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27 enero 2021

Reducir las emisiones: imperativo para estabilizar el cambio climático

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El día 28 de enero se celebra anualmente el Día Mundial de la Reducción de las Emisiones de CO2, una fecha designada por Naciones Unidas (ONU) para impulsar el desarrollo y la aplicación de políticas de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. ¿Por qué es esencial reducir el porcentaje de emisiones cuanto antes? La respuesta, y las evidencias, están en el clima.

Cada año, el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) elabora un informe sobre la brecha de emisiones, para medir la diferencia entre la cantidad de gases de efecto invernadero que debería haber en la atmósfera para conseguir mitigar los efectos del cambio climático y la que en realidad estamos emitiendo. En el informe correspondiente al año 2019, el PNUMA estima que, si no somos capaces de reducir el calentamiento global por debajo de 2ºC, se perderán prácticamente todos los arrecifes de coral y 10 millones de personas, que viven en zonas de costa, se verían afectadas por el aumento del nivel del mar a finales de siglo, entre otras muchas consecuencias catastróficas para la vida en la Tierra. Además, fenómenos extremos como sequías o tormentas son más frecuentes si superamos la barrera de los 1,5ºC que marca el Acuerdo de París, tal y como señala el informe. Medio grado de diferencia implica, por ejemplo, que el nivel del mar aumente un metro más.

En palabras de Inger Andersen, directora ejecutiva del PNUMA, 2020 habría sido “uno de los años más cálidos jamás registrados”, con incendios forestales, tormentas y sequías que continúan causando estragos. Según la Organización Meteorológica Mundial (WMO por sus siglas en inglés), el pasado año las temperaturas más superiores a la media se registraron en partes de Siberia, donde llegaron a alcanzar 10 °C por encima del promedio. 

El espejismo de la pandemia 

La cantidad de CO2 derivada de la actividad humana se redujo hasta un 17% al día durante los meses de confinamiento más estricto (a principios de abril), según ha calculado un estudio publicado en la revista Nature Climate Change. Aunque esta disminución implica que, en efecto, las emisiones diarias cayeran temporalmente a niveles vistos por última vez en 2006, la ONU calcula que el recorte de emisiones de 2020 se traduce en una reducción de únicamente 0,01°C en el calentamiento global para 2050.

Además, en el mes de mayo, la concentración de dióxido de carbono medida en la estación de observación Mauna Loa (Hawai) alcanzó un pico estacional de 417,1% (partes por millón), la lectura mensual más alta registrada según científicos de la Universidad de California en San Diego. Sin embargo, no es raro que se alcanzase esta cifra en este momento del año, pues la concentración de CO2 está sujeta a fluctuaciones estacionales y en general, antes de la floración de primavera en el hemisferio norte los niveles de CO2 alcanzan su máximo.

Aunque la crisis de la COVID-19 haya ralentizado las emisiones, la caída de las cifras no se aprecia desde una perspectiva más amplia en la trayectoria de emisiones. En el informe correspondiente a la brecha de emisiones de 2020, Naciones Unidas reconoce que los niveles de ambición del Acuerdo de París deben triplicarse para conseguir el objetivo de limitar el calentamiento global a 2ºC, y multiplicarse casi por cinco para limitarlo a 1,5ºC.

Más países alineados y compromisos más firmes para 2021

Hasta el momento, según recoge el citado informe, 126 países (responsables del 51% del total de las emisiones de gases de efecto invernadero) ya han adoptado, anunciado o considerado metas de neutralidad de emisiones. Sin embargo, en 2021 el objetivo sería traducir esos compromisos en “planes concretos respaldados por medidas reales e inversiones mucho antes de la próxima cumbre del clima”, según ha declarado António Guterres, Secretario General de Naciones Unidas.

Naciones Unidas ha destacado en 2020 el transporte marítimo, la aviación y los hábitos de consumo individuales como sectores con un gran potencial para reducir emisiones. En cuanto al transporte, ambos sectores representan un 5% de las emisiones mundiales, un porcentaje que podría reducirse combinando la eficiencia energética con un rápido abandono de los combustibles fósiles

En paralelo, la acción climática debe abordar seriamente el comportamiento de consumo del sector privado y los individuos, ya que alrededor de dos tercios de las emisiones globales están vinculadas a los hogares particulares, según señalan los expertos.

Por su parte, la Base de Datos de Emisiones para la Investigación Atmosférica Global (EDGAR por las siglas en inglés de Emission Database for Global Atmospheric Research) de la Comisión Europea reconocía en su informe 2020 sobre la comparativa de emisiones por países que la tendencia global se ha incrementado a principios del siglo XXI en comparación con las tres décadas anteriores, principalmente debido al aumento de las emisiones de CO2 de China y otras economías emergentes. 

A pesar de que los datos son poco alentadores, Naciones Unidas aseguraba en diciembre de 2020 que “El mundo todavía está en camino de un aumento catastrófico de la temperatura superior a los 3 grados”. Además, la ONU considera que la recuperación económica tras la pandemia de COVID-19 debe ser la oportunidad para cambiar el rumbo hacia un futuro más verde.

Dory Gascueña para OpenMind

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