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05 octubre 2020

Economía azul: clave para el futuro de un planeta verde

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El azul y el verde son los colores que predominan en nuestro planeta cuando lo observamos desde el espacio. Es por eso que estas dos economías: la verde y la azul, están profundamente relacionadas y pretenden, precisamente, proteger los recursos de la Tierra mediante un sistema sostenible de explotación de los mismos.

Cuando hablamos de sostenibilidad y de economía verde, baja en carbono, eficiente en el uso de recursos y socialmente inclusiva, no podemos olvidar que más del 70% de la superficie de nuestro planeta está ocupada por mares y océanos y, por tanto, vestida de azul. Es ahí donde la economía azul, aquella que considera a los mares y océanos como motores de crecimiento e innovación para un desarrollo económico sostenible y rentable, cobra relevancia.

El lema para el Día Marítimo Mundial de 2020, celebrado el 24 de septiembre ha sido “Un transporte marítimo sostenible para un planeta sostenible”.  / Imagen: Unsplash

La Comisión Europea denomina crecimiento azul a la estrategia a largo de crecimiento sostenible para los diferentes sectores de actividad económica relacionados con el medio marítimo. En concreto, la economía azul contempla actividades como la pesca, la acuicultura, la minería de lecho marino, la utilización del medio marino para producir distintos tipos de energías renovables, y actividades derivadas como el turismo o la biotecnología azul, que explora la diversidad del medio acuático y para elaborar diferentes productos y materiales de consumo, incluidas medicinas y sustancias claves para la investigación científica.

Según cifras de la misma institución, la economía azul genera aproximadamente 5,4 millones de puestos de trabajo y un valor añadido bruto de casi 500.000 millones de euros al año, aunque tendría todavía un margen de mejora en distintas áreas, que es precisamente lo que pretende potenciar la estrategia de la Comisión Europea sobre crecimiento azul.

Economía azul: un experimento de más de 20 años

Aunque el término está consolidado dentro del lenguaje europeo de la estrategia de  sostenibilidad de la región, en su versión en inglés, la expresión “blue economy” tiene otra acepción que acuñó el economista belga Gunter Pauli en 1994, como respuesta a una petición de Naciones Unidas para preparar la COP3 de Japón, donde se decidió el Protocolo de Kioto, en 1997. El término definido por Pauli, calificado por algunos medios como “el Steve Jobs de la sostenibilidad”, define una filosofía en la que el modelo económico permita a los productores ofrecer lo mejor a los precios más bajos, gracias a la introducción de innovaciones que generen múltiples beneficios, y no solo mayores ganancias, tal y como explica en su web personal.

Gunter Pauli lleva más de 20 años publicando casos de estudio que confirmarían las bases de su propuesta económica, vinculada a la economía circular, local y sostenible. Imagen: wikimedia

Más allá de la versión europea centrada en mares y océanos, el concepto de Pauli es de aplicación global y además hace hincapié en las economías locales, aunque se aplica a cualquier sector empresarial, siempre poniendo el foco en eliminar aquello que no sea necesario. Desde 1994, Gunter Pauli ha corroborado su propuesta económica con más de 180 análisis de casos concretos, disponibles en la web de su proyecto. Un dilatado experimento de este economista y escritor, que le ha permitido confirmar cómo es posible generar más ingresos, a la vez que se generan más puestos de trabajo y aún así poder competir en el mercado global. Sin duda, la economía azul, sea cual sea su definición, está  siempre alineada con los objetivos de la economía verde.

Una economía azul, cada vez más verde.

Volviendo al marco europeo del concepto, aunque el informe de la Comisión Europea sobre el estado de la economía azul de 2020 destaca los efectos negativos que ha tenido la crisis sanitaria  de la COVID-19 sobre sectores como el turismo costero y marino, o la pesca y la acuicultura, la Comisión Europea concluye que la economía azul en su conjunto presenta un enorme potencial en términos de su contribución a una recuperación verde.

Según el informe, cada vez más emergen sectores innovadores en el medio acuático, como las nuevas fuentes de energía renovable marina. En este sentido, La Unión Europea es líder mundial en tecnología de energía oceánica, y está en camino de producir ya el 35% de su electricidad a partir de fuentes marinas para 2050. En el caso de la energía eólica marina, por ejemplo,  el número de empleos generados por el sector se ha multiplicado por nueve en los últimos 10 años.

La Unión Europea es líder mundial en tecnología de energía oceánica, y está en camino de producir ya el 35% de su electricidad a partir de fuentes marinas para 2050.

La economía azul, además, contribuye a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de Naciones Unidas en cuanto a la disminución de emisiones de CO2, por ejemplo. La Comisión Europea asegura que, actualmente, la acuicultura y la pesca crecen como actividades económicas pero no así su producción de gases de efecto invernadero. La economía azul es, en definitiva, cada vez más verde.

Dory Gascueña para OpenMind

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