicado recientemente en la revista Nature Communications, ha revelado que sus genes explican en parte por qué se adaptan tan bien a vivir en los entornos urbanos.

En todo el mundo se han identificado alrededor de 4.600 especies de cucarachas. En la imagen, dos cucarachas gigantes de Madagascar. Crédito: Liz West.

Algunas familias de genes asociados con la respuesta a estímulos químicos y con la tolerancia a los factores químicos y biológicos se han expandido notablemente, lo que podría explicar su resistencia a ciertos insecticidas.

Su función en la cadena trófica es fundamental, pues se alimentan de materia orgánica en descomposición, chinches y huevos de plagas. Las cucarachas, a su vez, son fuente de alimento para determinados artrópodos, aves y ratas.

También liberan nitrógeno, por lo que juegan un papel clave en el ciclo de este elemento. Como en el caso de otras especies, su desaparición acarrearía una cadena de consecuencias ecológicas impredecibles, afectando tanto a los eslabones anteriores como posteriores de la cadena trófica.

Los mosquitos protegen las selvas

Más allá de las molestas picaduras de los mosquitos al caer el sol, lo que preocupa a médicos e investigadores es su papel como transmisores de enfermedades. Algunas de las más graves transmitidas por estas picaduras son el virus del Zika, el dengue y la malaria.

El mosquito Aedes aegypti es el portador del virus del dengue, fiebre amarilla y zika, entre otras enfermedades. Crédito: James Gathany-CDC.

Pero no todos los mosquitos son tan dañinos. Bajo este paraguas se engloban más de 3.500 especies que viven en todos los continentes, salvo en la Antártida. Menos de cien transmiten enfermedades al ser humano y son las hembras las que lo hacen. Así lo explica en una entrevista con la emisora NPR la bióloga Nora Besansky, de la Universidad de Notre Dame (Estados Unidos).

Entre los beneficios para el ecosistema, la docente recalca que los mosquitos son una importante fuente de alimentación para peces, aves y otros insectos. Además, como ocurre con las avispas, también tienen una función polinizadora. Su erradicación total desequilibraría la cadena trófica.

Según el escritor científico David Quammen, ecosistemas casi vírgenes como las selvas tropicales, donde no ha llegado la fiebre urbanística del ser humano, lo son gracias a la protección que les dan las nubes de mosquitos, desalentando a los humanos a vivir allí. Nada como los mosquitos para evitar la urbanización.

Laura Chaparro

@laura_chaparro

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